Victoria Herrero
Medicina preventiva
¿Qué es el síndrome de la clase turista? Consejos para evitarlo
Victoria Herrero
Foto: Bigstock
Viernes 5 de julio de 2019
ACTUALIZADO : Lunes 6 de noviembre de 2023 a las 17:24 H
3 minutos
Esa falta de espacio y esa inmovilidad puede provocar una trombosis venosa en las piernas
Tienes por delante bastantes horas de avión hasta llegar a un destino soñado al otro lado del mundo. Solo con pensar en esos días de relax se te olvida el tiempo que permanecerás sentado en esos, a veces, incómodos asientos. Sin embargo, tantas horas en esa misma postura, sobre todo si excede de las 4, y en ese espacio tan reducido puede provocar lo que se conoce como el síndrome de la clase turista.
¿Qué es esto? No nos estamos refiriendo a ninguna broma, sino a una consecuencia seria para nuestra salud. Se trata de una trombosis venosa que se produce en las piernas de estos pasajeros y que, en estadios fatales, puede llegar hasta el pulmón cuando el trombo se desprende con el riesgo que eso supone. Hablamos de una embolia de pulmón.
No solo tiene el avión como escenario único de aparición, por esa falta de espacio en la clase turista (de ahí el nombre), sino que se produce en otros medios de transporte siempre que haya un viaje prolongado. Lo que sucede es que, por ejemplo, en un tren es fácil movernos o estar de pie si notamos esa molestia en las extremidades inferiores. Además, ahí, no tenemos esa situación de presión atmosférica y descenso del oxígeno como sí ocurre cuando estamos a esas alturas.
Señales de alarma: sufrimos el síndrome de la clase turista
Lo primero que notaremos es la pierna más hinchada de lo habitual. Además, sentimos un dolor y vemos cómo se enrojece la zona. Señales que resultan preocupantes si pasados unos días o semanas desde el viaje no han remitido. En este caso debemos acudir cuanto antes al médico.
Para evitarlos, lo mejor es levantarnos cada cierto tiempo y dar pequeños paseos, estar bien hidratado, evitar llevar ropa demasiado ajustada y optar por prendas cómodas, no cruzar las piernas y hacer pequeños movimientos de las piernas o giros y flexiones de los pies para contrarrestar que estén tantas horas sin moverse.
Sin embargo, pese a estas advertencias, siempre hay personas más propensas que otras a sufrir esta patología como es el caso aquellas que tienen sobrepeso, han cumplido los 65 años, sean fumadores habituales o ya padezcan una enfermedad previa relacionada con su corazón o su sistema respiratorio.
Sin embargo, es algo que no se da en todas las ocasiones, por tanto, no conviene alarmar en este sentido. Así lo defiende la Sociedad Gallega de Medicina Interna. “No es algo que deba preocupar a cualquier persona. La inmovilidad es un factor más, pero no el más importante”.