Esta es la historia de un científico que trabaja para Google (@Google) y que tiene dificultades desde niño a la hora de expresarse con el habla, debido a un problema de audición. Él es Dimitri Kanevsky y gracias a esa limitación que padece ha creado una herramienta que puede ayudar a otras personas en su misma situación como, por ejemplo, mayores que hayan visto afectada esta capacidad debido a una lesión cerebral o algún tipo de patología neurológica.
Lo que hace este sistema ideado por Kanevsky es transcribir en tiempo real todo lo que el usuario intenta decir. De esta forma, la aplicación tecnológica se vale de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para transmitir esas "palabras".
Este es el nombre que recibe el proyecto que engloba esta herramienta, que todavía está en su fase inicial de desarrollo y que pretende servir de aliada para aquellas personas a las que les cuesta hacerse entender. Lo que hace la aplicación, de nombre Transcripción Instantánea, en este caso es reconocer de forma automática la voz del paciente, para que sea interpretada por el "cerebro" del ordenador. Así, en la pantalla irá apareciendo la conversación o el discurso con el que podrá comunicarse con el resto de personas.
Pero antes de eso, esta aplicación inteligente tiene que ser "entrenada" para que se adapte a la forma de hablar del usuario. Una capacidad que, en la mayoría de ocasiones, está mermada por alguna enfermedad. De ahí que sea necesario que el programa se habitúe a esas peculiaridades. Un trabajo laborioso, por ahora, en el que Kanevsky cuenta con la ayuda de personas voluntarias para hacer realidad su sueño de implementar esta herramienta en 70 idiomas diferentes. Por ahora solo está disponible en inglés.
Estas nuevas tecnologías, cuando ya estén a pleno rendimiento, serán una ayuda práctica y eficaz para todas aquellas personas, también mayores, que por diversas circunstancias de salud no pueden comunicarse de forma convencional. Esto les ocurre también a los pacientes aquejados de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), que tienen verdaderas dificultades para mantener una conversación.
Una situación que se produce cuando desarrollan ciertos problemas que acaban afectando al mecanismo muscular, es decir, a la posibilidad de mover los labios, la lengua o las cuerdas vocales.
En este sentido, y además de estos avances médicos y tecnológicos, desde la Asociación Aragonesa de Esclerosis Lateral Amiotrófica recuerdan que también se puede ayudar a estas personas de otra manera, para que su comunicación no se vea tan alterada.
Así, para evitar el rápido deterioro del aparato fonador es importante que estas personas no hablen demasiado alto, intenten no comunicarse en espacios con mucho ruido o no tomen alimentos muy fríos o muy calientes. Además, es aconsejable que eliminen el consumo de alcohol o tabaco, o que eviten forzar los músculos de la cara, el cuello o la garganta cuando intenten hablar.
Pese a estas recomendaciones preventivas, ante los primeros síntomas de fallo en el habla, las personas de alrededor de ese paciente pueden aportar su granito de arena en este sentido. ¿Cómo?
En definitiva, se trata de comprender lo que la otra persona intenta decir, pero nunca hacer como si se hubiese entendido del todo si no es así. Antes de eso es mejor hacérselo saber para que comunique de otra manera, por medio de un dibujo o señalando un objeto, por ejemplo.