
Juana Bellanato: "Para llegar a los 100 años es clave tener proyectos tras la jubilación"
A escasos meses de cumplir 100, la científica pionera ha recibido el Premio a la Excelencia Química

Juana Bellanato recibe el Premio a la Excelencia Química: esta es su historia
Juana Bellanato (99 años), que recientemente ha recibido el Premio a la Excelencia Química del Consejo General de Colegios Oficiales de Químicos de España, es todo un ejemplo de longevidad saludable y activa.
Autora de más de 175 publicaciones científicas, fue una de las primeras mujeres en incorporarse al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), donde desarrolló una exitosa carrera investigadora en espectroscopía infrarroja y Raman-Láser, con aplicaciones en medicina, farmacia e industria, llegando, en los años 80, a alcanzar puestos de prestigio como la presidencia del Comité Español de Espectroscopía.
Pero su actividad no terminó con la jubilación, una vez se retiró "oficialmente" del mundo laboral, siguió vinculada durante años a la academia, licenciándose en Teología por la Universidad Pontificia de Comillas en 1993 y colaborando, hasta hace no mucho tiempo, con la Cátedra de Bioética.
65YMÁS ha podido conversar con esta científica que tiene muy claro que llegar a mayor no debe ser sinónimo de pasividad, puesto que, justifica, hoy en día, "una persona de 60 años puede considerarse joven" y tiene por delante, probablemente, varias décadas de vida para realizar todo tipo de actividades que le llenen, "mientras la salud le acompañe".
Una mujer pionera en el CSIC
A sus casi cien años –cumple en septiembre de 2025–, Bellanato ha sido testigo de cambios transformadores en la sociedad y la ciencia.
Echando la vista atrás, la científica, que comenzó a trabajar en el CSIC durante la posguerra, ha visto como la institución ha ido mejorando progresivamente y cuenta actualmente con más equipos y fondos que en los años 50 y 60, cuando todo era muy precario.
Pero sin duda uno de los cambios más relevantes, a su parecer, ha sido la inclusión de la mujer en el mundo de la investigación. Y es que, asegura, cuando ingresó en dicha institución, eran una minoría.
Es más, la científica considera que tuvo "mucha suerte" al entrar en el Instituto de Óptica, en el que "ya había mujeres", lo que le ayudó a no ser percibida como "un bicho raro".
En concreto, estuvo bajo el paraguas de figuras de reconocido prestigio como Miguel Catalán –contemporáneo de Santiago Ramón y Cajal o Severo Ochoa–, que era una persona más "liberal" y gracias a esta atmósfera pudo doctorarse y también ascender.
Una situación, que contrastaba drásticamente con la de otros departamentos en los que, asegura, pese a que técnicamente dejaban hacer sus tesis a mujeres, luego, los jefes no querían contar con ellas en sus equipos.
Además, no sólo tuvo "suerte" en el CSIC, sino también en su propia casa, puesto que eran tres hermanas y eso propició que pudiese estudiar, ya que, en esa época, las familias que podían permitírselo mandaban a sus hijos a la universidad, pero no a las mujeres, porque se asumía que se casarían y que serían madres de familia.

Una longevidad activa y saludable
Otro de los temas abordados durante la conversación con 65YMÁS ha sido el de la importancia de la actividad para una longevidad saludable.
A sus casi 100 años, Bellanato reconoce que no ha "hecho nada" especial para llegar a su edad y que tampoco se ha cuidado especialmente. "He hecho lo que me ha apetecido", comenta y atribuye a los "genes" su larga vida. Eso sí, algo que quizá ha podido contribuir, añade, es que no ha tenido grandes "vicios", como el alcohol o el tabaco.
En cuanto a su rutina diaria actual, cuenta que vive sola, que recibe la ayuda de una empleada del hogar que viene una vez por semana y que, con regularidad ve la televisión, lee noticias en móvil y suele salir, además de para ir al médico, a comer y, los domingos, a misa.
Al hacer un balance vital, Bellanato se muestra satisfecha: "He sido muy activa en muchos campos". Concretamente, destaca la oportunidad de haber viajado a congresos "por casi todo el mundo" y las amistades que hizo con científicos de otros países. "No me puedo quejar", señala.
Y en su longevidad, reconoce, ha sido clave seguir manteniendo proyectos una vez jubilada: continuó trabajando gratuitamente en el CSIC, haciendo publicaciones y asistiendo a congresos, incluso costeándoselos ella misma, y estudió Teología y colaboró en temas de bioética hasta hace poco tiempo.
Los mayores de hoy tienen "mucha vida por delante"
Por ello, recomienda a quienes llegan a la década de los 60 seguir "con sus aficiones, su trabajo y sus relaciones familiares y amistades". "Tienen mucha vida por delante", comenta.
Y es que, argumenta, la percepción de la vejez ha cambiado drásticamente en los últimos años. Cuando era más joven, recuerda, una persona que llegaba a la edad de jubilación era considerada "anciana". Sin embargo, actualmente, se puede considerar "joven". "Hasta los 90 años, y a veces más, todavía tienes que disfrutar de la vida", señala.
Finalmente, la científica realiza un llamado para que se reconozca como se merece todo lo que pueden aportar las personas mayores.
"No creo que se les valore lo suficiente", apunta y critica que el colectivo está "un poco apartado" y que la sociedad, inmersa en sus "problemas personales", no se preocupa por ellos.