Fernando Ónega: "Empresas y administraciones desprecian el talento sénior"

Fernando Ónega asume la Presidencia de 65YMÁS: “Aspiro a liderar la revolución de los sénior”

 

El pasado 1 de septiembre las ondas languidecieron cuando Fernando Ónega sorprendía a los oyentes anunciándoles que dejaba la radio, pero para nada se trataba de una retirada. Ónega comienza este lunes una nueva etapa en la que centrará su actividad informativa a partir de ahora en darle voz a los sénior.

Coincidiendo con la semana de los mayores –el día 1 de octubre se celebra el Día Internacional de las Personas Mayores–, el reconocido analista político ha asumido el cargo Presidente de 65Ymás, medio en el que hasta ahora realizaba labores de asesoramiento como presidente de su Comité Editorial.

“En esta nueva etapa que inicio quiero dedicarme a ayudar a la gente que tiene tantos años como yo o más. Aspiro, con humildad, a liderar la revolución de los sénior”, ha asegurado Ónega.

De esta gran revolución, de las elecciones que se avecinan, de periodismo, de expresidentes y hasta de libros, hemos conversado con este referente del periodismo. 

- ANA BEDIA: Recientemente anunció su retirada de la radio. ¿Fue un momento duro? ¿Qué le llevó a tomar esta decisión?

- FERNANDO ÓNEGA: Fue un momento difícil, pero alentado por una canción de Julio Iglesias (“Me olvidé de vivir”) y la necesidad de dar a mi familia una parte del tiempo que les he quitado por mi dedicación a la radio sin puentes ni fines de semana y con una casa que lleva más de 30 años cerrándose a las 9:30 h. de la noche de cada día. Cerré un capítulo, pero abro otro guiado por un verso de Antonio Machado: “Donde acaba el pobre río, la inmensa mar nos espera”. 

- A. B.: Su hija Sonsoles en una entrevista en El Hormiguero desveló que tienen un grupo de WhatsApp usted con sus dos hijas, en el que comentaron la oferta por parte de Atresmedia. ¿También comentaron su apuesta por 65Ymás? ¿Qué le dijeron sus hijas?

-F. O.: Lo comenté con mis hijas, con mi hijo Fernando, con mi mujer y con el resto de la familia. Todos respetaron mi decisión. Alguien me dijo que mis hijas mayores solían decir que tuvieron una infancia en la que sabían que tenía un padre porque lo oían en la radio. Creo que ahora lo recuperan, aunque a mí, personalmente, me duele que pueda ser tarde.

- A. B.: En el anuncio de su retirada de la radio, avanzó que dejaba las ondas para dedicarse a defender los derechos de las personas mayores de la mano de 65YMÁS y liderar la revolución de los sénior. ¿En qué consiste esa revolución? ¿Por qué es tan importante prestar una atención especial al segmento sénior? ¿Por qué es necesario un diario para mayores?

-F. O.: La revolución sénior se está produciendo. Su muestra más visible es que más de medio millón de españoles tienen más de 90 años, algo insólito en la historia. Los mayores de 65 años somos la tercera economía del mundo. Dentro de tres décadas, uno de cada tres españoles tendrá más de 65 años. Todo esto cambiará el mundo tal como hoy lo conocemos. Lo menos que puede hacer un periodista, notario del tiempo en que vive, es atender a esa realidad. Y la mejor forma de hacerlo, por no decir la única que está en su mano, es participar en el único periódico que se dedica íntegramente a esa realidad.

- A. B.: Carlos San Juan consiguió poner en el foco a los sénior y los problemas a los que se enfrentan en su día a día, en concreto la exclusión financiera que sufren por la digitalización de la banca. ¿Qué piensa de las medidas aprobadas por la banca? ¿Son suficientes para acabar con la exclusión financiera de los mayores?

-F. O.: Las medidas adoptadas supongo que están llenas de buena voluntad, pero no han resuelto el problema. En el medio rural, las cosas siguen igual. Los sistemas informáticos siguen siendo confusos, complejos y de difícil manejo. Los horarios de atención al público son hirientes e injustificables. En los grandes bancos ha desaparecido incluso la atención telefónica. Y las quejas de los usuarios subieron más de un 60 por ciento el año pasado. Casi 2.000 fueron ignoradas. Son datos del Banco de España.

- A. B.: ¿Qué otros sectores excluyen a los sénior?

-F. O.: Creo que no exagero si digo que todos. Si la palabra “exclusión” resultase exagerada, rectifico y digo falta de atención, falta de sensibilidad, falta de cuidado. Conseguir una cita en un centro de atención primaria de la Seguridad Social es tarea de grandes expertos. Moverse por Internet y su lío de contraseñas es una aventura imposible. Entender las comunicaciones de Hacienda es propio de catedráticos. El sénior que vive solo, además del drama de la soledad, vive el drama del aislamiento tecnológico. 

 

- A. B.: ¿Empresas y administraciones valoran como debieran al talento sénior?

-F. O.: En absoluto. Es más: lo desprecian. Dejan que se pierda por el mero hecho de haber cumplido años. Se echa de los hospitales a los médicos que más saben; de los ministerios, a los funcionarios de más experiencia; de las empresas, a las personas de más sabiduría acumulada. Y, encima, no tienen representación política, base de la democracia. Uno de cada tres votantes es mayor de 60 años. Los parlamentarios de esa edad, en cambio, no pasan del 5 por ciento. Esto, para los mayores, no es una democracia representativa. Es para provocar una rebelión.

- A. B.: Si tuviera de qué destacar sólo uno: ¿Cuál es su hito profesional del que más se enorgullece?

-F. O.: Lo que más me enorgullece es la carta o la llamada telefónica de un lector o un oyente que me dice que un comentario mío, le ha resuelto o le ayudó a resolver un problema personal. Eso vale más que cualquier reconocimiento y cualquier premio, aunque no se puede poner en el currículum.

- A. B.: ¿Qué diferencia al periodismo de ahora del de antes?

- F. O.: El de antes era muy bueno, el de ahora no está mal. Pero el de ahora es mucho más difícil en tiempo de posverdad, de dominio de las redes sociales y en plena transición hacia no sabemos muy bien a dónde ni hacia qué modelo. El periodismo de hoy tiene un desafío que nunca tuvo: convertirse en garante de la veracidad y de la credibilidad. De eso depende el futuro de la información y el freno a los nuevos autoritarismos que amenazan la democracia.

- A. B.: ¿Cuál es para usted el medio de comunicación más puro: radio, televisión, papel o internet? ¿Por qué?

- F. O.: Puro, lo que se dice puro, quizá ninguno. En cuanto a su utilidad, todos cumplen su función y son complementarios. La radio es la emoción del directo, la cercanía y el hablar a la persona en la soledad del coche, de su dormitorio, incluso del cuarto de baño. Es el imperio de la palabra. La televisión es la imagen, la ventana abierta al mundo. Si no se manipula, es lo más poderoso. El periódico en papel quizá esté en extinción, no lo sé; pero, en papel o electrónico, es la información reposada, valorada y enriquecida con las claves. el mayor peligro es que la urgencia por adelantarse a los demás lleve a la pérdida del contraste y, por tanto, a la mentira. Creo que el futuro es de Internet y, dentro de Internet, de quien conserve los grandes valores de siempre. Cambia el soporte, no puede cambiar la esencia. 

- A. B.: Tras dejar la radio, muchos oyentes se han quedado huérfanos sin poder escuchar su análisis diario de la actualidad. ¿Tiene planeado algo para sus fieles seguidores? 

- F. O.: Muchos oyentes, por lo menos algunos, se han quedado sin mi cita puntual, pero soy lo suficientemente realista –y Onda Cero mucho más– para saber que nadie es imprescindible. Yo seguiré cumpliendo mi función en 65ymas.com, procuraré hacerlo con mi propia voz y con la misma intención de neutralidad política y de servicio de estas páginas.

- A. B.: Con 28 años se convirtió en el autor de los discursos de un presidente de Gobierno (Adolfo Suárez) y algunas de sus frases, como el “puedo prometer y prometo” están en los libros de historia. ¿Qué opina del discurso de los políticos en la actualidad? 

-F. O.: Todos son muy buenos, muy bonitos, muy cultos y algunos incluso emotivos. Y todos son parciales, partidistas, levemente mentirosos y la mayoría quizá busquen hacer patria, pero buscan sobre todo hacer votos.

- A. B.: Si hacemos caso a las encuestas parece que Pedro Sánchez podría tener complicada una victoria en las próximas elecciones generales y colocan al PP de Alberto Núñez Feijóo como favorito. ¿En qué ha fallado Pedro Sánchez? ¿Ve a Feijóo como futuro presidente del Gobierno?

-F. O.: Cada día que pasa tengo más la impresión de que, si pierde Pedro Sánchez, es por lo que dice García Page: por las “malas compañías” que eligió como apoyos de su gobierno. Eso facilitó la idea de gobierno frankenstein y la perversión de que Sánchez quiere el poder a cualquier precio. Estas imágenes han sido mucho más destructoras que sus meritorias acciones de gobernación. Sobre Feijoo, no soy adivino, pero creo que sería un gran presidente. A ver si le dejan.

 

- A. B.: ¿Qué le hace a un presidente perder unas elecciones? Recuerdo una conversación con usted en la que me hizo un repaso a los presidentes del Gobierno españoles señalando lo que les había hecho perder en las urnas. ¿Puede repetirlo para los lectores de 65YMÁS? 

- F. O.: Normalmente hay muchas razones para perder unas elecciones. Pero hay un momento, a veces un minuto, que hace que se le pierda el respeto y a partir de ahí empieza el desastre. Ese minuto fue en Suárez cuando menospreció los avisos e hizo vacaciones con un financiero de trayectoria discutible. Felipe González, cuando declaró que se había enterado de Filesa por la prensa. Aznar, en la boda principesca de su hija, más que por la guerra. Zapatero, cuando negó la existencia de la crisis. Rajoy, cuando pareció entregar el poder sin resistencia. Pedro Sánchez todavía no tuvo ese minuto de desastre.

- A. B.: ¿Nos podría hacer un análisis con las claves de lo que nos espera en 2023?

- F. O.: Nos espera un tiempo duro por la guerra de Ucrania. Habrá elecciones y sabe Dios con qué resultado, pero determinarán el futuro. Y pido que el deterioro de la calidad de vida y las injusticias no provoquen un serio conflicto social.

- A. B.: ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta España como país?

- F. O.: La continuidad del sistema constitucional, dadas las crisis institucionales que padecemos. A continuación, la solución del problema catalán con lo que supone para la integridad territorial de España. Y el empleo. Si el empleo se resuelve, todo se resuelve.

- A. B.: El ministro Escrivá está acaparando titulares con la segunda parte de la reforma de las pensiones, que toca aprobar antes de finales de 2022. No deja de sonar la intención del Gobierno de ampliar el periodo de cómputo de las pensiones, situado en los últimos 25 años cotizados. ¿Cuál es su opinión sobre las medidas? ¿Cree que contribuirán a la sostenibilidad del sistema como asegura Escrivá?

- F. O.: Estoy, como todos, a la espera de la “segunda reforma”. Confío mucho en Escrivá y no creo que vaya a aumentar el periodo de cómputo, que significaría una rebaja efectiva. Y desconfío de quienes dicen que subir las pensiones de acuerdo con el IPC pone en riesgo el sistema público. En el día en que tenemos esta conversación se publica que los consejeros de las empresas cotizadas aumentaron sus ingresos un 13,2 por ciento en 2021. Un pensionista ni es menos ni trabajó menos que un consejero de administración.

- A. B.: Los de derechas dicen que usted es de izquierdas y a la inversa. ¿Cómo lo ha logrado? Visto desde mi perspectiva es usted el ejemplo de que la utópica neutralidad periodística puede alcanzarse.

- F. O.: Mi mayor lección periodística me la dio una campesina de Lugo, llamada Angelita, que era mi madre. Siempre me dijo que “Deus é bo, e o demo non é malo”. Dios es bueno y el diablo no es malo. En política, exactamente igual. 

- A. B.: En los últimos tiempos ¿Cree que se está dando un trato justo al rey emérito?

- F. O.: Rotundamente no. 

- A. B.: 'El termómetro de la vida’ (2004);. ‘Puedo prometer y prometo, mis años con Adolfo Suárez’ (2013); ‘Juan Carlos I. El hombre que pudo reinar’ (2015); ‘Qué nos ha pasado, España (2017)’... son los títulos de sus libros. ¿Cuál será el próximo? ¿Nos puede avanzar algo? ¿Cuál le gustaría escribir?

- F. O.: No sé cuál será el próximo. Pero tengo muchas ganas de entrar en lo que queda de la magia de mi tierra gallega. Y, si voy a entregarme al mundo sénior, lo quiero hacer desde 65YMÁS, por supuesto. Pero también desde un libro, porque la revolución sénior es una de las más trascendentes. Las otras dos son el nuevo y todavía misterio equilibrio geoestratégico mundial y el derivado del cambio climático.

- A. B.: Ahora como lector ávido… ¿Qué libro recomendaría a los lectores de 65YMÁS y por qué?

- F. O.: 'Un instante eterno', de Pascal Bruckner, editado por Siruela. Es el mejor tratado de la longevidad. En él se pueden encontrar sonrisas, proyectos, burlas, sueños y una afirmación como esta: “Solo hay una forma de retrasar el envejecimiento: permaneciendo en la dinámica del deseo”.  Y solo añado: amén.