Consumo

Los sellos alimenticios no siempre son lo que parecen, según la OCU

Victoria Herrero

Foto: Bigstock

Sábado 14 de marzo de 2020

6 minutos

Indicativos sobre el origen, el modo de elaboración de un alimento o su catalogación

Los sellos alimenticios no siempre son lo que parecen, según la OCU
Victoria Herrero

Foto: Bigstock

Sábado 14 de marzo de 2020

6 minutos

No son pocas las veces en las que una persona va a un supermercado y ve, junto a la pertinente etiqueta nutricional de un producto o alimento, otro indicativo. Estamos hablando de un logotipo que indica su origen, cómo se ha elaborado o si su catalogación es de un producto natural, sin lactosa o ecológico. Una información extra de la que, sin embargo, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (@consumidores) instan a ser un tanto cautelosos para no creerse todo lo que se lee. 

Esto no quiere decir que el producto no sea saludable, no sería el caso ya que sigue el mismo control alimentario recuerdan, pero en ocasiones ofrece una información que no es veraz añaden. Y es que, a juicio de la entidad, en ocasiones, puede que dicha pegatina sea oficial o,que esté establecida por el propio fabricante sin contar con un organismo independiente detrás. 

Sellos oficiales (o no)

Así, entre los etiquetados que la OCU explica que son establecidos por un organismo oficial, están los que indican que se trata de un producto procedente de la agricultura ecológica. Es el caso de la llamada Eurohoja que viene directamente de Bruselas, las etiquetas autonómicas que especifican que se siguen los requisitos y protocolos para este tipo de producción y aquellas que proceden de otros países como Estados Unidos donde cuentan con su propia norma para este tipo de circunstancias. 

Eso en lo que respecta a su modo de elaboración, ya que también en otros casos se puede añadir información sobre el origen de dicho producto. Así pues, en España se encuentra la Denominación protegida (DOP), la Indicación Geográfica Protegida IGP (como por ejemplo, es el 'Plátano de Canarias') y la que estipula la Calidad Autonómica Certificada.

Por el contrario, a juicio de la Organización de Consumidores y Usuarios, existen otro tipo de sellos que se ven de manera habitual en productos de alimentación pero que, sin embargo, no están impuestos por ninguna normativa en un plano nacional o internacional. Es, por ejemplo, cuando se usa el término natural (algo habitual, recuerdan, en el caso de los yogures). 

Los sellos alimenticios no siempre son lo que parecen, según la OCU

No obstante, recuerdan, esto no quiere decir que vayan a ser perjudiciales para el consumidor si los consume, ya que siguen idénticos controles y aprobaciones de salud por parte de organismos. Sin embargo, explican, algún logo parte de la iniciativa propia de cada fabricante sin contar con una auditoría independiente. En este caso, la OCU solo habla de productos que como tal no están sujetos a una normativa europea (hay lagunas legales en este tipo de circunstancias reconocen), por lo que es cada país o cada región la que hace, por tanto, su control a través de una empresa certificadora. Insisten, esto no quiere decir que sean perjudiciales. Es solo cuestión de información y de veracidad en la misma. 

Es lo que se observa, especialmente, en artículos de la denominada producción integrada (a medio camino entre la agricultura intensiva y la ecológica) o los que indican la composición de dicho alimento. 

Aparte de todo esto, también existen otros sellos no supeditados a un organismo oficial, pero que sí cuentan con avales de calidad. Es el caso de los vegetarianos o veganos respaldados por sociedades de otros países o bien que cuentan con el apoyo de la Unión Vegetariana Europea (@EVU_VegEurope) o los que especifican que es un alimento libre de gluten o lactosa. En el primer caso existe un protocolo común, determinado por las autoridades europeas, para caracterizar estos productos de supermercado; mientras que en el segundo si el indicativo aparece registrado por la Asociación de Intolerantes a la lactosa España (@lactosainfo) es una buena referencia afirman desde la OCU. 

Los sellos alimenticios no siempre son lo que parecen, según la OCU

Pero hay muchos más sellos que puede que alguna vez se encuentren al comprar. Es el caso de aquellos productos que han sido revisados y siguen los preceptos de una autoridad religiosa competente como es el caso de la Garantía Halal (para los que se hacen siguiendo los dictados de la ley islámica) o los logos que agrupan a los alimentos Kosher; esto es, los que son aptos para que los consuman los judíos que son practicantes. 

Por último, en la tienda habitual de comestibles también hay alimentos cuyos distintivos garantizan la sostenibilidad en función de criterios de asociaciones privadas (como es el caso de Demeter que defiende la agricultura biomecánica) o por entidades como Fairtrade (@FAIRTRADE) que identifica producción que se basa en el comercio justo

El consejo de la OCU en este sentido

Cuando en los estantes de un supermercado se ven, entonces, este tipo de productos, en palabras de la OCU, la actitud del consumidor debe ser crítica en este aspecto. Es decir, no creerse todo lo que pone en los textos ya que puede ser que en algunos casos, salvo en los que sí son oficiales y están sometidos a una normativa legal vigente, el logo sea asignado por una entidad no independiente del fabricante.

Además, recuerdan, es importante saber (algo no tan sencillo para una persona normal que va a hacer la compra) si se cumplen las condiciones para poder tener dicho sello y si se hacen los pertinentes controles o auditorías para determinar que sí tienen los requisitos (no relativos a cuestión de salud). Sea como fuere, desde la Organización de Consumidores y Usuarios piden que, tanto en el caso de entidades independientes como si ha sido el fabricante el que ha creado el distintivo en cuestión, sea obligatorio que la información que se ponga sea cierta

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Victoria Herrero

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