
Jueves 18 de noviembre de 2021
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El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) acaba de decir que el Partido Socialista ha perdido un punto de intención de voto el último mes, el Partido popular ha perdido dos y suben Unidas Podemos y Vox. La encuesta no es muy útil porque en teoría faltan dos años para las elecciones, y si el mapa cambia en un mes, fíjense lo que puede cambiar en veinticuatro. Pero, como todos estos trabajos demoscópicos, tiene su morbo y, si damos crédito a este del CIS (yo siempre se lo doy), tiene interesantes lecciones políticas. Lo que dijeron los primeros analistas fue que los dos grandes partidos pagan un precio de votos por su pacto para la renovación de algunas instituciones, entre ellas el Tribunal Constitucional. No lo sé, puede ser, como también puede ser que el PP sufra deterioro por sus peleas por la presidencia del partido en Madrid y al PSOE le ocurra lo mismo por la competencia de Yolanda Díaz. Pero hay algo preocupante: crecen los partidos que la sociedad sitúa en los extremos, Vox en la derecha y Unidas Podemos en la izquierda. Si los partidos situados en el centro tienden a la baja, alarma: es que la política se ha radicalizado. Estamos ante los primeros frutos de la polarización.