Si todo marcha como debe en el interior de nuestro cuerpo, es un lugar que visitaremos varias veces a lo largo del día. Hablamos del inodoro. Sin embargo, cuando vas al cuarto de baño quizá nunca te hayas parado a pensar en los problemas de salud que puedes contraer solo con la forma en la que normalmente te sientas en el retrete. Unas enfermedades especialmente significativas cuando hablamos de personas mayores.
Y es que sentarnos apoyando los pies en el suelo, como hacemos normalmente en el aseo de nuestra casa, no es la mejor forma de facilitar la evacuación ya que coloca nuestro canal anal en un ángulo de 90 grados. Es decir, tenemos que esforzarnos mucho más para evacuar ya que el colon está constreñido por el músculo del suelo pélvico.
La cosa es más seria de lo que uno cree ya que, a la larga y sobre todo en el caso de las personas mayores, esta postura puede derivar en problemas de salud de todo tipo:
"Solo la postura de cuclillas garantiza que el músculo puborrectal libere por completo el camino que han de recorrer nuestros excrementos", explicó hace años el doctor Henry L. Bockus, considerado uno de los precursores de la gastroenterología moderna. Este médico ya defendía hace décadas que la postura que adoptamos en los inodoros modernos aflojaban el recto, pero solo en parte; por lo que no era suficiente para completar la defecación.
Como no vamos a deshacernos de un plumazo del inodoro y tampoco nos vemos poniéndonos de cuclillas encima de la tapa, algo que además le resultará imposible a personas mayores con problemas de movilidad, lo mejor en estos casos es recurrir a un remedio sencillo y práctico. Poner un pequeño taburete o banco bajo nuestros pies para que las rodillas queden un poco más altas. De esta manera, el ángulo pélvico pasa a ser de 35 grados y se pueden relajar los intestinos.