Existen distintos tipos de cáncer de piel según la clase de tumor que se presente en la epidermis, desde un determinado carcioma, hasta el melanoma, el cáncer cutáneo más agresivo. Cualquiera de ellos, detectado a tiempo, puede tratarse con resultados satisfactorios en un número cada vez mayor de casos. La clave está, como indica la Asociación Española Contra el Cáncer (@aecc_es ) en esa detección precoz, que, en gran medida, está en nuestras manos.
Según datos de la Fundación Piel Sana (@pielsana_aedv ) en España se diagnostican cada año 3.200 casos aproximadamente, de melanoma, el tumor de piel menos común pero el más peligroso, la mayoría en mujeres de entre 40 y 70 años. Insistir en las medidas generales de prevención y en la necesidad de observar cualquier cambio en nuestra piel. que pueda suponer una señal de alarma, continúa siendo de máxima importancia
Dedicar unos minutos a mirar con atención la piel del rostro y del cuerpo, fijándonos en puntos determinados, no cuesta ningún trabajo y puede resultar esencial para mantenernos sanos.
La campaña de prevención Euromelanona, explica de manera sencilla a los ciudadanos cómo llevar a cabo una autoexploración que reduzca riesgos. Solo necesitas un espejo, mejor con algo de aumento, buena luz para facilitar la observación, un segundo espejo de mano para tener acceso visual a la parte posterior del cuerpo y un par de sillas (si quieres) para que te resulte más cómodo verte los pies. Una lupa también puede resultarte útil. Los pasos a seguir para llevar a cabo este sencillo test son:
Debes observar cualquier anomalía cutánea, fijándote en posibles cambios: una mancha que antes no tenías, un área pigmentada (tal vez una mancha de nacimiento) que ha cambiado de tamaño, un pequeño abultamiento… especial atención merecen los lunares o verrugas con los que tendrás que aplicar la regla ABCDE (Asimetría, Bordes, Color, Diámetro y Evolución). Ante cualquier alteración que aprecies, debes consultar con el médico dermatólogo.