La marca de una generación: ¿Te acuerdas de qué era la vacuna que dejaba esta cicatriz en el brazo?

Seguro que tú o alguien de tu familia tiene una marca en el brazo fruto de una vacuna contra la tuberculosis. Esta infección bacteriana fue la causante de muchas muertes desde el siglo XVI, y aunque no se erradicó por completo, la vacuna hizo su trabajo, y controló la enfermedad.

Lo mismo que está pasando ahora con el coronavirus, con la diferencia de que la tuberculosis conllevaba la muerte de forma inevitable. Algo que la vacuna cambió en España, a pesar de que "la tuberculosis es una de las 10 principales causas de muerte en el mundo", según la Organización Mundial de la Salud.

La peste blanca

Así se conoció también a esta enfermedad, que se contrae cuando alguien tose, habla o estornuda. La bacteria Mycobacterium Tuberculosis afecta a los pulmones, provocando una tos fuerte, además de fiebre, debilidad y escalofríos, entre otros.

Las personas adultas, en edad reproductiva, son los que más riesgo corren de que se complique esta infección. Y es por eso que la vacuna BCG fue tan importante para frenar los fallecimientos provocados por la tuberculosis.

 

¿Por qué dejaba marca la vacuna?

La vacuna BCG dejó una marca en el brazo de todas las personas que se vacunaron. Esto se debe a que esta vacuna se ponía por vía intradérmica, y no intramuscular. 

La vacunación intradérmica se inyecta "justo por debajo de la superficie de la piel", según explican el  Comité Asesor de Vacunas, sin llegar al músculo. Esta es la causa por la que puede salir un pequeño bulto, como reacción al lugar de aplicación que se parece a una picadura de mosquito. Aunque esto suele empeorar.

Las personas a las que la vacuna BCG les dejó marca, esa pequeña reacción, ha dado lugar a una úlcera cuya curación ha sido lenta. Y como consecuencia, todos tienen una pequeña cicatriz que hace que las personas vacunadas contra la tuberculosis estén marcadas para siempre.

 

¿Se sigue vacunando?

En Europa Occidental ya no se pone. Sin embargo, en países como Hungría, Letonia, Polonia y República Checa sigue siendo obligatoria. En otros países es opcional, y solo se recomienda ponérsela si el caso de tuberculosis empieza a agravarse.

Las personas que tengan la tuberculosis no se pueden vacunar, ni tampoco deben hacerlo las que ya hayan pasado la infección. Tampoco debe ponerse durante los meses de embarazo, a no ser que el médico lo recomiende. Algo que también ocurre con la vacuna contra el coronavirus.

Según la OMS, "más del 95% de los casos y las muertes se concentran en los países en desarrollo", y es que la tuberculosis o peste blanca es una infección que se puede diagnosticar a tiempo, y cuyo tratamiento funciona, y deja marcas para toda la vida.