Medicina preventiva

¿Qué relación existe entre el sueño y el riesgo de sufrir fibrosis pulmonar?

Victoria Herrero

Foto: Bigstock

Sábado 25 de enero de 2020

6 minutos

Esta patología respiratoria provoca un daño, en forma de cicatrices, en el tejido de los pulmones

¿Qué relación existe entre el sueño y el riesgo de sufrir fibrosis pulmonar?
Victoria Herrero

Foto: Bigstock

Sábado 25 de enero de 2020

6 minutos

La Universidad de Manchester (@OfficialUoM) ha llevado a cabo un nuevo estudio de la salud para comprobar la relación que existe entre el sueño y el riesgo de padecer fibrosis pulmonar. Así pues, según los investigadores, si una persona duerme de media unas siete u ocho horas, estará mucho más protegida ante dicha patología que si lo hace mucho menos o incluso sobrepasa esas cifras. Un mayor peligro (hasta el doble o el triple) tanto si solo se descansan unas cuatro horas al día como si lo hace durante once. 

¿A qué se debe?

Según estos expertos, esa conexión tiene que ver con el reloj interno del cuerpo. Él es el encargado de regular todas las células impulsando ciclos que equivalen a 24 horas y que participan en procesos como el sueño, el metabolismo o la secreción hormonal. Por eso, cuando se permanece más o menos tiempo durmiendo, es cuando se altera dicho mecanismo que, en el caso de los pulmones, se concentra en las vías respiratorias.

"La fibrosis pulmonar se asocia con una duración de sueño corta o larga", explican los autores del informe, que añaden que esa mayor incidencia se debe también a una proteína, el colágeno, que se altera en estos casos influyendo en la patología respiratoria. 

Un riesgo que también es frecuente, aunque en menor medida, en aquellas personas que se acuestan más tarde, aunque luego descansen lo suficiente, o que trabajan cada semana en turnos horarios diferentes (mañana, tarde o noche). 

¿Qué relación existe entre el sueño y el riesgo de sufrir fibrosis pulmonar?

¿Qué es la fibrosis pulmonar?

Esta enfermedad, que suele afectar sobre todo a personas de mediana y avanzada edad, se desencadena cuando se produce un daño en el tejido pulmonar y aparecen unas cicatrices que complican el correcto funcionamiento de los pulmones. En este caso, se trata de una dolencia pulmonar intersticial. Es decir, la tipología de la misma hace que se manifieste la inflamación y esas marcas alrededor de los alveolos, tal y como detallan desde la Asociación Pulmonar Americana (@LungAssociation).

A medida que la fibrosis pulmonar empeora y se tiene un peor pronóstico, la persona afectada tendrá mayores dificultades para respirar con normalidad. Un engrosamiento de los tejidos que no obedece solo a una causa específica sino a varias: factores de tipo ambiental, por la exposición a sustancias tóxicas, el tabaco, como consecuencia de un tratamiento oncológico o por el efecto secundario de algunos medicamentos. 

Además de la señal inequívoca que afecta a la respiración, cuando se produce esta patología el paciente experimenta una tos seca, se nota más fatigado de lo habitual, tiene dolor en los músculos y las articulaciones y observa cómo las puntas de los dedos de las manos y los pies se ensanchan. Con esya sintomatología y una biopsia pulmonar se puede confirmar, entonces, un diagnóstico que a su vez se puede dividir en varias tipologías.

  • Usual. Es la más frecuente, sobre todo en varones, y tiene un pronóstico un tanto negativo. Así, en casi la mitad de las ocasiones al cabo de cinco o diez años el paciente fallece. 
  • Descamativa. El 90% de los pacientes en este caso suelen ser fumadores y, a diferencia de otras circunstancias, su edad es más bien joven. 
  • Aguda. La evolución de la enfermedad es muy rápida, llegando a producir la falta de oxígeno. 
  • No específica. Suele ser menos habitual y está originada, sobre todo, por una reacción a ciertos fármacos u otro tipo de patologías pulmonares. 

¿Qué relación existe entre el sueño y el riesgo de sufrir fibrosis pulmonar?

Tras esa confirmación, se inicia el tratamiento farmacológico que ayudará a aliviar los síntomas y a mejorar la calidad de vida, pero no reparará ese daño ya causado en los pulmones, puesto que no tiene cura. Una evolución que no guarda un patrón semejante en todas las personas, algunas pueden tardar meses o años en empeorar y otras lo hacen más rápidamente. En los casos más graves, incluso se valora que el enfermo sea sometido a un trasplante de pulmón si es necesario.

Junto al tratamiento con medicamentos, otra de las terapias más recomendadas es la rehabilitación pulmonar. Un programa específico para aquellas personas que tienen problemas respiratorios crónicos y que se basa en estas pautas:

  • Ejercicios para mejorar la capacidad, la resistencia y la fuerza muscular y que pueden ir desde hacer pesas a usar una cinta para correr. 
  • Unos consejos nutricionales para controlar el peso, ya que el aumento de kilogramos puede afectar a la respiración. 
  • Recomendaciones sobre la enfermedad que se padece, como evitar un empeoramiento de los síntomas o como protegerse ante posibles infecciones pulmonares. 
  • Técnicas para hacer tareas diarias sin cansarse, aprender a manejar el estrés o controlar la respiración. De esta manera, se pueden aumentar los niveles de oxígeno y mantener en estado óptimo las vías respiratorias.

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Victoria Herrero

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