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La 'gripalización' tardará en llegar a las residencias: "Aislarlos en una burbuja no es la solución"

Pablo Recio

Jueves 13 de enero de 2022

ACTUALIZADO : Jueves 13 de enero de 2022 a las 19:39 H

12 minutos

La incidencia sube en los centros sociosanitarios aunque la letalidad, por ahora, sigue estable

La 'gripalización' tardará en llegar a las residencias: "Aislarlos en una burbuja no es la solución"
Pablo Recio

Jueves 13 de enero de 2022

12 minutos

La sexta ola también ha impactado en las residencias de mayores, que no se libran del alza de contagios pese a que, desde octubre/noviembre, casi todos los usuarios han recibido la tercera dosis y, desde diciembre, buena parte de los trabajadores.

Y es que la transmisión generalizada del virus, que ha alcanzado cifras récord en España por la expansión de la variante ómicron, ha acabado llegando a gran parte de los centros sociosanitarios y ha afectado tanto a usuarios como a trabajadores, aunque en este último caso las infecciones en empleados duplican a las de los mayores. 

Eso sí, por el momento, y en base a datos aportados por el Imserso durante las navidades, el número de contagios por brote sigue siendo estable, cerca de cinco casos –lejos de los 18 de antaño–, si bien, por contra, las residencias afectadas por brotes han aumentado exponencialmente.

Además, la letalidad parece que no ha variado mucho, manteniéndose baja para este colectivo tan vulnerable a cualquier enfermedad –menos del 10%–, aunque habrá que esperar a que se alcance el pico de infecciones para ver si la tendencia estable se confirma. 

Ahora bien, que esta ola no esté diezmando la población de estos centros, como pasaba antes de la vacunación, no significa que el Covid ya no cause problemas: centenares de trabajadores están de baja, los mayores deben aislarse estrictamente aún siendo asintomáticos, algunas comunidades han restringido las salidas o visitas –como Murcia o Castilla-La Mancha– y un pequeño porcentaje de pacientes ha tenido que ser hospitalizado. 

Por ello, en este momento, visto que el virus podría seguir mutando en el futuro y generando sucesivas olas –como ha pasado con ómicron (si es que esta variante no ha sido una anomalía)–, cabe plantearse si tiene sentido seguir manteniendo los aislamientos generalizados y las limitaciones a la interacción o si se podría actuar como con otros virus también imprevisibles y que causan oleadas cada cierto tiempo, como los de la gripe. Es decir, centrarse en los sintomáticos, revacunar periódicamente y aplicar tratamientos para evitar casos graves, máxime, cuando la mayoría de infecciones en la actualidad parecen leves, incluso en este colectivo. 

Por ahora, la mayoría de expertos consultados piden esperar a ver cuál es la mortalidad y letalidad de ómicron en residencias antes de modificar el modelo actual de contención de la pandemia, que consiste en la reducción de contactos, el testeo y la sectorización; y también en fomentar la ventilación y el uso de mascarillas (aunque éstas dos últimas medidas podrían haber llegado para quedarse).

Los expertos piden mantener medidas todavía

"La incidencia acumulada en residencias es muy alta –para un grupo de población vulnerable–. Sólo algo más baja que la de la población general, como también sucede en los de más de 70 años. Y probablemente, la diferencia es algo mayor de lo que dicen las cifras oficiales, ya que están mucho más testados y la detección de casos es más grande que en población general o personas mayores no-residentes. Por otra parte, son sitios con un importante 'poso de inmunidad': gran número de infectados hasta la tercera ola, vacunación cercana al 100%, terceras dosis cercanas al 100% –recibidas a tiempo– e infecciones de brecha –en personas vacunadas–. Por eso, el resultado es que están teniendo una incidencia bastante discreta de casos graves, al menos, en relación a otras oleadas. Tienen un número muy parecido de casos que en el pico de la tercera ola, y entonces se producían unos 800 fallecimientos por semana frente a los 50 de ahora. Asimismo, recordemos, el fallecimiento no es necesariamente atribuible a la Covid", analiza el epidemiólogo e investigador de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (@GVAfisabio), Salvador Peiró. 

Sin embargo, aunque los datos sean buenos, el experto matiza que, por ahora, recomendaría mantener las medidas de seguridad. "Hay mucha incertidumbre aún sobre el resultado en casos graves de esta oleada –es obvio que esperamos muchos menos que en otras, pero es difícil de cuantificar cuántos serán–. Por el momento, parece razonable mantener medidas de reducción de la transmisión –limitar contactos, mascarilla en espacios cerrados, ventilación...–, sobre todo, en un grupo que, a lo largo de la pandemia, se ha mostrado especialmente vulnerable", indica. 

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Datos de incidencia en residencias. Fuente: Imserso. Pincha en la imagen para ver el informe.

"A medio plazo sí que se podrá tratar como una gripe"

"Me parece muy pronto para tanto optimismo y para empezar a levantar medidas. Principalmente, porque los datos que tenemos de momento de ómicron son de Sudáfrica, donde la población es más joven, y en Reino Unido, comenzaron las hospitalizaciones con personas de menor edad, pero ahora, son más de mayores. Yo tendría cuidado. En España, los casos están disparados y no sabemos cómo les va a afectar. Esperaría un poco a ver los datos para ver si podemos abrir la mano", comenta por su parte la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles (@CanellesMatilde). 

No obstante, la científica sí que cree que pasada esta ola probablemente se puedan relajar las medidas y cambiar el abordaje de los casos. "A medio plazo sí que se podrá tratar como una gripe. Pero hasta que no tengamos información precisa, me parece prematuro", sostiene. 

Por contra, para el epidemiólogo y portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (@amasap), Fernando García, este virus no se puede abordar como la gripe. Pero tampoco, a su parecer, las medidas actuales de restricción son acertadas, puesto que deberían centrarse en los empleados y no en restringir las visitas. 

"Estudios hechos en otros países demuestran que no son los familiares quienes suelen introducir el virus en las residencias sino los trabajadores. Por tanto, centrar el problema en ellos es errar el tiro. Máxime, si tenemos en cuenta el perjuicio que supone a los residentes privarles de las visitas", opina.

Por ello, pide la vacunación masiva de los empleados, pruebas periódicas, evitar trabajar con síntomas, acabar con el pluriempleo, mejorar las condiciones e intensificar la formación sanitaria de los auxiliares. 

Y en cuanto a las familias, García propone exigir la vacunación completa/test, ventilar/realizar los encuentros al aire libre y usar la mascarilla. 

"Mientras estemos como estamos, con los casos de hospitalizados, de ingresos en UCI y de muertos aumentando, habría que aplicar las medidas. No olvidemos que la letalidad en las residencias sigue siendo muy alta –7,7% en el segundo semestre de 2021– y que la incidencia está subiendo –prevalencia de 1.284 por 100 000 residentes hace una semana, si tomamos la prevalencia como el número total de casos en un momento dado, a diferencia de la incidencia, que es el número de casos nuevos de Covid-19 en un periodo de tiempo determinado–. No es momento para relajar nada, sólo para tomar las decisiones correctas, orientadas a reducir la entrada del virus en las residencias sin perjudicar a los usuarios. Medidas, que deben preservar en lo posible sus derechos, entre los que están el contacto necesario con los familiares", sentencia.

Un conclusión que comparte el virólogo de la Universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal, sobre todo, por la menor gravedad de las infecciones en la actualidad.

"Podemos esperar que la mayor parte de los residentes en estos centros tengan una buena protección frente al virus, pero habría que evaluar el grado exacto a partir de los casos graves, cuando pase esta sexta ola, y si es necesario un refuerzo, y a quién", analiza.

Así pues, el experto entiende que hay que alcanzar un equilibrio entre la seguridad y la salud física y mental de los residentes. "Creo que habría que revisar los protocolos y poner algunos criterios que no se estaban tomando, ya que en la época de mayores casos de gripe hay una alta incidencia también en residencias y casos graves y muertes que podrían prevenirse en algunos casos. Eso sí, sin duda la vacunación y los tratamientos van a ser una herramienta para que no se viva en ese estado de angustia. Es imprescindible el contacto con los familiares, las necesidades emocionales y que sientan lo importantísimos que son para nosotros y que estamos con ellos. Aislarlos en una burbuja no es la solución", recuerda.

Implicaciones emocionales del aislamiento

Coincide con Nistal el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria), José Augusto García, que recuerda que las políticas sanitarias restrictivas para evitar infecciones tienen también una cara B.  

"Se han duplicado los casos en la última semana y eso hace que algunas CCAA adopten medidas de restricción en cuanto a las visitas y en cuanto a su libre circulación. Desde la SEGG queremos recordar que tienen efectos en el estado de ánimo, la salud mental y física de los residentes", apostilla. 

Y es algo que sufren las familias y los usuarios y que denuncian desde las organizaciones de familiares, que piden a las autoridades que no aíslen a los mayores por el simple hecho de vivir en una residencia, sobre todo, visto que la gran mayoría de casos son leves o asintomáticos. 

"Es verdad que han aumentado las infecciones, pero la situación es distinta, porque no se traduce en tantos fallecimientos ni ingresos", explica la portavoz de la Coordinadora de residencias 5+1 (@CooResidencias), María José Carcelén. 

Por esa razón, la familiar no entiende que se restrinjan las visitas ni la salidas "a estas alturas". "Los confinamientos no tienen sentido, porque no se pueden hacer respecto de los trabajadores, que son el vector. A los mayores, no les aporta nada", denuncia. 

Igualmente, recuerda, "hay que respetar los derechos constitucionales de los residentes". "Para el resto de personas, cuando hay que confinarnos de manera grupal, se debe pedir permiso al Tribunal. Pero aquí, por ejemplo, en Cataluña, no se pide ni la autorización", critica. 

"Al final, parece que se pueden morir de otras cosas, pero no por Covid, porque parece como si les fueran a demandar. Es muy bestia. Estamos hablando de personas, y nos permitimos aislar durante días y días a gente que lo único que tiene es el contacto con su familia", se lamenta. 

Residencias y centros de día de Madrid podrán excepcionalmente contratar empleados sin titulación

Una ola vivida con "más normalidad"

"La situación que estamos viviendo ahora no tiene nada que ver con lo visto anteriormente. Por una parte, contamos con la práctica totalidad de las personas mayores vacunadas, así como de los trabajadores de los centros. Por otro lado, la atención sanitaria está siendo muy poco requerida, pero la relación con las consejerías de Sanidad está siendo muy fluida. Y por último, estamos gestionando esta ola con todo lo aprendido en etapas anteriores, lo que facilita mucho la sectorización de los centros y la comunicación con las familias. A pesar de ser una situación no deseada, esta ola se está llevando con mucha más normalidad que en etapas anteriores", apunta por su parte el secretario general de la patronal AESTE (@AESTE_oficial), Jesús Cubero. 

Si bien, matiza, sí que se están encontrando con bajas de trabajadores por los contagios. "En algunas comunidades autónomas como Madrid –Andalucía ya está trabajando en ello–, se ha regulado la contratación de personal que no tenga la titulación correspondiente para suplir de forma excepcional –y con un proceso de formación previo– al personal que pueda estar de baja. Por lo que vamos viendo, la COVID ha venido para quedarse en nuestra sociedad y debemos aprender a convivir con ella como una enfermedad estacional como pudiera ser la gripe en sus orígenes. Eso afecta a cómo gestionamos las bajas y sustituciones de personal, a la gestión de las visitas e ingresos en los centros, etc…", afirma. 

Por su parte, el presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia (@FEDdependencia), Ignacio Fernández-Cid, reconoce que "en diciembre pensábamos que estábamos fuera de esa ola, pero no fue así. Y como en la sociedad se ha incrementado el contagio, el virus ha entrado en las residencias".

Ahora bien, el impacto está siendo mucho menor en hospitalizaciones y por ello, no ve mal que se le dé un tratamiento como si fuese un "brote de gripe". "Deberemos concienciar a la gente que siga vacunándose y esperando que la ciencia avance y saque un medicamento que combata la epidemia, pero no podemos estar cerrando los centros y restringiendo visitas. Hay que entender que terapéuticamente son necesarias", afirma.  

El problema de las bajas

Por último, las organizaciones de trabajadores denuncian que las bajas están repercutiendo en la atención a los mayores. 

"Afortunadamente, la tercera dosis está evitando casos dramáticos, pero el gran problema son los contagios de profesionales. Ahí, depende de la comunidad. Por ejemplo, en Madrid, las plantillas se redujeron por los fallecimientos de marzo y abril, pero cuando han venido ingresos, no se han recuperado los niveles previos. Entonces, está habiendo problemas de cobertura, y eso que ya había plantillas insuficientes para dar una atención de calidad", asegura el responsable de Negociación Colectiva Privada de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO (@fssccoo), Jesús Cabrera.  

"El problema son las plantillas. Así que si se producen contagios, hay riesgo de falta de sustituciones y de problemas asistenciales", concluye. 

Sobre el autor:

Pablo Recio

Pablo Recio

Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica. 

En 65Ymás, ha contado el drama vivido en las residencias durante la pandemia y ha sacado diferentes exclusivas de impacto como 81 menús de residencias de mayores, a examen: "Baja calidad nutricional y abuso de procesados"que fue citado en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. 

Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial. 

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