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'Gripalización' del Covid: ¿mascarilla para mayores, vacuna para vulnerables y adiós a los test?

Pablo Recio

Martes 11 de enero de 2022

ACTUALIZADO : Martes 11 de enero de 2022 a las 10:06 H

12 minutos

España podría optar por una convivencia con el virus y renunciar al control de todos los casos

'Gripalización' del Covid: ¿mascarilla para mayores, vacuna para vulnerables y adiós a los test?
Pablo Recio

Martes 11 de enero de 2022

12 minutos

La Covid podría vigilarse como una gripe tras la sexta ola. En concreto, España se plantearía implantar un modelo más parecido al de los resfriados estacionales, en el que se monitorizarían las infecciones a través de muestras representativas sacadas de hospitales y centros de salud, según ha adelantado El País, y no mediante el testeo masivo. 

Y es que, las mutaciones del virus, la protección que da la vacuna contra casos graves para todas las variantes conocidas y la pérdida de anticuerpos con el paso de los meses podrían ser indicadores de que la Covid-19 va a convertirse en una enfermedad que cause olas cada 'x' meses, con un gran número de infectados, pero pocos casos severos –proporcionalmente–.

Y eso, sumado a la alta transmisión actual de ómicron podría justificar un cambio en el modelo de monitorización.

Una modificación, que –aunque no se ha planteado aún– es lógico que se acompañe de la revacunación de los más vulnerables, la remodelación del Sistema Nacional de Salud para que pueda llegar a todos los casos graves, la recomendación de medidas preventivas –como ventilar o el uso de mascarilla en determinados contextos (aunque está por ver si es sostenible desde el punto de vista medioambiental en el largo plazo)– y la aplicación de tratamientos a enfermos. Unas medidas propias, ya no tanto de una crisis sanitaria, sino de cierta normalidad. 

Además, si el tratamiento que se le da a la Covid se 'gripalizara' sería necesaria también, cabe pensar, la colaboración de la población, que debería poco a poco ir perdiendo el pánico al contagio, para que los sistemas de salud, sobre todo la Atención Primaria, no se sature con casos leves o poco sintomáticos y pueda atender a los moderados y al resto de patologías. Algo, que necesitaría de mucha pedagogía por parte de las autoridades. 

Con todo, la transición hacia este modelo está todavía lejos de ser una realidad y queda por ver en qué quedará finalmente –pues aún no se ha definido–. "Con toda la prudencia, todos los técnicos apuntan a que estamos ante un nuevo paradigma en el control de la pandemia. Hay una nueva mirada en el control, algo que ha avanzado la ministra de Sanidad desde hace semanas en sus comparecencias públicas. Los cambios en el seguimiento de los sistemas de vigilancia siempre vendrán de la mano de las instituciones europeas y de la cogobernanza. Aún no tenemos un modelo definido y se trabaja en distintas opciones que se comunicarán en cuanto se haya avanzado", indican desde el Ministerio de Sanidad. 

covid 65ymas

Los expertos, divididos

No obstante, no todos los profesionales de Salud Pública están de acuerdo con que se opte por este modelo, sobre todo, quienes se muestran partidarios de la erradicación –corriente Zero Covid– o los que entienden que el coronavirus se comportará de forma más leve en el futuro, causando brotes aislados, y que piensan que, mientras, habría que seguir reduciendo el número de infecciones –con restricciones a la interacción en periodos de alta incidencia, por ejemplo–. 

Aun así, buena parte de los expertos consultados por 65Ymás creen que quizá no sería una mala idea el modelo planteado por el Gobierno, aunque esta nueva política debería ir acompañada de un redimensionamiento del Sistema Nacional de Salud y de una revacunación periódica, si fuese necesaria, para que el sistema no se tensione en exceso. 

Eso sí, todos coinciden en que todavía no es el momento para cambiar a ese tipo de modelo y que habría que esperar, como mínimo, a que acabe la sexta ola. 

"Creo que el enfoque respecto a la Covid-19 sí es posible que acabe pareciéndose al de la gripe. Lo que pasa es que no sé cuánto va a durar ese camino y qué problemas nos encontraremos. Ahora mismo, la gran incógnita es si la mayor suavidad de la sexta ola en términos de hospitalizaciones y muertes en los países donde ya ha hecho pico –Sudáfrica, Reino Unido y algún país europeo– se debe principalmente a la vacunación, a la inmunidad previa por haber pasado la infección o a una combinación de las dos", explica la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles (@CanellesMatilde).

"Según los datos preliminares de EEUU parece que es principalmente por la vacunación –con un porcentaje menor que en España–. Allí, las hospitalizaciones y muertes están aumentando más respecto al número de casos. Si se confirma esto, tendremos que seguir vacunando como hasta ahora para asegurarnos que no saturamos el sistema sanitario. Pero si se viera que en EEUU también el número de muertes es muy bajo, entonces sí podremos hablar de tratar la Covid-19 como si fuera una gripe a efectos de Salud Pública, es decir, vacunar a los mayores, cuidar la ventilación y la limpieza del aire y quizá mascarillas para los mayores en las épocas de mayor incidencia", prevé. 

"El modelo tiene sentido. La vigilancia es incapaz de hacer diagnóstico a todas las personas infectadas, y mucho menos, el seguimiento de éstas y de sus contactos. Por la cantidad de personas infectadas, se ha sobrepasado la capacidad de rastreo. ¿Es necesario seguir así? Pues creo que habría que preguntarse si con la vacunación actual vale para saber que no va a haber un colapso. La respuesta: creo que es pronto, pero no va a tardar mucho. Cuando se sepa cómo se comportan las personas con dos dosis en comparación con quienes tienen tres y cuando se tengan datos fiables, sería el momento", indica el virólogo de la Universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal.

Y adelanta: "Creo que, en la medida que vayamos viendo cómo el impacto de las olas es menor, socialmente, se irá interiorizando y poco a poco la gente será consciente de que tendrá síntomas leves y no enfermedad grave. ¿Cuándo llegará? Espero que a lo largo de este año. No se si va a haber nuevas olas, o algunas como esta, con esta fuerza. Pero creo que en febrero o marzo ya se sabrá cuánta gente ha muerto y se verá si es un problema menos grave". 

"En cuanto a las personas mayores, la 'gripalización' es más problemática por los ingresos a pesar de estar vacunados. Indica que no les protege completamente. Habrá que ver cuántas dosis necesitan y cada cuánto –un año– o si hay poco que hacer. Es un problema que pone de manifiesto que las inyecciones son mejorables y que hay que desarrollar algunas que puedan prevenir la enfermedad en estas personas más vulnerables, igual que las de la gripe, que tienen más cantidad de antígenos en sus dosis que en la de los jóvenes", comenta. 

Vacunación en residencias. Foto: Europa Press

 

Por su parte, el epidemiólogo e investigador de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (@GVAfisabio), Salvador Peiró, matiza que no es lo mismo "sistema de vigilancia" que la forma en la que se trata una infección desde el punto de vista médico.

"No deben confundirse la 'gripalización' de la vigilancia epidemiológica de la Covid-19 con la 'gripalización' del manejo de pacientes –incluso en el caso de la gripe, puede ser muy diferente en años 'normales' que en los que hay alta incidencia–. La vigilancia epidemiológica de las infecciones respiratorias se realiza en España a través de SIVIRA –Sistema de Vigilancia de la Infección Respiratoria Aguda–, un sistema centinela que incorpora la Atención Primaria y Hospitales, y que sigue Gripe, Covid-19, VSR y otros virus respiratorios. Estos sistemas pueden permitir una monitorización muestral que es menos costosa y, probablemente, más exacta que el conteo caso a caso", apunta. 

Por esta razón, afirma, "tiene bastante sentido trasladar la monitorización a estos sistemas, sin que ello sea obstáculo para que sean complementados por otros de información automatizados que recogen rutinariamente datos de atención primaria, urgencias, hospitales y laboratorios de microbiología".

Y en paralelo, prosigue, se podrían plantear otras estrategias, como dejar de hacer test masivos tras la sexta ola. "Aunque existe PCR para virus de la gripe, VRS y otros, no la hacemos rutinariamente –salvo en hospitales y en red centinela–, porque el manejo de estos casos es similar y el diagnóstico del virus causante no influía en el tratamiento. El uso del testado indiscriminado va ligado a las estrategias de aislamiento –no las empleamos en la gripe o el VRS o los resfriados, pero sí en la Covid–. Si la incidencia de coronavirus grave desciende hasta niveles similares a los de la gripe estacional no tendría sentido el aislamiento –y en consecuencia el testado generalizado–. Así, una variable importante será la utilización de tratamientos específicos –ej. Paxlovid– en personas de riesgo aumentado. En estos casos, podría ser de interés identificar el virus para aplicar o no un tratamiento específico –que no sería efectivo en virus que no fueran el SARS-CoV-2–", opina.

La mascarilla, para sintomáticos

A pesar de todo, esto no debería significar que se dejen de aplicar ciertas medidas de prevención, señala. "La ventilación –y la calidad del aire que respiramos en espacios cerrados– debe ser una apuesta de futuro, con interés para todos los virus respiratorios. Y probablemente requiere cambios en la regulación de los equipos de ventilación forzada en locales con aforos importantes –colegios, restauración, empresas, lugares de culto…–. Luego, la mascarilla en exteriores no tiene sentido. Tampoco en interiores, fuera de periodo epidémico. En personas con síntomas de infección respiratoria aguda, sí parece razonable que se mantenga el uso –especialmente en espacios con personas más vulnerables: centros de salud, urgencias, residencias…–", argumenta.

Por último, el epidemiólgo vaticina que quizá no haga falta revacunarse cada poco tiempo. "Todo indica que dos dosis –y tres, aún más– resisten bien la protección frente a Covid grave –contra contagio, ya veremos en unos meses–", concluye. 

La Covid no es una gripe

Por otra parte, algunos expertos consultados por este diario no comparten en absoluto la idea de 'gripalizar' la pandemia y piden seguir con el modelo anterior. "Es una idea equivocada. Es una ilusión que se está extendiendo como la pólvora pero que la realidad desmiente: está habiendo un aumento de casos hospitalizados por encima de las dos olas previas, una saturación progresiva de las UCI en algunas comunidades y, a este paso, en otras próximamente, un número de fallecidos en aumento –más de 1.000 sólo en diciembre–, sin hablar de los posibles casos de Covid Persistente que puedan aparecer y una sobrecarga de la atención primaria muy superior a la de la gripe estacional...", enumera el epidemiólogo y portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (@amasap), Fernando García. 

"Quienes proponen esa gripalización toman sus deseos por realidades. Ojalá la Covid-19 se hubiera convertido ya en una endemia y hubiera dejado de ser una pandemia. Pero no se puede proclamar que con la variante ómicron se ha convertido en eso, pues la morbilidad, la mortalidad y la carga asistencial que vemos estos días sobrepasan con creces las de una endemia. Es cierto que una buena parte de la carga proviene de la variante delta y que está por conocer con detalle la morbilidad y mortalidad específica de la variante ómicron, pero aunque pueda ser menor que la de las variantes previas, dada su enorme contagiosidad, el número de casos graves final puede acabar siendo muy alto", indica.

Y ejemplifica: "Entre el 1 de noviembre y el 26 de diciembre, de las personas fallecidas en España de las que se conocía su estado de vacunación, 1.207 estaban vacunadas y 471 no. Aunque la tasa de fallecidos en vacunados fue de 0,11 por 100.000 personas frente a 1,46 por 100.000 personas en no vacunadas (13 veces más), la vacuna no protegió del todo frente a la enfermedad grave, sobre todo en mayores de 60 años, y en particular, en personas de más de 80". 

Así pues, según el experto, aún no procede bajar la guardia. "La vacunación masiva tampoco convierte a la Covid-19 en una enfermedad endémica, al menos por ahora. Si las autoridades recurrieran ahora mismo a dejar de notificar la incidencia acumulada y pasaran a un sistema de médicos centinela, como se hace con la gripe, dejaríamos de tener una información diaria que es muy valiosa para conocer la evolución de la enfermedad. El día en que se convierta en una endemia, sí tendrá sentido recurrir a ese sistema", señala. 

"Lamentablemente, los mensajes de las autoridades –tenemos que aprender a convivir con el virus y recurrir al autocuidado, que no dejan de ser mensajes de impotencia–, junto con las proclamas de algunas personas influyentes en las redes sociales de que con la variante ómicron ya se ha terminado la pandemia, están convenciendo a la gente de que la Covid-19 se ha gripalizado. Y también influye la enorme cantidad de casos que todos vemos a nuestro alrededor, la inmensa mayoría de ellos leves y banales. Pero no nos fijamos en todos los pacientes que ingresan en los hospitales o en las UCI o en los que fallecen, lo que nos da una visión sesgada y demasiado optimista de la situación. El día en que la Covid se convierta en una endemia, con síntomas parecidos a los de la gripe o los de un catarro, la gente no acudirá a su centro de salud. Pero no estamos en esa situación, ni sabemos cuándo llegará", se lamenta.

Y recuerda: "Se podrían haber tomado algunas medidas verdaderamente eficaces, como la promoción del teletrabajo, la ventilación masiva de interiores, la gestión real y efectiva de las bajas laborales, así como medidas de reducción de las interacciones sociales, impopulares, pero que al final los gobiernos de algunas comunidades autónomas acabaron tomando. En los países europeos en donde se han tomado en estas navidades, como Alemania, se ha podido contener mejor la transmisión comunitaria". 

Coincide con García el investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido), Salvador Macip (@DrMacip). "En algún momento tendrá sentido, pero ahora es un poco pronto. Habrá que ver cuánto se tarda en 'gripalizar' la Covid. Quizás a finales de año, quizás el que viene, depende de muchos factores. Hacer tests es esencial, cuantos más, mejor, y detectar asintomáticos nos permite evitar que contagien a otras personas que quizá tendrían más problemas. Además, la mascarilla sigue siendo una herramienta útil, es pronto para quitarla, pero llegará un momento que ya no hará falta, quizás sólo durante los picos estacionales que pueda haber", adelanta.

Sobre el autor:

Pablo Recio

Pablo Recio

Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica. 

En 65Ymás, ha contado el drama vivido en las residencias durante la pandemia y ha sacado diferentes exclusivas de impacto como 81 menús de residencias de mayores, a examen: "Baja calidad nutricional y abuso de procesados"que fue citado en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. 

Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial. 

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