Teresa Rey
Consejos
Consejos para limpiar la casa si tienes dolores de espalda
Manteniendo una buena higiene postural podremos prevenir las molestias en la zona cervical
Las tareas del hogar implican una serie de movimientos que pueden incrementar el dolor en la espalda si es que lo tenemos, o incluso favorecer que aparezca si no las ejecutamos correctamente. Se trata de aprender a mantener una buena higiene postural para prevenir cualquier molestia en la zona.
Barrer, fregar o pasar el aspirador
Son muchas las acciones que debemos realizar en la limpieza del hogar, encontrándose entre las más habituales barrer, fregar o pasar el aspirador. ¿Cómo debemos desempeñar estas tareas?
Lo que hay que tratar de evitar al barrer es inclinarse demasiado hacia delante. No es que haya que estar erguidos, pero tampoco debemos agacharnos mucho y a la par controlar el cuello. Este tampoco debe soportar movimientos bruscos.
El palo de la escoba debe ser largo y cómodo, de tal modo que se pueda coger con una mano a la altura del pecho y con la otra asirlo en el mismo plano que la cintura. Después tenemos que moverla con los brazos solo, y nunca con el tronco.
Con la fregona hay variaciones, pues es necesario ejercer una presión mayor y es por ello que nos vemos obligados a usar la espalda también además de los brazos. Para hacerlo bien tienes que adelantar una pierna y flexionar su rodilla. Esto mismo se aconseja al pasar el aspirador. En el caso de tener que acceder a zonas bajas puedes arrodillarte, pero solo colocando una rodilla en el suelo como apoyo.
Planchar y limpiar cristales
Para planchar la ropa se recomienda disponer de una tabla o superficie que no implique el tenernos que agacharnos y forzar la espalda. Debemos intentar hacer pausas cada quince minutos. Los hombros tienen que estar relajados, la columna recta y un pie adelantado respecto al otro. Si evitamos flexiones del cuello exageradas prevendremos también molestias futuras. Has de intentar no apoyarte sobre la prenda para efectuar una presión mayor, el brazo es lo único que tienes que mover.
La vajilla se ha de lavar de una forma específica. Tenemos que acercarnos al fregadero al igual que a los artículos que estemos limpiando y no irnos hacia delante, siempre erguidos.
Al limpiar muebles, ventanas o cristales tenemos que procurar que la mano no sobrepase la cabeza, así que para las alturas podemos subirnos a un taburete. Para las partes bajas se flexionan las rodillas y continuamos con la espalda recta, en posición natural. El antebrazo se tiene que mover con la muñeca, la mano y en sí todo el brazo, en línea, no con desplazamientos laterales de las manos.