Xaime Fandiño: "Me gusta que me llamen viejo y estoy encantado de serlo"
Miércoles 30 de abril de 2025
9 minutos
El comunicador gallego reflexiona en su libro 'El último concierto' sobre los límites de edadismo

Miércoles 30 de abril de 2025
9 minutos
El alma incansable de Xaime Fandiño, ex profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Vigo no deja de sorprender. Después de haber sido emprendedor sénior a los 66 años, rockero empedernido y miembro de la Cátedra de Edadismo de la Universidad de Vigo, llega a sus 72 años con un nuevo libro bajo el brazo. El último concierto: cuando la vejez se torna herejía (Editorial Elvira). Una novela que describe como una road movie ambientada entre Galicia y Portugal, y que tiene a mayores de una resiencia como claras protagonistas.
La historia se desarrolla inicialmente en una residencia ficticia, situada en la antigua factoría de Massó en Cangas do Morrazo, a orillas del mar, en la ría de Vigo. Desde allí, unos residentes deciden emprender un viaje para ir al Resurrection Fest de Viveiro. Fandiño adelanta en una entrevista a 65YMÁS que, por una serie de circunstancias que prefiere no desvelar para evitar spoilers, antes deberán pasar por Portugal para cumplir con un cometido que "la vida y el azar les asigna".
Una oda a la vejez libre de edadismo
A través de sus personajes y esta historia, Fandiño busca reivindicar la importancia de vivir la etapa de la vejez "libremente" y plantar cara al edadismo. Tal como ha explicado a 65YMÁS el germen de la novela se remonta a una noticia falsa que leyó en una revista alemana sobre unas personas en una residencia que se habían ido a un concierto heavy. Este hecho fue el punto de partida del primer borrador que iba a ser un guión cinematográfico y acabó siendo una novela que pone sobre la mesa "el derecho a decidir y la heterogeneidad de las personas más allá de su cronología".
Fandiño explica que la novela va dirigida principalmente a toda la generación que vivió a finales del siglo XX, es decir la suya. No obstante, también considera necesario que la gente más joven conozca "cómo se ha llegado hasta aquí" y pueda comprobar que, en realidad, las aspiraciones de sus antepasados en lo que respecta a la ilusión de vivir, el amor, la libertad y las necesidades básicas, "no fueron muy diferentes a sus demandas de ahora".
A la jubilación no se le puede añadir un finiquito social
En relación con la importancia de las relaciones intergeneracionales, Fandiño, acostumbrado a ellas en su faceta de profesor, defiende que el tiempo que cada uno lleva sobre la tierra "no debe ni puede ser un condicionante para tener ilusiones y anhelos". Por ello, considera necesario vivir "más allá de cualquier gueto cronológico", con el objetivo de recibir cosas de gente diversa, tanto en edad como en ideas, y poder así vivir plenamente en el siglo que a cada uno le ha tocado. En este contexto, ha señalado que al finiquito laboral de la jubilación "no se le puede adjuntar un finiquito social que nos saque de circulación y nos penalice simplemente por la edad", calificando esto como "edadismo en estado puro".
“Si tu perspectiva sobre la vejez está plagada de inseguridades, prejuicios y suspicacias o crees que tus abuelos son un coñazo, tienes que leer esta novela, porque en la tribu hereje de estos cuatro incombustibles no hay lugar para concesiones. Así que, cuando te sumerjas en su aventura, seguro que acabas por desterrar cualquier atisbo de ñoñería sobre la longevidad”.

La palabra "viejo" necesita actualizarse
El autor considera que el libro es otra forma de reivindicar la heterogeneidad y "el derecho a decidir en cualquier momento vital", sin importar la edad, porque la vida está llena de oportunidades que los protagonistas de la novela no desaprovechan. Fandiño, que tiene más de 70 años compartió su visión personal sobre la longevidad, señalando que él no se considera "longevo", término que reserva para personas que rondan los 100 años. Prefiere que le llamen "viejo" y está encantado de serlo, argumentando que "la otra opción pinta peor". Defendió que la palabra "viejo" necesita actualizarse, ya que las generaciones actuales, tanto jóvenes como mayores, tienen actitudes y planteamientos vitales distintos a los de generaciones coetáneas anteriores6. Lo fundamental, según él, es que las personas asuman "cada momento del tránsito vital por el que pasan con plenitud".
Respecto a la pregunta de si es más fácil acabar con los prejuicios usando el humor, Fandiño ha mostado cierto recelo hacia "la utilización del humor indiscriminado" para algunos temas relacionados con la edad. Fandiño señala que, si bien le encanta el humor, es muy importante "no alimentar, por una parte, el buenismo... y por otro la pena, y desde ahí ridiculizar de forma superlativa algunos problemas de las personas desde el parámetro de la edad". Aclaró que esto no se limita a la población mayor, sino a cualquier ser humano en cualquier momento de su vida".