
Cuentas bancarias en peligro: ¿cuánto tiempo puede estar inactiva antes de que nos la cancelen?
El Banco de España lo aclara

Una cuenta bancaria es un servicio financiero ofrecido por los bancos que permite a las personas y empresas guardar su dinero de forma segura. Existen varios tipos de cuentas, como las cuentas de ahorro y las cuentas corrientes, y cada una cumple funciones específicas relacionadas con el manejo del dinero, como el depósito, el retiro y la transferencia de fondos.
La principal utilidad de una cuenta bancaria es facilitar la administración del dinero. Permite recibir pagos, pagar servicios, realizar compras con tarjeta, transferir dinero y llevar un control más claro de los ingresos y gastos. Además, tener una cuenta bancaria es fundamental para acceder a otros productos financieros, como créditos, préstamos o inversiones. Pero, ¿qué pasa si un día decidimos dejar de usar una de nuestras cuentas?
El Banco de España, en su portal de Cliente Bancario, ha explicado qué pasa con las cuentas que no usamos. Lo primero que comentan es que no basta con dejar una cuenta bancaria sin uso para que desaparezca por sí sola. El simple hecho de no utilizarla no implica su cancelación.

Para cerrar una cuenta tenemos que seguir un proceso formal "tanto si se deriva de una decisión del cliente o de la entidad. De lo contrario, la cuenta seguirá abierta y continuará generando las comisiones y obligaciones previstas en el contrato".
Desde el punto de vista legal, una cuenta se considera inactiva cuando no presenta movimientos (como transferencias, ingresos o pagos) durante un período consecutivo de 20 años.
Cuando se aproxima ese plazo, concretamente tres meses antes de que se cumpla, la entidad bancaria debe comprobar si existen titulares vivos o herederos, utilizando los datos que tenga disponibles. En caso de no obtener respuesta, y si nadie reclama la cuenta, los fondos serán transferidos al Tesoro Público. Esta medida busca prevenir el blanqueo de capitales, el fraude fiscal y asegurar que el dinero no quede en el olvido.
Como usuarios, es recomendable mantener nuestros datos actualizados en el banco (dirección, teléfono, correo electrónico) y dejar constancia clara de la existencia de nuestras cuentas, especialmente aquellas destinadas al ahorro a largo plazo.