Televisión

Repaso de la Gala 3 de OT 2020, un reality que no consigue despegar

Sol Álvarez

Lunes 3 de febrero de 2020

ACTUALIZADO : Lunes 3 de febrero de 2020 a las 16:14 H

8 minutos

Eli fue la expulsada de esta edición y Nick y Maialen los nominados

Repaso de la Gala 3 de OT 2020, un reality que no consigue despegar
Sol Álvarez

Lunes 3 de febrero de 2020

8 minutos

Después de la gala de ayer de OT2020 nos quedamos con la impresión de que esta edición aún no consigue despegar. Las comparaciones son odiosas, pero no podemos evitar recordar que, hace tres años, Alfred y Amaia cantaron City of Stars en la Gala 3.

De todas formas, en esta semana parece que hubo un punto de inflexión en los concursantes, después del broncOT que Noemí Galera y los demás profesores les echaron el miércoles en el primer pase de micros. Todos y todas tenían una gran falta de sueño acumulado que se hizo evidente durante el primer ensayo general. La hora de dormir es uno de los problemas de convivencia sin resolver en esta edición. En las dos anteriores también pasó, pero en unas pocas semanas, el ritmo de trabajo acababa por resolver el problema. Este año está costando más, y eso se nota.

Función escolar de alto presupuesto

Pero las palabras de Noemí surtieron efecto en los concursantes, que, a partir del miércoles, cambiaron las siestas en sus ratos libres por ensayos individuales.

De todas formas, para la gente que no tiene la oportunidad de acceder a una formación de tan alto nivel de forma gratuita, la actitud de las chicas y chicos este año puede resultar un poco insultante. Las clases de Mamen Márquez, de técnica vocal, son de las más apreciadas por los y las triunfitas de todas las ediciones. Resulta bochornoso que tenga que recordarles algo tan básico como que lleven la libreta a clase y tomen apuntes. Mamen enseña siempre desde el refuerzo positivo, y es difícil verla enfadada. Sin embargo, esta semana se sentía disgustada porque sólo uno de los concursantes hace a diario los ejercicios que ella les manda para calentar y mejorar la salud de sus cuerdas vocales.

Manu Guix también expresó su descontento cuando dijo que los ensayos de la grupal siempre son las clases que más disfruta, y este año suponen para él una tortura.

Por todo esto, la gala de ayer se presentaba como decisiva. Lo más importante en OT, más allá de la calidad y perfección vocal, es que los concursantes consigan transmitir con sus interpretaciones. Porque aunque se supone que es la música lo que importa, lo que realmente conecta con el público son los procesos por los que pasan cada semana para hacer suyas las canciones, combinado con su personalidad en el día a día de la academia. Por eso, esta semana no había una gran incertidumbre acerca de quién iba a ser la expulsada.

Eli, la polémica concursante, expulsada

Eli tuvo un paso bastante tortuoso por OT. Entró en la academia como la abanderada de la lucha contra el bullying, que ella misma sufrió durante casi toda su vida. Pero Eli sólo supo reencaminar su experiencia convirtiéndose ella en la perpetradora del acoso. No sabemos si se la puede culpar de ello, pero desde el principio levanta indignación entre los seguidores del formato. Su actitud, de pasota de instituto, tampoco la ayudó. Pero seríamos injustas si no dijésemos que la selección musical para ella fue un tremendo error. Está muy mal visto quejarse de las canciones que les asignan, pero es evidente que algunas son adecuadas y otras no. Eli lo hizo bien ayer, fue otra vez la persona que había sido en los castings. Tiene una voz y una manera de interpretar muy especiales, pero no encajaba dentro de la Academia.

El otro nominado, Rafa, había preparado una bonita interpretación de Sentimiento de Caoba, que se vio totalmente silenciada por la terrible puesta en escena. Algo parecido le pasó a Flavio, unos de los favoritos. Esta semana despuntó bailando. Él dice que nunca había lo había hecho fuera de su cuarto, pero resultó tener flow. Eso si, un flow elegante y sutil, como su voz, grave y profunda, antigua y sexy. Toda esta elegancia que él tenía cantando Shotgun quedó escondida por el cambio de look tan desafortunado y por el colorido y tono de su actuación. Después de pasar por peluquería, Flavio parecía un chaval de un instituto público de California preparado para su actuación en el festival de fin de curso.

La Gala más 'hot'

Las tres canciones en solitario abrieron la gala, para pasar después a los dúos. Anaju y Hugo habían preparado una versión muy hot de Señorita, que resultó bastante digna por la entrega en la interpretación de los dos. Además, Hugo lleva siendo de los más votados para favorito en las otras dos galas, y esta vez se alzó con el honor y pudo salvarse de la nominación. No sabemos si es por su buena actitud o por su look Justin Bieber que vuelve locas a las adolescentes.

Anne y Bruno perpetraron uno de los fantoches de la noche, con una versión de Podría ser peor, que no pudo ser peor. A todas luces la puesta en escena y la coreografía frenética de recital escolar le restaron todo a esta actuación, unido al descontrol de la voz de Anne. Esta chica prometía, pero no acaban de dar con lo que le queda bien.

Otra actuación arruinada por el exceso de coreografía fue Maniac, interpretada por Eva y Samantha. Se presentaba como una de las canciones de la noche, y resultó un carnaval de muy mal gusto. Eva llegó como una de las concursantes con más personalidad y presencia sobre el escenario, pero con las directrices que le dan acaba estando encorsetada. Los mismo pasa con las actuaciones que no tienen coreografía, como Tu frialdad, que cantaron Jesús y Javy. Los dos gaditanos, que se conocían de antes, acoplaron bien sus voces e hicieron una presentación correcta, pero ambos estaban clavados en el escenario, con todos los músculos de sus cuerpos tensos. Nia y Gérard hicieron la mejor actuación de la noche, pero igualmente resultó muy estática e impostada.

Los nominados: Nick y Maialen

La actuación de Nick y Maialen fue también algo desastrosa. Nick iba medicado para resistir la gala, con una faringitis que ya estaba derivando en laringitis. No tenía prácticamente voz, y eso arrastró injustamente a Maialen. Esta última tuvo una pequeña crisis esta semana. Dice que no se encuentra, y que lo que sabía hacer bien antes de entrar ya no le sale. Creo que esto debería hacer pensar a los profesores. Maialen lleva muchos años cantando en bares, tiene su propio disco, compuesto por ella, y una personalidad ya formada como artista. El exceso de directrices está acabando con su factor diferencial, y anoche quedó comida por la puesta en escena y por la ausencia de Nick, tanto en lo vocal como en lo coreográfico. Nick no sabe moverse ni un poco, y su intento de salsa quedó esperpéntico.

En resumen, parece que algo ha cambiado en la realización del programa que hace que parezca un festival escolar prácticamente todo el tiempo. Todos los años hay problemas técnicos poco propios de un programa con tanto presupuesto, pero este año la mayoría de canciones suenan como si las estuviesen cantando en un pabellón de deportes.

Como invitados estuvieron Beret, que les dio una clase de composición en la academia y Ainhoa Arteta, que tuvo la desafortunada idea de cantar una versión de “Piensa en mí”, que no le quedaba nada bien y que la hizo parecer la concursante senior del programa.

Un programa que levanta pasiones

Y al final vino la polémica, como siempre. Por primera vez, Roberto Leal no dijo el porcentaje de votos de la expulsión de Eli. Todas esperábamos que fuese alto, pero quizá no tanto como para no decirlo. Ya se han dado casos de porcentajes bochornosos para los expulsados, pero nunca se habían ocultado. Parece ser que Gestmusic ha tomado esta decisión para no fomentar el odio que ya hay en redes contra la exconcursante.

Lo que está claro es que el programa levanta pasiones, tanto para bien como para mal, y en las dos últimas ediciones, el mal está ganando al bien.

Las nominaciones, como siempre, polémicas. El jurado no suele ser demasiado sabio, pero este año parece que improvisa a cada momento y que intenta que no se le entienda. Las valoraciones son extrañas, y las nominaciones no se entienden. Samantha resultó nominada porque hace años, otra persona interpretó mejor esa canción en el plató de OT. Le recriminaron no haber visto más vídeos de Youtube de esa canción siendo una millenial que sabe usar un ordenador. A veces parece que el jurado no conoce la dinámica del programa. Dentro de la Academia no hay ordenadores, ni siquiera pueden documentarse sobre sus canciones ni escuchar otras versiones que podrían enriquecer tanto su interpretación como su cultura musical. Tampoco paran de insinuar que los propios concursantes son los que escogen las canciones, cuando todo el mundo sabe que no es así. Nina es cruel y condescendiente en cada valoración, cuando no da una masterclass en directo.

Los profesores salvaron a Samantha, que quedó hecha un trapo después de la injusta valoración, y Anne fue salvada por sus compañeros y compañeras. El resultado, Nick y Maialen nominados. Son varios los factores personales que pueden decidir el resultado esta semana: la historia personal de Nick, los rumores de una relación entre Bruno y Maialen, las declaraciones antitaurinas de esta, que ya han hecho protestar a la ultraderecha… pero si OT fuese sólo sobre música, Maialen estaría fuera de concurso y asistiría como artista invitada a presentar el segundo disco de Chica Sobresalto.

Sobre el autor:

Sol Álvarez