Cerlesky Pérez
Sociedad
El miedo a envejecer sigue muy presente entre los sénior
A partir de los 70 años se comienza a relativizar los temores iniciales

El envejecimiento es un proceso inevitable que despierta emociones muy distintas entre los sénior españoles. Según los datos del V Barómetro del Consumidor Sénior, elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, 4 de cada 10 (41%) españoles mayores de 55 años admite que le preocupa “bastante” o “mucho” hacerse mayor. Sin embargo, un 26% afronta esta etapa con tranquilidad, señalando que “nada” o “poco” les inquieta esta fase de la vida.
La percepción varía según la edad
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Entre los 55 y 59 años: solo un 19% se muestra tranquilo ante la idea de hacerse mayor, lo que refleja que en esta franja la incertidumbre sobre la salud, la jubilación y los cambios en la vida personal pueden pesar más.
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En el grupo de 60 a 64 años, la proporción de quienes afrontan la madurez con calma sube ligeramente hasta el 23%. Entre los de 65 a 69 años, un 21% declara sentirse tranquilo, lo que indica que la tendencia no es lineal y que el inicio de la jubilación marca esta percepción.
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Por encima de los 70 años, el porcentaje de quienes viven esta etapa con serenidad asciende al 32%, 13 puntos más que entre los más jóvenes, lo que sugiere que con el paso del tiempo muchos sénior logran relativizar los temores iniciales y adaptarse mejor a esta nueva etapa vital.
Se sienten vitales, acompañados e independientes
Sin embargo, los sénior españoles se sienten vitales y acompañados (8,1 sobre 10), manifiestan ilusión por el futuro (7,6) y afirman, con un 9,2, que no necesitan ayuda en su día a día, según las conclusiones del informe Séniors y Salud en España, del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE.

Además, el 41% de los mayores de 55 años reconoce organizar planes cada semana, como compartir comidas y viajes con amigos y realizar actividades culturales, al aire libre y en comunidad que fortalecen la conexión social y las relaciones saludables contribuyendo a mejorar su bienestar emocional.
El estudio demuestra, además, que vivir solo o acompañado no altera la percepción de los encuestados sobre su estado de salud y grado de vitalidad.
“Estos resultados muestran que, aunque la preocupación por envejecer persiste en parte de la población, los sénior españoles reconocen que se sienten vitales, acompañados e independientes, lo que nos demuestra que envejecer no conlleva de por sí un deterioro radical de la salud. Por eso, es clave seguir impulsando políticas, iniciativas y recursos que favorezcan un envejecimiento activo y saludable, pero también que sean capaces de concienciar de que el envejecimiento es una oportunidad vital”, señala Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE.