Los dolores en los pies son más habituales de lo que podamos pensar, y los tobillos se llevan la palma en lo que a las dolencias en esta parte del cuerpo se refiere. Según la marca Voltadol y el estudio GSK Global Pain Index Research 2018, el 68% de los españoles siente dolor en los tobillos, mientras que ese porcentaje asciende al 80% si nos referimos a los pies en general.
Con unas cifras tan esclarecedoras solo queda preguntarse por qué son dolores tan habituales y entrar a analizar las causas de que estos sean constantes. Porque no es lo mismo sufrir un esguince de tobillo que sentir una molestia habitual y a veces sumamente dolorosa.
Como acabamos de apuntar, cuando sufrimos un esguince y se lesionan los ligamentos de esta articulación, sentiremos un intenso dolor (que aumentará según el grado del propio esguince). Aparte de esta lesión existen otras causas que son leves o transitorias, como pueden ser las tendinitis que se formen alrededor de la articulación o incluso alguna infección en la piel. Sin embargo, las dolencias que más preocupan a las personas mayores (y a todo el mundo en general) son aquellas que se mantienen constantes y que llegan a incapacitar o a hacer más complicado el día a día de las personas.
Tal y como explican en MedLine Plus, este es el caso de la osteoartritis, la gota, la artritis reumatoidea, el síndrome de Reiter y otros tipos de artritis, así como la temida artrosis. Todas ellas son bastante comunes en las personas de avanzada edad y están causadas por procesos inflamatorios (las diferentes modalidades de artritis) y degenerativos (artrosis). Eso sí, el principal causante de todas ellas es el desgaste y la degeneración que causa la edad.
Los procesos inflamatorios más comunes que pueden provocar un dolor constante en el tobillo son los siguientes:
Además de las citadas artritis hay otra llamada osteoartritis que también se puede denominar artrosis de desgaste. Los síntomas más habituales pasan por sentir dolor constante y una mayor rigidez en la articulación. Cabe señalar que la artrosis de tobillo es menos habitual que la de otras partes del cuerpo como puedan ser la rodilla o la cadera, lo que no quiere decir que no se produzca en las caras artículares del astrágalo, de la tibia y del peroné.
Precisamente es el astrágalo el que más se desgasta con el paso del tiempo, ya que sufre en la función que realiza el tobillo de amortiguar la pierna, así como de repartir las fuerzas para el movimiento. Cuando ese desgaste es acusado, se nota dolor, una sensación constante de presión y mayores dificultades para andar. Además, el paciente siente mucho cansancio cuando camina.
Aparte de las diversas artritis y artrosis tan comunes en la población de mayor edad, hay otro malestar que se suele experimentar: la hinchazón en los pies. En este caso, la causa suele ser la acumulación de líquido en los tejidos blandos que rodean al tobillo o que se “instalan” en la misma articulación. Es decir, el paciente sufre edemas periféricos que le harán sentir malestar y dolor. Los motivos de su aparición son muy diversos y solo un médico es el indicado para detectar el problema que provoca los tobillos hinchados.
Las causas más habituales es pasar mucho tiempo sentado sin mover las piernas o, por el contrario, estar demasiado tiempo de pie sin descansar. Pero puede haberlos más graves, como es el caso de la cirrosis de hígado, alguna enfermedad en el riñón, la mala circulación sanguínea, daños en el sistema linfático o incluso insuficiencia cardíaca congestiva. Por lo tanto, si una persona siente que se le hinchan los tobillos con asiduidad y eso le provoca dolores, deberá acudir rápidamente al doctor para que determine el origen de esos síntomas.
Cuando se tiene un dolor constante en esta zona del cuerpo, además de lo que te recomiende el médico, hay otros consejos que puedes seguir y que no está de más mantener aunque las dolencias remitan.