Porqué

10 motivos por los que es mejor tener un gato que un perro

Victoria Herrero

Foto: Bigstock

Sábado 8 de febrero de 2020

7 minutos

El 20 de febrero se celebra el día internacional de esta entrañable y popular mascota

10 motivos por los que es mejor tener un gato que un perro
Victoria Herrero

Foto: Bigstock

Sábado 8 de febrero de 2020

7 minutos

Cuando nos decidimos a tener una mascota para que nos haga compañía, puede que nos planteemos, si no lo hemos decidido ya, si es mejor convivir con un perro o con un gato. Incluso quizás la primera idea sea tener un can por eso de que es un animal muy común en los hogares españoles, pero lo cierto es que no es así. Las aves ocupan la primera posición en especies domésticas por delante de perros y felinos. Sin embargo, en este caso, nos detenemos en los últimos para conocer algunos argumentos de peso por los que es mejor elegir un "lindo gatito". 

Con motivo de la celebración el 20 de febrero del Día Internacional del Gato, le rendimos nuestro particular homenaje a esta mascota, destacando sus bondades con respecto al que siempre se ha denominado como el gran amigo del hombre.

No tenemos que sacarlo varias veces al día

Si tuviésemos un perro tendríamos que bajar con él a la calle entre dos y tres veces al día. Es decir, por la mañana antes de nuestras obligaciones, con la pereza que puede dar en pleno invierno; a mediodía, a toda prisa si no tenemos mucho tiempo, y al caer la tarde. Momentos en los que el perro no solo hace sus necesidades, sino que también corretea, juega con otros perros y respira un poco de aire puro. En cambio, los gatos siempre se quedan en casa.

Es una mascota muy limpia

Además, los gatos son animales que se preocupan mucho por estar siempre perfectos. Ellos solos van a su cajón de arena para hacer sus necesidades. Lo único que tenemos que hacer es tener dicha superficie en buen estado de mantenimiento y cambiarla al cabo de unos días, cuando se encuentre demasiado húmeda por el orín. 

Todo esto parte de su buena fama como mascotas escrupulosas con su higiene. Por eso, la mayoría de los veterinarios no recomiendan bañar a un felino, pese a que en las tiendas especializadas encontremos productos especiales, ya que ellos solos se lamen y se asean con sus patas.

Aún hay más, no producen malos olores, son más cuidadosos a la hora de comer y no traen suciedad enredada en su pelaje tras un paseo por la calle, puesto que en la mayoría de los casos son gatos domésticos que, como mucho, saldrán al balcón.

10 motivos por los que es mejor tener un gato que un perro

Puede estar solo todo el día (incluso más)

En relación al punto anterior y si somos personas con una apretada agenda social, lo más recomendable es que no adoptemos un perro. Además de que es esencial sacarlo a la calle, no puede estar todo el día encerrado dentro de una vivienda.

Lo contrario a un gato. Si tiene su espacio limpio, su arena, su comida, su agua y un rincón mullido en el sofá donde poder dormir al sol, no necesita nada más para ser feliz. Algo muy cómodo y que nos permite incluso irnos un par de noches sin problema alguno, ya que no le pasará nada.

Eso sí, si nuestra ausencia se va a prolongar más de un fin de semana, es mejor que nos llevemos a nuestro felino con nosotros o que encarguemos a una persona que venga un rato cada día para estar un poco con él. Un tiempo que podrá aprovechar para limpiar sus necesidades y llenarle el comedero y el bebedero. 

Es más independiente 

Si somos personas tranquilas a las que les gusta la calma y que no haya mucho ruido en casa, lo mejor es un gato. ¿La razón? Suelen portarse muy bien (no es que los perros sean más gamberros) y son de un carácter muy sosegado. Por si fuera poco, al ser tan independientes y cautos apenas nos daremos cuenta de que están en casa. 

No supone tanto gasto como los perros

En el caso de los perros, el gasto en alimentación es mayor (en la mayoría de los casos y, sobre todo, si es una raza de gran envergadura), así como los tratamientos en el veterinario. Si se trata de un gato, comen mucho menos, aunque con más frecuencia a lo largo del día y de la noche, y si no hay complicaciones de salud solo necesitan una vacuna al año que no sobrepasará los 30 o 40 euros.  

Apenas hace ruido

Si un perro no está educado desde pequeño y ladra sin parar, sobre todo por la noche, puede que no le haga mucha gracia al vecino de al lado. Pero si se trata de un gato apenas le oiremos, ni siquiera cuando anda a oscuras por nuestro hogar, ya que es muy sigiloso. Solo en momentos puntuales puede maullar, no tanto como un ladrido, pero es algo que obedece a que se encuentra solo, tiene algún problema de salud o es una hembra que está en celo.

Esto también es una ventaja, ya que no tienes que estar pendiente de él en todo momento o pensar si estará haciendo alguna trastada o mordiendo un cable o una zapatilla que no debe. Aunque, eso sí, eso no quiere decir que todos los perros sean unos alborotadores o tiendan a romper cosas en casa.

10 motivos por los que es mejor tener un gato que un perro

Se adapta a cualquier casa y circunstancia

Da igual si nuestro hogar tiene tres plantas o si es un pequeño apartamento sin terraza y no llega a los 40 metros cuadrados. Para un felino no es problema. Al contrario que otras mascotas, sobre todo si son de una raza grande. Y es que no importa el tamaño que tenga un can, siempre estará mucho mejor en una casa en el campo con salida al exterior que todo el día en un piso urbanita.

Es raro que se pierda

Es algo que comparten con los perros, su inteligencia a la hora de saber volver a casa y no perderse. Sin embargo, los gatos pueden pasar toda la noche recorriendo los tejados y las terrazas del vecindario (o incluso desaparecer un par de días), pero al final siempre aparecerán en el momento más insospechado cuando tienen hambre. Además, son animales más ágiles, por lo que pueden ir por cualquier lado o incluso esconderse si hay peligro.

Es más sencillo y cómodo a la hora de viajar

En el caso de que nos vayamos unos días al pueblo de vacaciones y queramos llevarnos a nuestro animal de compañía es más sencillo por sus dimensiones. Lo meteremos en el transportín para realizar un trayecto seguro y listo. Algo que también podemos hacer si se trata de un perro pequeño. La cosa se complica, sobre todo si queremos hacer uso del transporte público, cuando tenemos un animal demasiado grande.

Es bueno para nuestra salud

Comparten bondades saludables con los perros en relación a sus dueños; sin embargo, hay un rasgo característico de los gatos y es el ronroneo que hacen. Según estudios de la Scientific American (@sciam), el peculiar sonido que emiten ayuda a reducir nuestro estrés, además de normalizar la tensión arterial. Así, con solo rascarles la cabeza estaremos haciendo un hábito de lo más sencillo y saludable.

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Victoria Herrero

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