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Recordando la obra de Rubén Darío en el aniversario de su fallecimiento

Mariola Báez

Foto: Bigstock

Jueves 6 de febrero de 2020

6 minutos

El poeta nicaragüense, considerado padre del Modernismo literario, murió el 6 de febrero de 1916

Recordando la obra de Rubén Darío en el aniversario de su fallecimiento
Mariola Báez

Foto: Bigstock

Jueves 6 de febrero de 2020

6 minutos

Félix Rubén García Sarmiento nació en Nicaragua en 1867 y aunque desde muy joven, con apenas 14 años, comenzó a escribir en periódicos de la época, donde publicó cuentos y relatos, ha sido su obra en verso la que le ha llevado a ser considerado una figura indispensable de la literatura universal.

En los tiempos convulsos de finales del siglo XIX, los primeros poemas de Rubén Darío trajeron aires nuevos tanto en su métrica como en su temática, que deja de lado el amor romántico para hablar de la justicia y la libertad.

Tras una estancia en el Salvador y posteriormente en Chile, donde sus escritos en periódicos como El Heraldo de Valparaíso o La Libertad Electoral de Santiago comienzan a ser conocidos, el poeta avanza en su proceso de conocimiento de la literatura del momento, con clara influencia de los poetas del Romanticismo español y de los escritores franceses del XIX, especialmente Víctor Hugo. Sin saberlo, su inquietud literaria estaba fraguando un nuevo movimiento que uniría la poesía española y americana: el Modernismo.

El libro de poemas que cambió la manera de entender la poesía

Aunque su primera colección de poemas Abrojos, publicado en 1887, ya dejaba entrever su particular estilo, fue un año después cuando su obra Azul revolucionó el mundo de las letras con un movimiento novedoso, en el que el lenguaje, la métrica, la rima y la propia sonoridad del poema cobraban protagonismo.

El Modernismo se impuso y su poemario se convirtió en todo en éxito de la época, que valió para incrementar la fama del escritor, algo que le permitió convertirse en corresponsal del periódico La Nación en Buenos Aires. Viajó por distintos países latinoamericanos y también cultivó la prosa, su faceta menos conocida, de la que hay que destacar la obra ambientada en la Roma clásica El hombre de Oro.

En 1892 Rubén Darío recorrió varios países europeos, visitando París y posteriormente Madrid como miembro de la delegación diplomática de Nicaragua. De vuelta a Buenos Aires, publicó otros dos libros esenciales en los que el Modernismo se plasma en todo su esplendor: Los raros y Prosas profanas y otros poemas.

'Azul' de Ruben Darío (Literatura Alianza Editorial)
'Azul' de Ruben Darío (Literatura Alianza Editorial)

¿Qué tiene de particular el verso de Rubén Darío?

Son muchas las fuentes de las que bebe la poesía de Rubén Darío hasta que logró esa fusión perfecta que da origen a una nueva corriente literaria, que influyó de manera determinante también en poetas españoles tan destacados como Juan Ramón Jiménez, quien en 1905 se encargaría de editar una de las obras cumbres del nicaragüense: Cantos de Vida y Esperanza, los cisnes y otros poemas.

La poesía de Darío dejó atrás las normas estrictas del Realismo y huyó de lo cotidiano, considerado vulgar. Épocas pasadas, como la Roma Clásica y la Edad Media, y los países exóticos son temas presentes en el Modernismo, pero también lo son los sentimientos más íntimos del poeta expresados de la manera más bella que las palabras pueden permitir.

El fondo importa, pero también la forma, por eso en los versos surgen con fuerza recursos poéticos que habían quedado relegados al olvido. Alegorías, símbolos y aliteraciones como la que recoge su famoso poema Sonatina, incluido en Prosas Profanas, que seguro recuerdas: “La princesa está triste, ¿qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa….”, donde el escritor abusa de las “S” para plasmar en el poema el propio susurro; o la que se aprecia fácilmente en su Marcha Triunfal con el conocidísimo: “ya viene el cortejo, ya se oyen los claros clarines...”, donde repite sílabas y moldea los versos a su antojo para logra determinados sonidos con los que ahondar en las propias sensaciones.

Estos son solo algunos ejemplos de lo que puedes encontrar leyendo con atención algunos de los grandes poemas del considerado Príncipe de las Letras Castellanas y padre del Modernismo.

'Prosas profanas' (Alianza Editorial)
'Prosas profanas' (Alianza Editorial)

De vuelta a Nicaragua

Rubén Darío fue un viajero incansable, aunque pasó temporadas en Madrid donde mantuvo el contacto con los poetas que, como él, se adentraban en los inicios del siglo XX.

En 1910 volvió a America Latina, donde publicó dos nuevas obras de carácter autobiográfico: La vida de Rubén Darío escrita por él mismo e Historia de mis libros. Lo que pocos saben es que el autor de poemas inolvidables como Amo, amas, Los cisnes, dedicado a Juan Ramón Jiménez, o Aleluya. Rubén Darío publicó su última obra poética, Canto a la Argentina y otros poemas, durante su estancia en Barcelona en 1914.

Los acontecimientos históricos, como el estallido de la Primera Guerra Mundial, hicieron que el poeta regresase a Nicaragua, donde falleció un 6 de febrero hace algo más de un siglo, dejando un legado poético que sigue más vivo que nunca.

Sobre el autor:

Mariola Báez

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