Sociedad

Los epitafios más originales o cómo quedarse con la última palabra

Irene Alcaraz

Domingo 17 de julio de 2022

6 minutos

Un recopilatorio de las tumbas más ingeniosas de los cementerios

Los epitafios más originales o cómo quedarse con la última palabra
Irene Alcaraz

Domingo 17 de julio de 2022

6 minutos

Por lo general, a la gente no le gusta acudir a los cementerios. Comprensible, dado que tratan el tema más difícil de la vida. Si no es por obligación, algunos no pisarían jamás la casa de los cipreses. Pero si una lápida tiene la suerte de acoger a un escritor, a un político o a una estrella mediática, entonces la cosa cambia. Por no hablar de los que visitan los cementerios buscando las tumbas más bellas.  

Los epitafios más originales o cómo quedarse con la última palabra

Así que, recapitulando, tenemos una institución llamada cementerio que ha conseguido atraer al público por causas fúnebres, morbosas y estéticas, pero que sigue sin considerarse un coagulante social al que prestar atención y, mucho menos, un lugar en el que divertirse. Pero nada más lejos de la realidad: basta pasear por este barrio dentro de un barrio para darse cuenta de que a los muertos les gusta jugar con nosotros, como prueban algunos de sus mejores epitafios.

Vecinos tranquilos, que no silenciosos

Si se presta atención, los cementerios son de lo más ruidosos: arrojan nombres, cifras y frases cargadas de intenciones. Cuando se deja hablar al muerto, algunas de sus declaraciones pueden ser de lo más estrafalarias, como aquel del cementerio de la Almudena (Madrid) que reza “aquí estoy con lo puesto y no pago los impuestos” o el que subtitula su nombre con un “game over” (fin del juego).

Desde el humor hasta las más profundas reflexiones, aquí van algunos de los mejores epitafios conocidos hasta la fecha.

1. Desde Molière, con humor

Hacer teatro satírico a expensas de un rey absolutista ya es de por sí complicado, pero hacer sátira a expensas de la muerte es insuperable.

 “Aquí yace Molière, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien”.

Este es el epitafio que quiso dejar el dramaturgo francés, pero debido a las malas relaciones con la Iglesia no se le concedió más que ser enterrado por la noche, sin ceremonias ni velatorios y a un metro más profundo que el féretro del resto de mortales. Una pena que cuando se le trasladó al cementerio del Père-Lachaise no se inscribiera en la nueva tumba su última voluntad.

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Tumba actual en París. Fuente: BigStock.

2. Últimas palabras de Billy Wilder

Pese a ser uno de los directores y guionistas más famosos de la época dorada de Hollywood, Billy Wilder deja este epitafio: “I’m a writer, but then, nobody is perfect”, que viene a decir: “Soy escitor, al fin y al cabo, nadie es perfecto”. Un último dardo de la figura más irónica del cine contra su última diana: él mismo.

3. ¿Quién es La Nocciolina?

En Génova (Italia) se encuentra el Cementerio Monumental de Staglieno, donde reposan familias ricas y nobiliarias desde hace siglos, a excepción de Caterina Campodico, que fue vendedora ambulante. En vida logró ahorrar tanto dinero que pidió que le construyeran aquí su monumento fúnebre, en el que dejó un poema suyo en dialecto que podría traducirse así:

He vendido baratijas

por Aquasanta, Garbo y San Cipriano,

hiciera lluvia, sol o viento,

para ganarme el pan durante la vejez

y para inmortalizarme en el tiempo.

Así lo hice mientras estaba viva,

yo, Caterina Campodonico, la paisana.

Y si esta historia te ha conmovido,

una oración por mi paz te pido.

4. Mística musical

Desde el escueto epitafio de Frank Sinatra (“Lo mejor está por llegar”) hasta la larga dedicatoria que inscribe su hijo en la tumba de Elvis Presley, quizás uno de los más misteriosos sea el de Jim Morrison: «Kata ton daimona eaytoy».

Los epitafios más originales o cómo quedarse con la última palabra
Un fan en el 50 aniversario de su muerte. Fuente: Press Association.

 

Según cuenta el padre en una entrevista, tras el fallecimiento de Jim acudió a su profesor de griego clásico, quien le sugirió esta frase, que viene a significar “de acuerdo con su propio destino” o “de acuerdo con su personalidad” y que representaba a la perfección la vida del joven cantante.

5. La versatilidad de Dorothy Parker

Dorothy fue a las calles de Nueva York lo que es el mosquito a la sabana: quizás no parezca el animal más peligroso, pero puede ser mortal. Sus ingeniosas críticas sociales y su agitada biografía no parecen contrastar con el epitafio que quiso dejar: “excuse my dust”, que significa “perdonen por el polvo”. Según cuánto conozca el visitante a Dorothy Parker, esta frase le puede resultar desde divertida hasta demoledora.

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Fuente: página oficial en honor a Dorothy Parker.

6. El poético adiós

No podía terminar esta recopilación sin el epitafio de un poeta. De entre todos los epitafios líricos, el de Vicente Huidobro (Cartagena, Chile) está inscrito sobre una enorme losa blanca, que recuerda a un libro abierto con una sola frase escrita: “Abrid la tumba. Al fondo de esta tumba se ve el mar”.

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Sobre el autor:

Irene Alcaraz

Irene Alcaraz, redactora

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