Sociedad

Las secuelas del confinamiento de las residencias: "Depresión, ansiedad y ataques de pánico"

65ymás

Viernes 12 de marzo de 2021

ACTUALIZADO : Viernes 12 de marzo de 2021 a las 10:00 H

6 minutos

“Hemos sobreprotegido a los mayores de residencias y eso ha generado más dependencia”

Las secuelas del confinamiento de las residencias: "Depresión, ansiedad y ataques de pánico"
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Viernes 12 de marzo de 2021

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El paso de la pandemia por las residencias no sólo ha supuesto casi 30.000 decesos por Covid sino que también se ha notado desde el punto de vista de psicológico en miles de usuarios.

Y es que, las medidas restrictivas impuestas por las autoridades sanitarias se olvidaron o no dieron la suficiente importancia a la salud mental priorizando el encierro de los mayores que vivían en residencias por encima de todo. 

Y eso, se está notando en los usuarios cuyas secuelas van más allá del propio paso de enfermedad por sus cuerpos. Es más, muchas de estas manifestaciones están todavía por verse, puesto que, aunque la mayoría han recibido la vacuna y muchos ya salen, hacen actividades y reciben visitas, todavía no se ha recuperado la plena normalidad. 

Por ello, es de prever que estas consecuencias negativas –aunque sean unas generaciones por lo general bastante resilientes– se vean a largo plazo, si bien es cierto que algunas secuelas comienzan a manifestarse ya. 

Al menos, así se recoge en los resultados preliminares del estudio ResiCovid, coordinado la presidenta de la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología (@sociedadSVGG), Sacramento Pinazo, en el que colaboran profesionales de las universidades públicas de Valencia y Santiago de Compostela y que ha sido presentado este jueves en el webinar Residencias inmunizadas: ¿y ahora qué?, organizado por la Fundación Edad&Vida (@EdadyVida). 

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Webinar 'Residencias inmunizadas: ¿y ahora qué?', organizado por la Fundación Edad&Vida. 

Estrés postraumático

Así, la doctora Pinazo ha explicado en su presentación que han observado, en la población general (incluidas personas de residencias), que se están manifestando trastornos que se asemejan a los que se tienen "por estrés postraumático", es decir, "recuerdos angustiosos e intrusivos", "reacciones disociativas", "sueños recurrentes", "conductas evitativas" y un largo etcétera de síntomas que requieren de ayuda y apoyo. 

Y, según ha asegurado, la causa de estas reacciones tiene que ver con las situaciones generadas por la Covid de "caos", "miedo", la propia "enfermedad", la muerte, la ausencia de normas, un clima en el que las residencias estaban "bajo vigilancia", los innumerables "protocolos", el cerrojazo de estos centros, la restricción de las visitas y el "doble confinamiento" de los mayores en sus habitaciones. 

Todos estos factores sumados, han hecho que aumente "la fragilidad", "el atar físico y químico", "el número de caídas" y "el sedentarismo", entre otros síndromes geriátricos.

Soledad no deseada

Al margen de los sucesos traumáticos vividos en residencias, otro factor que ha generado que se disparen los problemas de salud mental tiene que ver con que se ha incrementado la sensación de soledad. 

"La ausencia subjetiva de conexión social –ha explicado– contribuye a la mortalidad". Y es que, se ha comprobado que esta situación puede generar "problemas cardiovasculares, cerebrovasculares, cáncer y mortalidad por todas las causas", así como puede provocar problemas mentales como "depresión, ansiedad y ataques de pánico" o puede llegar a derivar en un declive del "funcionamiento cognitivo y la funcionalidad".

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Datos del estudio de ResiCovid. 

Cambios de rutinas

Cabe matizar también, ha añadido Pinazo, que la mayoría de personas que viven en las residencias pasaron el encierro acompañadas, ya que sus habitaciones solían ser "dobles".

Pero aun así, han terminado padeciendo las secuelas de la pandemia ya que, según las encuestas aportadas por la doctora, la mitad de los entrevistados no tuvo acceso a "rutinas terapéuticas con frecuencia".

Las pérdidas han sido peores "en las personas que han estado solas todo el tiempo" y aquellas que "no han tenido acceso a las terapias”, ha resumido. 

Cambios en los hábitos

Asimismo, los cambios de habitación en los centros por la pandemia también han tenido impacto en la salud mental de los usuarios. Si estos cambios "son muy continuados", esta situación es "difícil de llevar”, ha apuntado.

E igualmente, determinados colectivos menos dependientes que estaban acostumbrados a salir a "tomarse un café" y ver a gente externa periódicamente– al no poder hacerlo en un año– se han visto afectados por los cambios en sus rutinas, algo, que ha podido tener consecuencias negativas en su estado de salud mental.

Edadismo

“No olvidemos que las medidas que se han tomado en aras de proteger nuestra salud lo que han hecho es sobreproteger, pero hemos aprendido que la sobreprotección no es buena, porque genera más dependencia”, ha afirmado Pinazo, que ha criticado que todas las restricciones adoptadas por parte de las autoridades hayan estado sobre todo centradas en la enfermedad y no tanto en la salud mental. 

Y, por esa razón, a modo de conclusión, ha propuesto que se pueda salir de nuevo de las residencias, que se reactiven las actividades de los centros, se retomen las actividades grupales y se permitan más visitas y nuevos ingresos con las medidas de seguridad necesarias (test, PCR...). 

Apoyo a los trabajadores

Por último, la doctora ha señalado la importancia de tener en cuenta también la salud mental de los propios trabajadores que se han visto expuestos a situaciones de estrés y miedo y que pueden verse afectados por la llamada "fatiga pandémica". “Si el profesional no está bien no es fácil que pueda cuidar bien”, ha destacado.

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