Sin darnos cuenta, el gesto casi espontáneo de abrir y cerrar la boca es básico en procesos elementales que van desde la masticación y la deglución de los alimentos, hasta el desarrollo del habla.
El dolor que puede presentarse en la zona de la cara y la cavidad oral, de origen no dentario u odontológico, afecta a un segmento importante de población, hasta un 12%, según datos de la Sociedad Española de Disfunción Craneomandibular y Dolor Orofacial (@sedcydo). Este dolor, en ocasiones muy intenso, puede tener causas diversas como el estrés o patologías como el bruxismo (apretar y rechinar los dientes) que, en los casos más graves, requiere para su alivio terapias rehabilitadoras que han de llevar a cabo fisioterpaeutas expertos.
Las disfunciones temporomandibulares, frecuentes en adultos mayores, repercuten en el propio bienestar y pueden desencadenar dolores y patologías de distinta índole. Cefaleas, alteraciones del sueño, molestias en la zona de los oídos o dientes desencajados (mala mordida) están a veces relacionadas con un “anquilosamiento” o tensión en la zona mandibular.
Es posible y, además, existe una serie de movimientos muy sencillos que pueden contribuir a ejercitar la musculatura de la zona, dotando a la articulación de la mandíbula de una mayor elasticidad y rango de movimiento. En casos de molestias leves, prueba a hacer estos ejercicios frente a un espejo, como fórmula eficaz para aliviar la tensión concentrada en la mandíbula, que quizás sea la responsable de dolores cuya causa cuesta identificar.
Con esta gimnasia especial para la musculatura de la zona y la articulación mandibular, notarás que las molestias mejoran de forma notable.