Theresa Zabell (1965) lleva toda la vida ligada al mar. En su currículum podemos encontrar dos medallas de oro que ganó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y Atlanta 1996 o su paso por el Parlamento Europeo como eurodipitada del Partido Popular durante los años 1999 y 2004. Además, ha sido vicepresidenta primera del Comité Olímpico Español, y preside la Fundación Ecomar, que ella mismo creó.
Para enteder toda su trayectoria hay que comenzar por el principio, y para eso nos trasladamos a Málaga y a su infancia: "De pequeña practicaba todos los deportes porque tengo seis hermanos y yo soy la segunda. He estado siempre rodeada de niños y me gustaba ganarles. Empecé haciendo atletismo de medio fondo, pero soy asmática y tuve que dejarlo. Cuando descubro la vela, me enamoré y empecé a competir", nos comienza explicado Zabell a 65YMÁS.
Apasionada de su deporte, pronto soñó con ir a los Juegos Olímpicos, algo que conseguiría años más tardes y con medalla incluída. Sin embargo, lo que parece un camino de rosas no lo fue: "No podía participar en los Juegos porque no había categoría femenina. En este sentido, hemos avanzado mucho en deporte femenino porque hemos pasado de no poder participar y no contar con el mismo presupuesto que los hombres, a poder decir que ya estamos en un 50-50", asegura Zabell.
Y como dato, nos asegura que en estos Juegos Olímpicos de Paris son los primeros en los que participarán el mismo número de hombres que de mujeres: "Es un hito importante", afirma.
Su pasión por la vela
Cedida por la entrevistada
Antes de paticipar en los Juegos Olímpicos, Zabell empezó a competir. Con 15 años gana su primer campeonato de España, y con él, "el primer tratazo": "Los chicos iban al campeonato del mundo con el equipo de la Federación, pero yo me fui a mi casa pensando que no había mundial femenino. Luego descubrí que sí que existía, pero no fui porque como en España no era deporte olímpico femenino, no había presupuesto", nos cuenta.
Decidida a seguir compitiendo, la deportista empezó a trabajar para ahorrar dinero y poder presentarse al siguiente campeonato del mundo, todo financiado por ella: "Fuí con una tienda de campaña y con un dinero en el bolsillo, que dada para lo que daba. Y así me preparé los campeonatos del mundo de 1980 a 1984", recuerda.
En el año 1984, tras los Juegos celebrados en Los Ángeles, el Comité Olímpico Internacional informa a las Federaciones Internacionales que tienen que "tener eventos para chicas o les sacaban de los Juegos". Y así las mujeres pudieron empezar a participar, pero en un barco 70, que "para navegarlo bien lo ideal era pesar 140-145 kilos entre las dos personas, y nosotras no pesamos eso", explica Zabell.
A pesar de esto, y de que la velerista nunca había navegado un barco de dos personas, Zabell decide abandonar Málaga y mudarse a Barcelona para aprender y encontrar una compañera. Pero "cuando salió la lista de convocados para ir a los Juegos, mi nombre no estaba en la lista, y eso fue un palo importante", recuerda.
Podium Atlanta 96.Cedida por la entrevistada
En ese momento Zabell decide dejar el deprote y se fue a Inglaterra a estudiar, pero estando ahí se dio cuenta de que su sueño seguían siendo los Juegos Olímpicos, y decide volver a intentarlo, esta vez con mejor suerte y con medalla de oro incluída en Barcelona'92, y Atlanta'96: "A la vuelta de Atlanta no sabía si quería seguir o no, pero mi compañera de entonces, Begoña Vía-Dufresne, sí que tenía claro que lo quería dejar. El Consejo Superior de Deportes insistió mucho en que siguiera, y me animé a ir a unos terceros Juegos, pero en el campeonato del mundo quedamos novenas, y España solo daba beca si quedabas entre los ocho primeros", comenta la velerista.
A pesar de que no le corespondía beca, y que en 1997 había sido madre de su hija Olimpia, lo que hacía su forma física no fuera igual que la de sus compañeras, le ofrecieron una beca a título personal, que ella decidió rechazar: "Mi objetivo era que cambiasen los criterios para que si una mujer fuera madre no se nos valorara de la misma manera, igual que con los lesionados. Hay que dar un voto de confianza en que nos vamos a recuperar. Pero estábamos en una situación en la que si tú estabas lesionado y en el evento donde te medían, no llegabas a lo establecido, te quedabas sin beca", asegura.
Y así fue como Theresa dejó la vela de forma profesional y se mudó a Madrid: "Nunca es fácil dejarlo, y menos cuando has sido la mejor del mundo. Empezar de cero no es fácil, ya lo dicen los psicólogos, que uno de los momentos más complicados es el momento de la jubilación, que normalmente te pilla ya con una vida consolidada en el ámbito familiar y económicos, y bueno en todos los sentidos. Y sin embargo, yo tenía 33 años y no contaba con una posición económica consolidada", nos explica Zabell.
"Siempre me ha llamado mucho la atención el estado de nuestros mares"
Pero la velerista no tenía pensado quedarse de brazos cruzados, y puso en marcha la Fundación Ecomar, algo que ya tenía en mente desde hace tiempo: "Siempre me ha llamado mucho la atención el estado de nuestros mares porque cuando yo empecé a navegar lo que más nos importaba era ganar, ser los más rápido, y te fijas en las velas, pero no en el mar. Y yo empecé a darme cuenta de que muchas de las cosas que flotaban en el mar, no pertenecían a ese sitio", nos comenta.
Consicente de este problema, Zabell siempre se preguntó "por qué no se hacía nada, y al final de mi carrera deportiva fui yo la que empecé a hacer algo", recuerda. Y así, poco a poco nació la Fundación Ecomar, cuyo objetivo es enseñar a los más pequeños a "tomar conciencia del mar".
El por qué la Fundación se dirige a los niños tiene un sentido: "Si tú quieres cambiar la forma de pensar de la sociedad, tienes que ir a a la gente receptiva, que son los niños de 10 a 12 años. Es la edad má receptiva", asegura. Y así empezaron a hacer programas educativos en colegios, actividades de limpieza de costas, proyectos científicos y cursos de deprotes naúticos con educación medioambiental.
Su carrera como política
Además de la vela y de su pasión por el mar, Theresa Zabell fue eurodiputada del Partido Popular durante 1999 y 2004. Y desde 2007 a 2014, fue vicepresidenta primera del Comité Olímpico Español.
"Las cosas a veces surgen. Yo hacía unos meses que había dejado de navegar, estaba viviendo en Madrid y ya había montado la Fundación. Ese mes de junio de 1999 había elecciones europeas y por primera vez el deporte iba a formar parte de las instituciones comunitarias", nos relata.
Como era la primera vez que la Comisión Europea iba a poner en marcha la unidad de deportes, los partidios políticos "querían a personas que pudiesen trabajar en ese ámbito del deporte. A mi me llaman del PP, me explican todo esto, y me dicen que habían pensado en mí para ir allí", recuerda Zabell.
El 'sí' de la velerista no fue fácil, pero Zabell se dio cuenta que era su oportunidad de cambiar las cosas, sentía que tenía esa responsabilidad: "Hicimos una hoja de ruta de todo lo queríamos conseguir y pusimos en marcha los programas comunitarios en torno al deporte que son los que están funcionando todavía", asegura.
Aunque solo estuvo una legislatura, Zabell asegura que cumplió con el 90% de sus objetivos. Y lo cierto es que nunca ha dejado de ayudar a los demás porque también forma parte de diferentes grupos que ayudan a otras mujeres deportistas o emprendedoras a seguir su camino, y a darse cuenta de todo lo que pueden conseguir si creen en su potencial.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.