Miriam Gómez Sanz
Sabores de mi tierra
5 recetas para dar una segunda vida a las sobras del pollo asado
Ideas fáciles y sabrosas para evitar el desperdicio de comida

A menudo tiramos comida sin darnos cuenta, y el pollo asado no es una excepción. Las sobras de este plato pueden convertirse en otros nuevos y deliciosos, evitando que acabe en la basura.
Reutilizar los restos no solo ayudar a reducir el desperdicio de alimentos, sino que también permite ahorrar tiempo y dinero en la cocina. Estas cinco recetas te enseñarán cómo sacar el máximo partido a las sobras del pollo asado sin renunciar al sabor.
Croquetas de pollo

Las croquetas son un clásico para aprovechar las sobras de pollo asado. Para preparlas, comienza deshuesando y desmigando el pollo asado sobrante en trozos finos con un cuchillo. No olvides recoger y reservar todos los jugos y caldos que haya soltado el pollo.
Derrite 100g de mantequila en una sartén. Cuando empiece a burbujear, añade 120g de harina y remueve constantemente hasta que adquiera un tono dorado, cuidando de que no se queme.
Calienta 1 litro de leche en un cazo hasta que esté caliente, pero sin que llegue a hervir. Una vez la mezcla de harina y mantequilla tenga color dorado, vierte la leche caliente de golpe, removiendo sin parar con unas varillas para evitar grumos.
Mantén la mezcla a fuego medio y sigue removiendo durante unos 5 minutos, hasta que la bechamel espese a tu gusto. Añade los jugos y caldos del pollo a la mezcla. Si tienes mucho líquido, reduce la cantidad de leche, y si tienes poco, mantén las proporciones originales.
Ajusta la sal y añade una pizca de pimienta blanca y nuez moscada. Incorpora el pollo desmigado y mezcla bien. Vierte la preparación en una fuente apta para horno, cubre con papel film y deja enfriar en el refrigerador entre 6 y 24 horas hasta que la masa se endurezca.
Cuando la masa tenga la consistencia adecuada, forma las croquetas utilizando dos cucharas, una cuchara de helado o tus manos, con unos 40 g de masa por croqueta. Reboza cada croqueta primero en huevo batido y luego en pan rallado, procurando no deformarlas.
Calienta suficiente aceite en una olla o freidora (unos 3-4 dedos de altura) y fríe las croquetas en tandas de cuatro, asegurándote de que el aceite mantenga la temperatura y moviéndolas lo justo para que se cocinen de manera uniforme.
Una vez doradas, colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. ¡Y listas para disfrutar!
Canelones rellenos de pollo asado

Comenzamos cocinando la pasta de los canelones en abundante agua con sal. Una vez hervida, escúrrela y colócala sobre un paño limpio para que se seque bien y no se pegue.
Prepara una bechamel generosa utilizando la misma cantidad de mantequilla y harina. Derrite la mantequilla y añade la harina, removiendo durante unos minutos para eliminar el sabor a crudo. Incorpora la leche caliente poco a poco, removiendo constantemente con unas varillas para evitar grumos, hasta que la salsa espese. Si es necesario, ajusta la textura con un poco más de leche y sazona con sal, pimienta blanca y nuez moscada recién rallada.
Pica la carne del pollo asado y mézclala con la salsa del asado. Si te han sobrado verduras, como zanahoria o cebolla, tritúralas e intégralas a la mezcla. Rectifica de sal y pimienta y añade un poco de bechamel hasta obtener una pasta suave y cremosa, perfecta para rellenar los canelones.
Rellena cada canelón con esta preparación y enróllalos. Colócalos en una bandeja apta para horno, cúbrelos con el resto de la bechamel y espolvorea queso rallado por encima. Añade pequeños dados de mantequilla para conseguir un gratinado dorado y apetitoso, y hornea hasta que el queso se funda y adquiera un color dorado uniforme.
Hojaldres de pollo, queso y aceitunas

Estos hojaldres son un aperitivo ideal para 4 personas. Rápidos y fáciles de preparar, combinan sabores intensos en cada bocado.
Limpia y lava el pollo asado, y cuécelo durante 10 minutos en un cazo con agua salada. Escúrrelo y córtalo en dados. Cocina 3 huevos y pícalos finamente.
Escurre ocho aceitunas y córtalas en dados. Colócalas en un bol grande y mezcla con 100g de queso feta desmenuzado y escurrido, el pollo, los huevos y una cucharada de perejil picado. Salpimienta al gusto, añade una cucharadita de pimentón dulce y cuatro cucharadas de aceite de oliva, y mezcla todo bien hasta obtener una preparación homogénea.
Precalienta el horno a 200 °C. Corta una lámina de hojaldre en cuatro cuadrados de 6 cm de lado. Con el sobrante, haz 24 tiras de 5 cm y 24 de 6 cm. Pincela los cuadrados con huevo batido y coloca las tiras en los bordes, superponiéndolas 3 por cada lado. Hornea durante 12 minutos o hasta que estén dorados y crujientes.
Rellena los hojaldres con la mezcla de pollo y queso feta, espolvorea un poco más de pimentón si deseas, y sirve inmediatamente. ¡Listos para disfrutar!
Pollo a la portuguesa

Este plato tradicional portugués combina pollo, verduras, hierbas y especias, y es perfecto para reutilizar las sobras del pollo asado. Comienza deshuesando y desmenuzando unos 300 g de pollo y resérvalo.
Pica una cebolla en juliana y sofríela en una sartén con un buen chorro de aceite hasta que esté transparente. Añade dos dientes de ajo picados y revuelve brevemente antes de incorporar el pollo desmenuzado, mezclando todo bien.
Incorpora a la sartén tres cuartos de una bolsa de patatas paja, removiendo suavemente para no romperlas por completo, pero asegurando que se mezclen con el pollo y la cebolla.
Retira la sartén del fuego y vierte cuatro huevos batidos sobre la preparación, removiendo hasta que queden integrados. Termina añadiendo las patatas restantes, unas aceitunas negras partidas y perejil recién picado para aportar sabor y color.
Sopa de miso, verduras y pollo

Si hemos hecho un buen pollo asado y nos ha sobrado caldo y restos, esta sopa es una forma ideal de aprovecharlos y disfrutar de un plato ligero y reconfortante, perfecto para la cena.
Para comenzar, prepara un caldo intenso con los huesos y la piel del pollo asado. Colócalos en una cazuela grande con 1,5 litros de agua y añade algunas verduras deshidratadas. Cocina a fuego medio durante 45 minutos, retirando la espuma que se forme. Si quieres potenciar el sabor, incorpora también un poco de la salsa del asado. Una vez listo, cuela el caldo para que quede limpio y reserva.
En un cazo, calienta el caldo y añade dos cucharadas de pasta de miso blanco (unos 30g) y una cucharadita de salsa de soja, llevándolo a ebullición. Incorpora una chirivía cortada en dados pequeños. Por otro lado, cuece dos patatas, una zanahoria y un poco de col hasta que estén tiernas, escúrrelas y córtalas en trozos pequeños para que se integren bien en la sopa.
Finalmente, añade la pechuga de pollo asado picada en trozos similares a los de las verduras y da un breve hervor para que todos los sabores se mezclen. Sirve la sopa muy caliente, directamente en la sopera, para que cada comensal pueda repetir si lo desea.