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Las infecciones por hongos son muy comunes en el cuerpo humano. Existen tres tipos de estas patologías: superficiales, intermedias y profundas. En España las más habituales son las superficiales y las intermedias, siendo entre estas últimas la reina la candidiasis.
La cándida es un tipo de hongo que produce una infección, la candidiasis, que puede manifestarse de distintas maneras ya que afecta a diversas partes del organismo. Si es oral, produce inflamación del esófago, si por ejemplo es genial o vagina, crea una infección y si se da en la piel se puede ver como una erupción o picor.
Hay muchos factores que pueden influir en que se desarrolle esta patología, algunos de ellos dependen exclusivamente de la persona como por ejemplo los fisiológicos y genéticos, mientras que otros varían según las condiciones ambientales.
Por ejemplo, los recién nacidos, las mujeres embarazadas, pacientes con diabetes, leucemia o enfermedades debilitantes tienen mayor facilidad para padecer una infección de cándida en la piel. Respecto a los factores ambientales podemos encontrar la humedad, el calor, el uso de ropa interior de materiales sintéticos, las prótesis dentales mal ajustadas o la fricción entre dos partes del cuerpo.
Qué síntomas muestra
Éstos dependerán de la localización de la infección, que como se ha visto puede darse en distintas partes del cuerpo. Si se da en la boca, se manifiesta con placas cremosas y de color blanco, que pueden verse en el dorso de la lengua, el velo del palada, así como acompañarse a veces de una lengua roja, lis ay brillante o con placas en las comisuras bucales.
Otra de las zonas más comunes es en la zona genital, representando el 30% las infecciones vaginales. Los síntomas son un enrojecimiento y edema de la zona, junto con un picor y quemazon.
Cómo lo podemos prevenir
Hay factores, como los genéticos, que no podemos cambiarlos, pero sí que existen detalles o hábitos que podemos cambiar en nuestro día a día. Estos son algunos:
- Si hemos tomado durante mucho tiempo antibióticos, es aconsejable durante o después del tratamiento comenzar a ingerir probióticos intestinales y de flora íntoma para controlar el crecimiento de este hongo.
- Reducir la ingesta de alcohol, tabaco, azúcar e hidratos de carbono.
- Evitar la humedad prolongada
- Usar ropa interior con materiales naturales, además de evitar llevarla demasiado ajustada.
- El uso de preservativos para evitar el contagio en el acto sexual.
- Si se padece diabetes, controlar los niveles glucémicos.