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Así afecta la edad a las respuestas a las vacunas

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Sábado 8 de noviembre de 2025

8 minutos

Nuevos hallazgos abren el camino a la próxima generación de vacunas más efectivas en mayores

Así afecta la edad a las respuestas a las vacunas (Bigstock)
Patricia Matey

Foto: Bigstock

Sábado 8 de noviembre de 2025

8 minutos

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Con la llegada de la temporada de gripe y el impulso anual de las autoridades sanitarias a la vacunación, los científicos del Instituto Allen investigan por qué las vacunas pueden generar una respuesta inmunitaria más débil en adultos mayores, alrededor de los 65 años, y qué se puede hacer para mejorarla. Estos hallazgos abren la puerta al diseño de vacunas más eficaces.

En el mayor estudio de este tipo, publicado en Nature, los científicos descubrieron que nuestras células T –elementos clave en la coordinación de las respuestas inmunitarias– experimentan cambios profundos y específicos con la edad. Estos cambios, lejos de ser aleatorios o un subproducto de enfermedades crónicas e inflamación, son una característica fundamental del envejecimiento saludable y nos ocurrirán a todos al envejecer.

"Nos sorprendió que la inflamación no sea la causa del envejecimiento saludable. Creemos que la inflamación se debe a factores independientes de la edad", ha afirmado Claire Gustafson, doctora en filosofía, investigadora adjunta del Instituto Allen y una de las autoras principales del estudio, en un comunicado. Y ha recordado: "Esto es importante porque existen investigaciones con resultados similares que demuestran que la inflamación y el envejecimiento no están relacionados, y que el sistema inmunitario simplemente cambia con la edad".

Cambios en el sistema inmune con la edad 

Estos cambios también explican por qué las vacunas, incluidas la vacuna anual contra la gripe y las dosis de refuerzo contra la COVID-19, tienden a ser menos efectivas en los adultos mayores.

Las células T son una parte fundamental de nuestro sistema inmunitario, ya que ayudan a entrenar a los glóbulos blancos, llamados células B, para que produzcan anticuerpos en respuesta a virus y vacunas. Sin embargo, este estudio reveló que las células T de memoria en adultos mayores experimentan un cambio drástico hacia un estado similar al de las células Th2, una alteración en la expresión genética que modifica radicalmente la forma en que estas células responden a las amenazas.

Los investigadores descubrieron que este cambio afecta directamente la capacidad de las células B para generar respuestas de anticuerpos robustas. En otras palabras, la vacuna contra la gripe aún puede contener los componentes virales correctos, pero si las células T de memoria no funcionan adecuadamente, el organismo tiene dificultades para responder eficazmente.

Cómo esto podría conducir a mejores vacunas

Gracias a este conocimiento, los médicos podrían utilizar el perfil inmunológico de una persona para predecir su respuesta a una vacuna. Ahora que los científicos pueden determinar con precisión cómo las células T pierden eficacia con la edad, también pueden empezar a diseñar nuevas fórmulas de vacunas o tratamientos para reforzar el sistema inmunitario y así abordar estos problemas.

Dado que las células T en adultos mayores funcionan de manera diferente, los científicos podrían reformular las vacunas para compensar específicamente los cambios celulares relacionados con la edad, en lugar de utilizar un enfoque único para todos. Herramientas de edición genética como CRISPR también podrían usarse para reprogramar las células T de una persona antes de la vacunación, reprogramando esencialmente las células inmunitarias de mayor edad para que respondan a las vacunas como lo hacen las células jóvenes, de forma similar a la terapia con células CAR-T, que reprograma las células inmunitarias para combatir el cáncer.

 

Miembros del equipo investigador.

Investigadores del Instituto Allen (ALLEN)

 

Los investigadores afirman que este trabajo va más allá de las vacunas y revela cómo cambia nuestro sistema inmunitario con la edad y cómo nuestro cuerpo combate las enfermedades y los virus relacionados con el envejecimiento. Además, abre la puerta a intervenciones como nuevas terapias para restaurar células inmunitarias clave.

Cómo se hizo el descubrimiento

Durante más de dos años, científicos en colaboración con el Instituto de Investigación Benaroya (EE.UU) realizaron un seguimiento a más de 96 adultos sanos de entre 25 y 65 años. Posteriormente, emplearon técnicas de vanguardia como la secuenciación de ARN de células individuales, la proteómica y la citometría de flujo espectral para analizar el perfil del sistema inmunitario de estos individuos a lo largo del tiempo.

Con estos datos, crearon un detallado Atlas de la Salud Inmunitaria Humana, un recurso en línea que describe 71 tipos diferentes de células inmunitarias, cómo cambian con el tiempo y la importancia de dichos cambios. Este atlas se aplicó al estudio de más de 16 millones de células inmunitarias de adultos sanos de entre 25 y más de 90 años, ofreciendo una herramienta sin precedentes para que investigadores de todo el mundo comprendan mejor el sistema inmunitario durante el envejecimiento y puedan apoyarlo. Este recurso en línea es el más grande de su tipo y está disponible gratuitamente para investigadores de todo el mundo.

"Esta investigación demuestra cómo el trabajo colaborativo puede tener un impacto significativo en nuestra comprensión del sistema inmunitario, tanto ahora como en el futuro. Fue posible gracias al esfuerzo conjunto de varias instituciones de investigación con sede en Seattle, científicos, médicos y coordinadores de investigación comprometidos, así como de las personas que generosamente donaron su tiempo, muestras e información médica", ha declarado la Dra. Jane Buckner, presidenta del Instituto de Investigación Benaroya.

La importancia de este trabajo va más allá de la investigación sobre el envejecimiento y proporciona una hoja de ruta para comprender cómo se desarrolla la disfunción inmunitaria con el tiempo, ofreciendo objetivos concretos para la intervención y transformando potencialmente nuestra forma de abordar la salud inmunitaria a lo largo de toda la vida humana.

"Hay muchísima más información que se puede obtener analizando este conjunto de datos que hemos generado. Espero que se utilice durante mucho tiempo para que otros investigadores puedan profundizar en el tema y descubrir más sobre la inmunidad humana", ha recordado Gustafson.

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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