Ramón Sánchez-Ocaña
Opinión

Bañarse en la playa, la mar de saludable

Ramón Sánchez-Ocaña

Viernes 24 de julio de 2020

3 minutos

Bañarse en la playa, la mar de saludable

Viernes 24 de julio de 2020

3 minutos

Pildoras

 

Seguramente, queridos lectores, ya están hartos de que todos los años  por estas fechas les demos la tabarra con el sol, con el peligro de los rayos UVA, con la protección de los ojos y las quemaduras de la  piel. Pese a todo, sigue habiendo riesgos y muchas quemaduras.

Pero hoy vamos a cambiar de registro y vamos a proclamar que los baños en la playa son la mar de saludables. Hombre, no tanto como se decía en el  siglo XIX, que hablaban de los baños marinos como si fueran la panacea. Al estilo de la más rancia publicidad se garantizaba salud para los deprimidos, para los nerviosos, para los asmáticos, para los tísicos, para los cardiópatas... y para los impedidos, que se acercaban a la orilla en angarillas o portados por sus sirvientes.

Los estudiosos aportan datos verdaderamente curiosos acerca de los beneficios del agua de mar. Por ejemplo, una primera ventaja la localizan en la misma orilla. La ionización de la atmósfera en esa zona ayuda  a la asimilación de vitaminas y en general, nos hace sentirnos más tónicos.

Como decía el Dr. Hernández de Sande, especialista santanderino, esos iones del clima marino "normalizan los componentes de la sangre, ayudan a la recuperación cardiovascular, aumentan el umbral del dolor y regeneran mejor nuestros alvéolos pulmonares". Y comenta algo verdaderamente llamativo: una fractura se consolida tres veces más deprisa en un medio marino que en agua dulce.

"El aire marino -sostiene- es de gran pureza y un metro cúbico de aire  en alta mar, no contiene germen alguno; a 200 metros de la costa, ya tiene 100; a tres kilómetros hacia el interior ya se encuentran 10.000 y más de 50.000 en un lugar como el centro de Madrid".

Por si fuera poco, el baño en agua de mar tiene otras ventajas notables. Por ejemplo “un cuerpo de 80 kilos, cuando se sumerge en el mar, pesa tan solo 8 kilos debido a la densidad que el agua de mar tiene. Así, el baño logra una mejor y mayor movilidad articular y un aumento de la potencia muscular. Además, no es desdeñable la acción  que a modo de masaje produce el movimiento del agua sobre nuestra piel. Y a todos esos beneficios pueden unirse los de tipo dermatológico, como la psoriasis, la dermatitis atópica o el acné, que mejoran de forma notable en presencia del agua de mar.

Para bañarse no se recomienda una inmersión brusca, y menos si se tiene el cuerpo –tras ejercicio físico o larga exposición al sol– a temperatura alta. Cuando se trata de un baño 'terapéutico' los especialistas aconsejan acercarse al agua y mojarse poco a poco. Cuando el agua llegue a la cintura, agacharse hasta que el agua nos llegue al cuello. Se trata con ello de lograr lo que se llama un primer escalofrío. Hay una reacción de vasoconstricción muy saludable. Después, ya puede uno estirarse y nadar o jugar. Esa sensación inicial pasa pronto y aparece una fase que, como reacción, es de vasodilatación. Es cuando uno disfruta realmente del baño. Ya no siente frío de ningún tipo y el cuerpo se atempera. Poco tiempo después aparece sensación de frío. Ese “segundo escalofrío” es el aviso que el organismo nos envía para decir que ya está bien de baño. Es el momento de salir, descansar y si se quiere, intentar un nuevo baño un par de horas más tarde.

Sobre el autor:

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid. 

En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979)​ y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.

Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.

Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición

En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.

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