Como si de un propósito de año nuevo se tratase, cuando este comienza son cada vez más las familias que confían en los profesionales para dar un nuevo aspecto a su hogar. Aunque debemos de reconocerlo, por sus características, una reforma, más aún cuando es integral, nunca viene bien.
De ahí que cada vez son más las familias que apuestan por el invierno para comenzar sus obras. Tanto si la reforma es integral, como si queremos centrarnos únicamente en determinadas estancias de la vivienda, en enero lograremos tener el margen necesario de tiempo para que todo esté finalizado antes de las vacaciones.
El invierno es la época del año en la que podemos detectar las humedades o las goteras en cualquier vivienda. Lo mismo ocurre con las posibles grietas o fallos de aislamiento características de las ventanas. Especialmente el invierno nos ayudará a detectar esos pequeños problemas que surgen en cualquier hogar y que en verano sería mucho más complicado de detectar.
A nivel de ejecución de la obra, las bajas temperaturas favorecen el asentamiento de determinados materiales en nuestra vivienda, tales como el yeso o el barniz. Es importante, eso sí, tener en cuenta la cantidad de festivos que hay durante los meses de Navidad y hasta el día 8 de enero. Es conveniente comenzar nuestra obra después de esa fecha.
Ahora que ya conoces cuándo es la mejor época, solo te queda planificar y dedicar el tiempo y los esfuerzos necesarios para alcanzar el objetivo buscado.