
Rosa Martínez: "Sería antidemocrático que los mayores fuesen apartados de la participación social"
La secretaria de Estado de Derechos Sociales ha participado en el Seminario de Fundación Mapfre

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"La edad no es necesariamente sinónimo de declive", así lo ha destacado Rosa Martínez Rodríguez (@rosa_mr_), secretaria de Estado de Derechos Sociales, durante la VI edición del Seminario Académico Bienestar emocional y calidad de vida en la nueva longevidad, organizado por el Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación MAPFRE (@fmapfre) y la Universidad Carlos III de Madrid (@uc3m). Ha subrayado, en este sentido, la "capacidad de acción" de este colectivo y ha afirmado que "sería antidemocrático que fuesen apartados de la participación social, política y cultural".
En la jornada han participado también Ximo Puig (@ximopuig), embajador de España en la OCDE, Elvira Vega García, directora general de Fundación MAPFRE, Miguel Usábel, Profesor Titular Universidad Carlos III de Madrid, y Juan Fernández Palacios, director del centro de investigación Ageingnomics, así como investigadores y profesores universitarios que han analizado cómo la tecnología puede mejorar el bienestar de los sénior y mitigar su soledad.

La secretaria de Estado de Derechos Sociales, que se ha hecho cargo de la inauguración del Seminario Académico, ha hablado de "una cuestión tan relevante" como es el bienestar emocional y la calidad de vida en la nueva longevidad. "Me gusta que se hable de longevidad y no del envejecimiento", ha expresado, pues considera que "cambia la perspectiva y le da otra visión positiva a una realidad, que es que cada vez vivimos más años".
Ha destacado que la dependencia, la desinstitucionalización, la calidad de vida, la autonomía y la soledad "son claramente alguno de los retos a los que nos enfrentamos como sociedad y que debemos abordar desde una visión del envejecimiento que debe ser positiva, holística, y que también debemos hablarla y tenerla en cuenta en términos de oportunidad, y dejar atrás planteamientos asistencialistas, edadistas y reduccionistas que miran a la vejez desde una visión negativa".
"Las personas mayores, como cualquier otro grupo de edad, no son un colectivo homogéneo, sino más bien al contrario, quizás se trata de uno de los segmentos de población más heterogéneos y diversos. Y, por ello, creo que es interesante señalar la necesidad de incluir tanto la perspectiva de género y la interseccionalidad en las reflexiones que realicemos sobre esta etapa vital, pero también en las políticas que desarrollemos, y ahí igualmente tener en cuenta la equidad", ha añadido.
La secretaria de Estado de Derechos Sociales ha hecho referencia durante su intervención a que la edad "no es necesariamente sinónimo de declive e inactividad", por lo que "no podemos ni queremos pensar en las personas mayores exclusivamente como un colectivo vulnerable". En cambio, considera que "es necesario subrayar que tienen capacidad de acción, que tienen autonomía y que tienen que tener derecho a tomar sus propias decisiones".
"Sería inaudito, desde luego sería antidemocrático, que fuesen apartados de la participación social, política y cultural. Al contrario, su contribución para construir la sociedad debe ser conocida, reconocida, ampliada y, si se me permite, también favorecida y facilitada", ha destacado.
La necesidad de cuidados, un reto de la nueva longevidad
La esperanza de vida es cada vez mayor, sin ir más lejos, en la Unión Europea alcanzó los 81,5 años en 2023, según un informe de la Comisión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La secretaria de Estado de Derechos Sociales ha valorado esta creciente longevidad como "un logro democrático y un motivo de celebración para nuestra sociedad".
Sin embargo, ha recordado también que "las necesidades de cuidados y apoyos, cada vez más complejas con la edad, suponen un reto que debemos atender de manera integral y coordinada".
"La evolución demográfica y la composición de los hogares nos plantea que en un futuro no muy lejano cada vez una significativamente mayor cohorte de personas puede necesitar cuidados de larga duración. Y lo vamos a hacer en un contexto de familias unipersonales, más pequeñas, también más distanciadas geográficamente y con menos tiempo para cuidar, puesto que las mujeres que tradicionalmente, y aún hoy en día, se han ocupado de los cuidados de las personas mayores se han incorporado mayoritariamente al mercado de trabajo", ha explicado.
El envejecimiento de la población "va a exigir que ampliemos nuestro sistema de protección y muy especialmente el sistema para la autonomía y la atención a la dependencia". En esta línea, ha recordado que "las políticas de cuidados y apoyos de larga duración son uno de los grandes retos que tenemos por delante como país, pues sabemos que podemos vivir más, y el desafío es diseñar políticas públicas con datos y evidencias, y aquí la comunidad académica tiene un gran papel".
"Creo que a día de hoy, y esto es parte del aprendizaje de la pandemia, existe un consenso indiscutible sobre la necesidad de transformar el modelo de cuidados y apoyos de larga duración", ha expresado. "El deseo que tenemos la inmensa mayoría de las personas, también las personas mayores, de vivir en nuestras casas, cuestiona profundamente una cultura asistencial institucionalizadora de las políticas públicas". Considera, así, que "tenemos que contribuir a que las personas, también aquellas con grandes necesidades, puedan vivir de acuerdo a su voluntad y preferencias".
Para la secretaria de Estado de Derechos Sociales, el "reto de la sostenibilidad del sistema de la dependencia o el sistema de cuidados de larga duración" se concreta en "dos elementos". Uno de ellos es "la financiación". En este punto, ha señalado la necesidad de "una financiación estable, duradera y blindada". El otro elemento que "pone en peligro la sostenibilidad del sistema es la falta de profesionales".
La soledad, otro gran reto
La secretaria de Estado de Derechos Sociales ha puesto el foco también sobre "otro de los grandes retos", que es "la soledad".
"Es un fenómeno presente a lo largo de toda la vida, desde la infancia hasta la vejez, y que tiene especial influencia en las transiciones vitales. La soledad es un fenómeno complejo, y complejo debe ser, por tanto, el abordaje y el enfoque que tenemos que hacer desde la sociedad para afrontarla", ha explicado.
Teniendo en cuenta también su "impacto cada vez mayor y mejor cuantificado en la salud física y emocional de las personas, también en la economía y la cohesión", ha afirmado que desde el Ministerio de Derechos Sociales "a finales de este año esperamos sacar una Estrategia contra la soledad".