Recibir una herencia no en todos los casos es sinónimo de alegría por contar con una casa al lado de la playa o unos cuantos ceros de más en tu cuenta corriente. En ocasiones, ese "regalo" inesperado suele traer una serie de problemas para el beneficiario en forma de impuestos que en ocasiones son tan elevados que muchas personas deciden renunciar a ese legado.
Incluso puede ser que esa herencia traiga, además, alguna que otra deuda del fallecido, derive en complicaciones personales con otros miembros de la familia o bien, en el caso de una casa, necesite de una reforma de tal envergadura que no le resulte rentable al heredero como explican desde el despacho de abogados Grupo Hereda (@GrupoHereda).
Cuando una persona recibe una cantidad de dinero, unos bienes materiales o una vivienda que ha sido propiedad de una persona que acaba de fallecer, entre los trámites para aceptar esa herencia está el pago del Impuesto de Sucesiones y Donaciones (que establece cada comunidad autónoma) o bien otro tipo de gravamen como es el Impuesto sobre el incremento de valor de terrenos de naturaleza urbana cuando el objeto de esa herencia sea un inmueble.
Así pues y echando cuentas, muchas personas no quieren hacerse cargo de ese patrimonio que le han otorgado ya que al final sale perdiendo y no le sale rentable aceptarlo. Es entonces cuando se plantea dejar de ser heredero de esos bienes.
Eso sí, recuerda que una vez que has aceptado la herencia, ya no hay posibilidad de dar marcha atrás y deshacerte de todo; y no se puede renunciar solo a una parte de lo que te ha correspondido.
Además, cuando una persona no quiere un legado también lo hace en nombre de sus propios herederos que tampoco podrán recibir nada, salvo que en el testamento se haya especificado que sí por sustitución de la renuncia del heredero.
Teniendo todo esto en cuenta, debes pensar qué vas a hacer con detenimiento y seguir estos consejos previos.