Pasarnos horas y horas tumbados al sol puede hacer que tengamos un bronceado bonito, pero también que, con el paso de los años, y sin la protección adecuada, derive en un tipo de cáncer de piel conocido como melanoma. Sí, esos lunares o pecas que nos aparecen y pueden parecer indefensos se pueden convertir a la larga en un problema de salud si no nos cuidamos como es debido. Y es que muchos se olvidan de los efectos nocivos de la sobreexposición solar.
Como recuerdan desde la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) "la piel es el órgano más grande del cuerpo cuya misión principal es la de protegernos de la temperatura, del sol y de las infecciones".
Entre los diversos factores que participan en la aparición de este tipo de cáncer de piel, la AECC nos especifica:
Teniendo en cuenta estas premisas, es obligatorio protegernos de esos rayos y tener controladas todas las manchas, pecas o lunares que ya tengamos. Y es que la primera señal de alarma puede ser viendo un cambio en el tamaño, forma, color o sensación de un lunar existente. "Los melanomas también pueden aparecer como un lunar nuevo, negro o anormal".
Por tanto, deberás consultar al médico si notas algunas de las reglas conocidas como ABCD:
Conocidos ya los riesgos de un abuso de la exposición solar, no está de más recordar algunos saludables consejos para tomar el sol de forma sana y segura: