Miriam Gómez Sanz
Practicopedia
El truco con papel de aluminio que ayuda a ahorrar en calefacción
Colocar papel de aluminio entre el radiador y la pared puede marcar la diferencia
Con la llegada del frío, muchos hogares empiezan a notar cómo las facturas de energía se disparan. Y no es para menos: según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la calefacción puede representar hasta la mitad del gasto energético total. La buena noticia es que existen pequeños gestos que ayudan a mantener el calor y a reducir el consumo.
Uno de los más efectivos —y fáciles— consiste en colocar una lámina de papel de aluminio entre el radiador y la pared. Puede parecer un truco casero sin importancia, pero lo cierto es que ayuda a recuperar hasta un 20% del calor que normalmente se pierde.
Cuando encendemos la calefacción, el radiador emite calor en todas direcciones, también hacia la pared. Si esta da al exterior o está mal aislada, gran parte del calor se escapa. El papel de aluminio actúa como un espejo térmico: refleja el calor hacia el interior de la habitación, aprovechando mejor cada grado.

Revisa tus radiadores
Antes de encender la calefacción, conviene comprobar que el agua circula correctamente. Si escuchas ruidos o hay zonas frías, probablemente necesites purgar los radiadores.
Cuando funcionen bien, abre solo los que realmente uses y mantén cerradas las puertas y ventanas de las estancias vacías. También es importante no cubrir los radiadores con ropa o muebles, ya que eso impide que el calor se distribuya bien y obliga al sistema a trabajar más.
Ajusta el termostato
La temperatura ideal para el día ronda los 21 °C. No hace falta ir en manga corta: un jersey cómodo puede marcar la diferencia en la factura. Por la noche, bajar la temperatura a unos 16 °C puede suponer un ahorro de hasta un 13%, según los expertos.
Cuida la decoración: también ayuda a mantener el calor
El estilo de tu hogar influye más de lo que imaginas. Las alfombras y cortinas oscuras ayudan a conservar el calor y a aprovechar la radiación solar. Además, cuadros, estanterías o zócalos en las paredes actúan como una capa extra de aislamiento. Una pared desnuda siempre será más fría que una con objetos.



