 
    Sentirse mayor no está ligado a la edad: así afecta la falta de conocimientos digitales a los sénior
Las competencias son determinantes a la hora de percibirse más o menos mayor
 
    La importancia de estar conectados digitalmente y entre generaciones
Sí, ha leído bien, sentirse mayor no tiene nada que ver con la edad que ponga en el DNI. Se trata de una percepción que puede tener vínculos con lo físico o biológico (estado de salud), pero también con aspectos sociales.
Por ejemplo, tener problemas al manejar las nuevas tecnologías puede resultar muy limitante desde el punto de vista de la autonomía y provocar esta sensación de "sentirse mayor", entendida como estar desplazado o verse excluido al no ser capaz de hacer con soltura ciertos trámites online y tener que pedir ayuda para realizarlos.
Por ello, las estrategias de digitalización para los mayores no deben basarse exclusivamente en la edad, sino tener en cuenta los condicionantes del envejecimiento, el contexto que le rodea y los conocimientos previos, para que sean realmente efectivas y sirvan para no dejar a nadie atrás en el proceso de incorporación de las nuevas tecnologías.

Esta fue una de las principales conclusiones de la intervención de Sandra Pàmies, psicóloga, gerontóloga social y vocal junior de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria), en el marco de una mesa redonda celebrada con motivo de la jornada ‘Longevitat saludable: connect@'t!’, organizada por el Ayuntamiento de Badalona (@AjBadalona), en colaboración con CaixaBank (@caixabank).

El debate, que fue moderado por el CEO de 65YMÁS, Francisco Valle, contó asimismo con la presencia de Víctor Manuel Moreno, director de área de negocio en Badalona de CaixaBank, y Josep Carné, presidente de la Federación de Asociaciones de Personas Mayores de Cataluña (@Fatec).
Durante el transcurso del acto, conducido por la directora de 65YMÁS, Ana Bedia, también tuvo lugar una conversación entre el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, y el presidente de 65YMÁS, Fernando Ónega, en la que se abordaron temas como las políticas municipales en favor de una longevidad saludable, la colaboración intergeneracional o la reducción de la brecha digital.
Digitalización personalizada
En la mesa redonda, Sandra Pàmies abordó la profunda influencia que puede ejercer la conexión digital sobre el bienestar emocional de las personas mayores, aportándoles "autonomía" –como cuando permite realizar trámites online sin necesidad de pedir ayuda– e incluso mejorando su "autoestima".
Por ello, pidió trabajar en la capacitación tecnológica desde lo “local” y que “cualquier intervención social que hagamos” se adapte a “las competencias y condiciones de envejecimiento (salud, economía, red...) y no tanto a la edad”.

En ese sentido, animó a romper estereotipos y recordó que este grupo poblacional no es "homogéneo" y está en constante crecimiento y transformación.
Además, subrayó que la realidad de estas personas "no tiene nada que ver" con la de hace 30 años, puesto que el perfil del sénior ha cambiado, y explicó que la percepción de sentirse "mayor" está más ligada a las competencias que se poseen, que a la edad.
"Cada uno envejece como ha vivido. Hay diferentes trayectorias", indicó.

Formación y acompañamiento
Por todas estas razones, Pàmies instó a "acompañar" a los mayores que aún no saben utilizar estas herramientas digitales, que "han venido para quedarse". "Tenemos que darles la oportunidad", reivindicó.
Asimismo, pidió proporcionales una formación personalizada y transmitir la idea de que son conocimientos que se adquieren poco a poco y que "no pasa nada por equivocarse".
Y por último, la experta recomendó involucrar a los propios mayores en el "diseño de las intervenciones", para que todo el proceso de aprendizaje sea efectivo.



