Carlos Losada
Cine
'La ciudad oculta' se sumerge en las entrañas de Madrid
Este documental sobre el subsuelo de la metrópoli muestra un mundo tan desconocido como cercano
¿Qué hay bajo nuestros pies cuando caminamos por una gran ciudad? ¿Podemos imaginar todo ese mundo que existe en pasadizos, cloacas, túneles? ¿Somos concientes de la vida que hay en ese subsuelo? A todas estas preguntas pretende responder el documental La ciudad oculta, dirigido por Víctor Moreno, que se estrena este viernes, 31 de mayo.
En él, el director de Edificio España se sumerge en un entorno que es misterioso para la mayoría de nosotros, cuya cotidianeidad resultará extraña a cualquiera que no esté habituado a vivirla. “Lo positivo de adentrarme en este mundo oculto es que iba a retratar un lugar que apenas había sido filmado. Esta circunstancia me dio la oportunidad de entender lo que allí sucede como una posibilidad de creación y transformación”, recuerda el propio Moreno.
El alma de la ciudad
En su viaje a este entramado de túneles, tuberías, alcantarillas, redes de transportes, estaciones subterráneas, zonas de ocio y consumo… que hay bajo la ciudad de Madrid, Víctor Moreno se planteó encontrar el alma de la metrópolis: “Casi como el vuelo de una ave, asomándome a un lugar en el que siento que están condensados gran parte de las problemáticas del tiempo presente. Un mundo profundamente humano pero que, sin embargo, se nos presenta deshumanizado”.
Con gran soltura y movimientos con reminiscencias oníricas, las imágenes del documental llevan al espectador a escenarios que parecen sacados de una película de ciencia ficción. Y es que precisamente eso es lo que pretendía Víctor Moreno al filmarlo. “La ciudad oculta es una deriva pero no solo por un espacio concreto sino también por un estado de ánimo. Un viaje alucinado en un territorio inexplorado. Es una película experiencial; una invitación a asomarnos a un túnel oscuro y descubrir nuestro propio abismo por mucho que nos empeñemos en vivir bajo bóvedas de acero y hormigón”, explica.
En esta labor bajo la superficie madrileña, el director se ha apoyado en Nayra Sanz y Rodrigo Rodríguez para construir el guión, así como en el buen hacer del director de fotografía José A. Alayón. Su duración es de 90 minutos y está grabado en 6K.