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Problemas de tener poca paciencia y falta de control

Manuela Martín

Foto: Bigstock

Domingo 11 de abril de 2021

3 minutos

La paciencia es salud y se puede trabajar para evitar problemas como la depresión

Problemas de tener poca paciencia y falta de control Foto: bigstock
Manuela Martín

Foto: Bigstock

Domingo 11 de abril de 2021

3 minutos

Tener paciencia es sinónimo de calidad de vida. Tener la capacidad de esperar es saludable para tolerar la frustración, por ello, es importante que trabajes esta cualidad si quieres vivir tranquilo.

Hay investigaciones que indican que existe una relación entre la paciencia y el bienestar.

Las personas con falta de paciencia y control experimentan estados anímicos depresivos, son menos empáticas y más desagradecidos. Por el contrario, aquellas que son pacientes tienen la presión arterial más baja, sufren menos estrés y enfados, a la vez que son más positivos.

La paciencia es una habilidad que se puede trabajar tomando conciencia de dónde estamos, qué estamos haciendo, qué merece la pena, etc.

 

Problemas de tener poca paciencia y falta de control Foto: bigstock

Qué merece la pena

Un signo importante de inteligencia emocional que puede afectar a nuestra salud emocional es aprender a diferenciar entre aquello por lo que merece la pena esperar y aquello que no es tan importante. Analiza cada situación y valórala.

Manejar los enfados

Por otro lado, es importante manejar los enfados. Es importante no centrarnos únicamente en el problema y buscar en su lugar soluciones. La paciencia está asociada en muchos casos a la comprensión.

Márcate más de una meta

Es importante no centrar todas tus expectativas en una única meta. Es preferible tener distintos niveles de motivación para evitar la frustración.

Además, otros consejos de los especialistas son:

  • Reducción el estrés basado en la atención plena: se trata de trabajar nuestra aceptación de lo que sucede en el presente. Conseguir salir de situaciones de embotellamiento o que puedan provocar un enfado en nosotros, entendiendo lo que ocurre y aceptando que están fuera de nuestro control.
  • Meditación: las personas que meditan son más estables emocionalmente y son capaces de regular el control. Este tipo de práctica puede ayudarnos a ser pacientes y vivir situaciones cotidianas sin estrés.
  • Yoga: actividades como el yoga o el tai chi nos ayudan a fortalecer el cuerpo y la mente debido a los movimientos conscientes que hay que hacer para el desarrollo de las mismas los cuales reducen el estrés, los pensamientos negativos y la depresión.
  • Acciones de choque: si una de las cosas que más nervioso te pone es esperar, trata de acudir a las citas con unos minutos de antelación para tener que esperar y así trabajar el control.
  • Hacer listas: es una forma de controlar nuestras emociones. Si haces listas de aquellas cosas que nos impacientan podrás analizarlas y valorar las que son realmente importantes o no, las que dependen de ti o no y que por lo tanto puedes ponerte manos a la obra.

Sobre el autor:

Manuela Martín

Manuela Martín es redactora especializada en temas de salud y ocio.

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