Medicina preventiva

Consejos para que la salud de los pies no decaiga en verano

Teresa Rey

Foto: Bigstock

Domingo 28 de julio de 2019

3 minutos

Lo más importante es no andar descalzos en sitios públicos para prevenir posibles infecciones

Consejos para que la salud de los pies no decaiga en verano
Teresa Rey

Foto: Bigstock

Domingo 28 de julio de 2019

3 minutos

Con la llegada del calor, una de las primeras acciones que hacemos es renovar el armario o cambiar el vestuario de invierno por el veraniego. Usamos prendas más ligeras y esta modificación también afecta a una de nuestras partes más importantes del cuerpo: los pies. Aunque debemos cuidarlos todo el año, en estas fechas al estar más descubiertos se encuentran expuestos a riesgos específicos. El Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid (Copoma @Copomadrid) ha emitido unas recomendaciones básicas para recordarnos cuál es esa protección y control que debemos hacer en este periodo. Indicando además que ambos se han de incrementar en el caso de niños, personas mayores, deportistas o diabéticos.

No andar descalzos en sitios públicos

Hace especial hincapié en no andar descalzos sobre todo en los sitios públicos. Es una tendencia muy habitual ya que en estas fechas no solemos llevar calcetines y el calzado lo propicia. No obstante, en playas, piscinas o lugares similares, la humedad favorece que las infecciones por hongos o papilomas sean frecuentes.

El calzado en este periodo suele carecer de sujeciones traseras, como es el caso de las chanclas. Los podólogos nos dicen que no hay que abusar de ellas, pues el pie puede sufrir daños en un futuro. Los más importantes son lesiones en rodillas y tobillos por esa falta de sujeción. Los dedos en garra son una consecuencia también de este tipo de zapatos que al ser menos estable provoca que volquemos el peso sobre el dedo gordo. Y al mismo tiempo la pisada puede sufrir alteraciones.

Chanclas para los pies en verano

La sujeción de los pies y las grietas

Así pues, estos expertos nos recomiendan llevar sandalias que agarren bien el pie, aunque sin presionarlo. La suela debe tener una altura entre tres y cuatro centímetros, para que suavice el impacto de la pisada en el suelo. Y si además las escogemos de fibras naturales, mejor, pues las de goma no facilitan la transpiración, algo fundamental en verano.

En cuanto a los cuidados, en periodos de calor la exposición solar incentiva la sequedad y el agrietamiento de los pies. Por ello, hemos ser meticulosos con la higiene de esta parte del cuerpo y con su hidratación con cremas específicas. Ante todo porque a través de estas grietas es por donde se produce la entrada de microorganismos que afectan de forma directa a la salud de nuestros pies.

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Teresa Rey

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