Hay personas que solo utilizan toallas, otras que no pueden vivir sin su albornoz y hay quien combina ambas piezas a la hora de secarse. Como es evidente, en el gusto y las preferencias de cada uno se halla el quid de la cuestión, ya que, a fin de cuentas, se trata de una acción que hacemos todos los días: secarnos.
Sin embargo, sí que se pueden encontrar ventajas y desventajas de utilizar una prenda u otra, sobre todo si tenemos en cuenta cuál puede venir mejor a las personas mayores. Asimismo, tanto para las toallas como para los albornoces, será muy importante lavarlos con cierta asiduidad para que no alberguen gérmenes que pueden provocarnos problemas de salud.
En el caso de que se tenga poco tiempo para ducharse, las toallas son los elementos más utilizados, ya que permiten manejarlas rápidamente y secar el cuerpo en cuestión de minutos. Además, como no vamos a tener tiempo de cualquier otro cuidado personal, suponen el mejor modo de llevar a cabo el secado. Eso sí, el cuidado de las mismas y elegir modelos que tengan buena calidad será esencial para el cuidado de la piel de las personas mayores.
En este caso, hay que optar por aquellos modelos que con una simple pasada se adhiera toda la humedad que tiene el cuerpo. Y por supuesto habrá que poner mucho ojo en un correcto cuidado de las mismas, así como en un secado adecuado una vez que se han utilizado de cara a que no adquieran bacterias o comiencen a oler a humedad.
En cambio, si se tiene más tiempo, el uso del albornoz podría catalogarse como más agradable, puesto que seca casi todo el cuerpo a la vez y mientras se pueden realizar otras tareas dedicadas al cuidado personal, como es el caso de su hidratación mediante cremas.
Obviamente, lo mismo que hemos expuesto que es adecuado para la limpieza y para el secado en el caso de las toallas, se puede decir de los albornoces. Asimismo, el material con el que estén fabricados también será algo a tener en cuenta.
Dado que el uso de las toallas es mucho más habitual, pasemos a apuntar las ventajas de utilizar un albornoz, ya que se trata de una prenda que puede resultar muy útil a las personas mayores por diversas razones. Probablemente la más importante de todas es que se “coge menos frío” que cuando el secado se realiza con una toalla. Una vez que se sale del baño o de la ducha, solo hay que enfundarse el albornoz evitando dejar partes del cuerpo al aire y que por esta causa se comience a sentir una incómoda frialdad.
Asimismo, la piel se secará de un modo uniforme, sin necesidad de restregar en algunas zonas para eliminar las gotas de agua que corren por el cuerpo. Pero este no es el único beneficio de utilizar un albornoz.
En el momento de elegir un albornoz hay que tener en cuenta varios aspectos que pasamos a resumir a continuación: