Hay una frase que escucho mucho cuando hablo con personas de 60, 70 o más años en España, en el marco de mis proyectos de silver economy y marketing para mayor: “Quiero seguir en mi casa, pero cada vez se me hace más cuesta arriba… y no quiero acabar en una residencia”.
Las encuestas lo corroboran: en estudios de entidades como OCU, más del 80 % de los españoles entre 65 y 84 años prefieren seguir viviendo en su casa antes que mudarse a una residencia. Al mismo tiempo, sabemos que más de 1,7 millones de mayores de 70 años viven solos en hogares unipersonales en España.
Entre quedarse solo en un piso lleno de barreras y la imagen clásica del geriátrico, muchas personas sienten que no hay alternativas.
La buena noticia es que sí las hay y están creciendo: se llama Silver Living.
Silver Living es, en sencillo, vivir en tu propia vivienda, dentro de una comunidad de personas de tu edad, con servicios que te ayudan en el día a día y sin perder tu libertad. No es un geriátrico, no es un hospital; es un nuevo estilo de vida para una madurez larga y activa.
1. Diez beneficios muy concretos del Silver Living (en clave española)
1) Seguir mandando en tu vida, pero con ayuda cerca
El mayor miedo de muchas personas es perder autonomía. En los proyectos serios de Silver Living en España se respeta una idea básica:
- Tu piso es tu casa. NO ES “COMO SI FUERA TU CASA”: ES QUE ES TU CASA.
- Tus horarios son tuyos.
- Tus decisiones, también.
La diferencia es que, si un día necesitas apoyo (una caída, un mareo, un problema con la caldera), hay un equipo profesional cerca y protocolos claros. No dependes de que tu hijo pueda salir del trabajo corriendo: sabes que hay alguien a quien llamar.
2) Menos soledad, más vida alrededor
La soledad no deseada es un problema grave en España, sobre todo en barrios donde los vecinos de toda la vida se han ido marchando.
En Silver Living hay espacios comunes agradables (salones, terrazas, biblioteca, gimnasio suave, jardines) y actividades voluntarias: talleres, cine, conferencias, ejercicio adaptado, huertos urbanos, coros, etc.
No tienes obligación de ir a nada, pero sabes que, si bajas, hay conversación, hay risas, hay gente en la misma etapa vital. Eso protege muchísimo frente a la tristeza y al “no tengo con quién hablar”.
3) Viviendas pensadas para el cuerpo de hoy
Muchos pisos españoles son del siglo pasado: pasillos estrechos, bañeras peligrosas, falta de ascensor, escalones en la entrada…
En Silver Living las viviendas se diseñan o reforman para que sean amables con tu cuerpo:
- Sin escalones ni barreras.
- Baños amplios, con duchas planas y barras de apoyo.
- Buenas luces, enchufes a una altura adecuada, puertas más anchas.
No se trata de medicalizar la casa, sino de evitar sustos y que las pequeñas limitaciones físicas no se conviertan en dramas.
4) Seguridad de verdad, no solo cerraduras
La seguridad no es solo “que no entren a robar”. También es:
- Portales bien iluminados y accesos controlados.
- Sistemas de aviso si pasa algo en la vivienda.
- Personal que conoce a los residentes y nota si alguien lleva días sin salir.
Eso da mucha tranquilidad a quien vive allí y a los hijos, que a menudo están en otra ciudad o incluso en otro país.
5) Servicios que te quitan peso de encima
En un buen proyecto de Silver Living en España suele haber una especie de “capa hotelera”:
- Limpieza de zonas comunes y, si lo quieres, de tu casa.
- Restaurante o comedor con menús equilibrados, adaptables a dietas (diabetes, hipertensión, intolerancias…).
- Lavandería, pequeños arreglos, gestión de visitas técnicas (fontanero, electricista, etc.).
La idea es que uses tu energía en vivir y disfrutar, no en pasarte el día organizando tareas que te agotan.
6) Más calma para tus hijos (y menos culpa para todos)
La famosa frase “no quiero ser una carga” aparece constantemente.
Cuando tus hijos saben que vives en un entorno donde hay personal, servicios y comunidad, respiran mejor. Y vuestra relación se libera de ese peso de “venir solo a cuidarte”:
- Ellos pueden visitarte para disfrutar, no para hacerte la compra corriendo.
- Tú recuperas un rol más equilibrado: padre/madre, abuelo/abuela, no paciente permanente.
7) Tecnología útil, pero con límites claros
La tecnología bien utilizada puede ser una gran aliada:
- Wi-Fi de calidad para videollamadas, series, cursos online.
- Sensores discretos que detectan fugas de agua, humo o inactividad anormal.
- Sistemas de teleasistencia, si quieres, conectados a un centro de atención.
La clave en España —donde somos muy sensibles a la privacidad— es que todo esto se haga con tu consentimiento, explicado en castellano llano, sin letra pequeña ni sustos. Tecnologías que acompañan, no que vigilan.
8) Ajuste al bolsillo: no todo es lujo
A veces se identifica Silver Living con complejos de lujo en la costa. Ese modelo existe (proyectos de grandes fondos en la Costa del Sol o colivings de alto nivel en zonas como La Moraleja). Pero no es el único.
Empiezan a aparecer proyectos más asequibles, cooperativos, modelos de alquiler con servicios, e incluso iniciativas ligadas a vivienda protegida con componente sénior.
Lo importante es leer bien qué incluye la cuota mensual (alojamiento, servicios, suministros, actividades) y qué es opcional. Un buen modelo permite modular el gasto, aumentando servicios si un día los necesitas y reduciéndolos si estás más independiente.
9) Proyectos intergeneracionales (no vivir solo con “viejos”)
En España se están consolidando programas de convivencia entre mayores y jóvenes:
- El programa Convive, en Madrid, donde personas mayores de 65 años comparten vivienda con estudiantes universitarios, con apoyo del Ayuntamiento y varias universidades públicas.
- El programa Vivir y Convivir, en Barcelona, impulsado por Fundació Roure, que conecta a mayores que viven solos con estudiantes que buscan alojamiento, en un esquema de ayuda mutua sin intercambio económico.
En muchos proyectos de Silver Living se toma esta idea como inspiración:
- Los jóvenes ofrecen horas de compañía, ayuda digital, apoyo en pequeñas tareas.
- Los mayores aportan experiencia, estabilidad, red de apoyo, “ojo clínico” para la vida cotidiana.
Esta mezcla evita el “gueto de mayores” y mantiene un contacto diario con otras generaciones, algo muy saludable para la mente y para el corazón.
10) Tener un proyecto, no solo una dirección postal
Quizá el beneficio más profundo es este: el Silver Living te permite dar forma a cómo quieres vivir tus próximos diez o quince años.
No es “me conformo con lo que hay”, sino:
“Elijo conscientemente un entorno donde pueda seguir aprendiendo, aportando y disfrutando, con apoyos razonables”.
Ese gesto de decidir es, en sí mismo, una fuente de autoestima.
2. ¿Qué tipos de Silver Living se están viendo en España? (con ejemplos)
Sin entrar en tecnicismos jurídicos, hoy podemos encontrar varios modelos, con ejemplos reales:
1. Coliving sénior urbano
Edificios en zonas bien situadas de grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Bilbao…) con apartamentos privados pequeños y muchas zonas compartidas: comedor, gimnasio suave, zonas de trabajo, salas de actividades.
En el segmento alto, hay proyectos de coliving senior de lujo en barrios como La Moraleja, con servicios de hotel cinco estrellas y derecho de uso a largo plazo.
2. Conjuntos residenciales en periferia bien conectada
Proyectos en áreas de costa o interior (Costa del Sol, Alicante, Galicia, Castilla y León…), con jardines, piscina, huertos y espacios de paseo.
Algunos se desarrollan como senior living en alquiler, como la marca Luana del grupo Eurofund, con complejos en Estepona y Mijas orientados a personas mayores activas.
Son adecuados para quien prioriza la tranquilidad, el clima y la naturaleza, pero quiere seguir teniendo hospital y servicios relativamente cerca.
3. Cohousing y cooperativas en cesión de uso
Grupos de personas que se organizan para promover su propio proyecto, compartiendo riesgos y gobernanza. Las viviendas no se compran como propiedad clásica, sino como derecho de uso a largo plazo.
Ejemplos pioneros en España son:
Suelen tener un fuerte componente de comunidad y participación.
4. Alquiler con servicios incluidos
Viviendas en alquiler donde, además del piso, se contrata un paquete de servicios: limpieza básica, conserjería, actividades, ciertos apoyos personales.
Es una opción interesante para probar el modelo sin hacer una gran inversión de entrada, y muy coherente con personas que no quieren inmovilizar patrimonio.
5. Estancias temporales de prueba o respiro
Cada vez más proyectos ofrecen la posibilidad de pasar unas semanas o meses para ver si encaja: después puedes volver a tu casa de siempre o decidir quedarte.
Es una forma prudente de perder el miedo, comparar y tomar decisiones con la experiencia, no solo con el folleto.
3. Ocho recomendaciones antes de dar el paso
Si tienes alrededor de 65–75 años y empiezas a pensar “¿y si busco algo así?”, te propongo estos pasos:
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Piensa primero en tu vida, luego en el ladrillo
Haz una lista: qué necesitas, qué te ilusiona, qué te preocupa (salud, soledad, dinero). El proyecto debe ajustarse a tu vida, no al revés.
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Ubicación, siempre ubicación
Prioriza zonas con buen transporte público, centro de salud cercano, farmacia, supermercado y, si te importa, oferta cultural. A tu edad, poder salir de casa y llegar a los sitios sin depender del coche vale oro.
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Visita varios proyectos y a distintas horas del día
Nada de decidir solo con folletos. Pasa una mañana, una tarde; fíjate en ruidos, en olores, en cómo se ve de noche, en quién se mueve por allí.
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Habla con residentes y trabajadores
Pregunta con calma:
- ¿Responden rápido cuando hay un problema?
- ¿La comida es buena?
- ¿Cumplen lo que prometieron en la comercialización?
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Entiende bien la letra pequeña económica
Pide que te expliquen, sin tecnicismos, qué incluye exactamente la cuota, cómo pueden subir los precios, qué pasa si un día necesitas más ayuda o si tus ingresos bajan.
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Analiza la parte sanitaria o de cuidados
Averigua si hay coordinación con el sistema público de salud, si hay personal sociosanitario, qué tipo de apoyo existe para situaciones de dependencia leve o moderada. No hace falta medicalizarlo, pero sí prever que pueden llegar momentos delicados.
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Habla con tu familia… pero reivindica tu decisión
Tus hijos pueden aportar puntos de vista interesantes, pero quien va a dormir allí eres tú. Escúchales, pero no permitas que el miedo de otros decida por ti.
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Date permiso para cambiar de idea
Elegir Silver Living no es un matrimonio de por vida. Puedes probar, ver cómo te sientes, revisar dentro de unos años. Lo importante es no quedarse bloqueado por el miedo a equivocarse.
4. Para terminar
En España estamos viviendo algo nuevo: muchos años de vida por delante después de la jubilación. Cómo y dónde los vivamos marcará la diferencia entre una vejez pasiva y una madurez larga, activa y digna.
El Silver Living no es para todo el mundo, pero sí puede ser una gran opción si:
- Te pesa la soledad en tu piso de siempre.
- Te agotan las tareas domésticas y la gestión de averías.
- Quieres más seguridad sin renunciar a tu libertad.
- Deseas un entorno donde haya gente de tu edad… y de otras, con quien compartir vida.
No se trata de “irse a un sitio para mayores”. Se trata de diseñar un lugar para vivir bien, ahora que tienes algo muy valioso: tiempo, experiencia y ganas de aprovecharlos.