"Los gestores de la muerte"

"¿Hay clases entre los residentes?"

"Han enviado al hospital a una compañera de mi residencia sin coronavirus. ¡Qué gestión!"

"Me van a hacer otro test, aún no me puedo ir al hotel"

"Todo preparado para irme al hotel. Gracias, Kike Sarasola"

Esta es la mascarilla que uso desde el pasado día 15 de abril:

Aunque insistí en que me diesen otra, me dicen que no, que hay una mascarilla quirúrgica por semana y eso que no son reutilizables.

Por ello, he decidido comprar una caja por mi cuenta, por 90 euros. Las "suyas" -las de la residencia-, las tienen custodiadas y secuestradas dentro del despacho de dirección y las dan con cuentagotas y depende a quién.

Pero lo peor es que no son suyas, sino que muchas son donadas. No han invertido casi ni un euro. Y no sólo son las mascarillas, parte del material de protección también nos lo han regalado.

Aun así, los gerentes obligan a "higienizar" las batas desechables, a pulverizarlas con agua y lejía y usarlas una y otra vez. Así que, desgraciadamente, todo sigue igual y estos empeñados en continuar con su “gestión de la muerte”.

También os cuento que este martes ha empezado el traslado a la planta tercera de los más de 10 residentes con positivo en coronavirus. Unos residentes atendidos, la mayoría de veces, por personal auxiliar y de enfermería sin EPI, que luego visitan a los asintomáticos o no contagiados. Una maravilla. 

Tiemblo sólo de pensar que vuelva al trasiego de residentes de una planta a otra, la verdad. Que se pasee el virus y se infecte y contamine todo me da pánico.