
Miércoles 8 de octubre de 2025
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'El Mago' o 'Autorretrato con cuatro brazos', René Magritte, 1952, 34 por 45 cm., Museo Berardo, Lisboa, Portugal.
En esta pintura, el autor belga surrealista muestra el movimiento de sus brazos y manos y el paso en el tiempo de una acción a otra: está sobre el plato cortando el alimento, simultáneamente lleva un trozo de pan a la boca, mientras con la otra mano toma la botella para servirse vino.
'El mago' realiza acciones que pueden ser tan rápidas que no nos percatamos de ellas. Magritte las pone en evidencia, las muestra, explicita el movimiento, lo hace consciente. La escena muestra equilibrio entre lo estático y lo dinámico.
Estas características de la obra nos invitan a reflexionar sobre la importancia del movimiento consciente y del equilibrio entre el reposo y la acción.
Muchas publicaciones científicas refieren hoy a estas cuestiones en el proceso de envejecimiento. Consideran que el secreto de ser sanos y longevos radica en realizar ejercicio físico y que su influencia benéfica parte de nuestra conciencia. Darnos cuenta de los cambios que se producen en nuestro ser y controlarlos es tarea de nuestra atenta percepción.
En la tradición espiritual en India, entre los tibetanos y en las culturas chamánicas se realizan ejercicios de todo tipo para pasar del movimiento automático, pasivo, sin conciencia ni intención, a otro focalizado que supone un aprendizaje. Opera la conciencia cuando realizamos actividades físicas: gimnasia general o localizada, mimo, danza, taichí, yoga, caminatas, deportes, etc. y cuando elegimos lo más adecuado a nuestras necesidades en inteligente equilibrio entre el descanso y la acción. Ello depende de nuestra atenta autopercepción. En todo esto interviene lo que Magritte podría llamar 'la magia'. Podríamos decir: 'la magia de vivir bien'.
Cuando algo se mejora y se equilibra en nosotros todo el cuerpo lo hace. Cada vez que ejercitamos los músculos abdominales, por ejemplo, comprobamos que se fortalecen y protegen la columna vertebral. A la vez, también se robustecen los sistemas neuronal, endocrinológico e inmune.
El sedentarismo y movernos como autómatas, sin conciencia del valor de la actividad física, nos lleva a un envejecimiento prematuro.
Las investigaciones en gerontología hoy confirman esto.