Carlos Blanco Cocho
Sociedad
Por qué un susto sí puede servir para quitar el hipo
El hipo resulta de una contracción repentina de los órganos del sistema respiratorio
Es cansino. Es molesto. Es el hipo, que tan pronto aparece como tan de repente se va. Sin embargo, aunque la mayoría de las veces en las que una persona sufre de hipo acaban más temprano que tarde, hay ocasiones en las que quitárselo de encima se complica. ¿Qué hacer en esos casos? Uno de los métodos más extendidos y utilizados para superar el hipo consiste en asustar al que lo sufre, de manera que el respingo haga que todo vuelva a la normalidad.
Pero, ¿acaso funciona? Pues sí. Aunque hay métodos más efectivos, el susto puede acabar con él. ¿Por qué? Para responder a esa pregunta, hay que entender qué es el hipo. Según explica la doctora Lucía Diéguez Montes al portal especializado Infosalus, se debe a una contracción repentina de los principales órganos del sistema respiratorio, es decir, de los pulmones y el diafragma. Una vez ocurre,"se produce una rápida entrada de aire en los pulmones (que produce el característico sonido del hipo) y, a continuación, el cierre de la glotis (la válvula que separa la laringe y tráquea), lo que genera un corte de la respiración. Todo este proceso se produce en menos de un segundo".
Los motivos por los que el sistema respiratorio experimenta esa contracción repentina son más que variados. Desde las alteraciones del tubo digestivo hasta enfermedades respiratorias, no es posible determinar con seguridad una causa a partir de la que se puedan explicar todos los casos. Y es que, como muchos habrán constatado, una noticia impactante o una preocupación profunda también pueden derivar en el hipo, pues provocan un gran estrés en el sistema nervioso.
Factores que favorecen su aparición
El hipo no afecta de la misma manera a toda la población. Hay personas que no lo tienen casi nunca, mientras que otras lo sufren de manera recurrente. Para explicarlo, apunta la doctora Diéguez, del Hospital Universitario del Sureste, es necesario tener en cuenta una serie de factores, de condiciones que pueden favorecer o impedir la aparición de este síntoma. Por ejemplo, las comidas copiosas o la ingesta de bebidas de gas pueden modificar el curso de la digestión, haciéndola más lenta y creando las condiciones necesarias para que el hipo haga acto de aparición.
Comer sin límite es un importante factor de aparición del hipoPor otro lado, también enfermedades nerviosas como el párkinson pueden propiciar el sufrimiento recurrente de este síntoma. Al final, cualquier hecho que suponga una alteración del sistema nervioso, ya sea del cerebro y la medula o de los propios nervios, puede desembocar en el hipo. Incluso un nerviosismo severo o la ingesta de medicamentos puede provocarlo.
¿Por qué funcionan los sustos?
La mayoría de las ocasiones, no es necesario hacer florituras para deshacerse de él. Simplemente se va solo. Pese a ello, cuando nos encontramos con un ataque especialmente agudo y que no remite de ninguna manera, podemos echar mano de una serie de remedios. Entre ellos, el más famoso consiste, lisa y llanamente, en dar un susto.
El secreto de la efectividad de este método se encuentra en el estímulo que ejerce sobre el nervio vago, uno de los posibles orígenes del hipo. Si la sorpresa ha resultado lo suficientemente violenta, el nervio responderá y el hipo acabará por desaparecer. Y, en caso de que no funcione, existen otras maneras. Hay varios ejercicios que contribuyen a estirar el diafragma y restablecer el ritmo normal de nuestra respiración. Un truco muy sencillo que resulta igualmente efectivo consiste en beber agua con la nariz tapada.
Si nada funciona y el hipo no remite, la visita a un médico no estaría de más. Según Diéguez, cuando un ataque dure varios días es recomendable que un especialista evalúe la situación y, si lo juzga necesario, aplique el tratamiento correspondiente.