Existe un trastorno del estado de ánimo, como confirma la Clínica Mayo (@ClinicaMayo), que se llama ciclotimia y que provoca respuestas emocionales confusas, con sus altos y sus bajos. Sin embargo, no debemos confundirlo con la bipolaridad, una patología mental en la que se producen situaciones más extremas y que tienen un rasgo más severo.
Eso sí, aunque estos estados alternos de euforia y tristeza no se tratan como un trastorno bipolar, es aconsejable buscar ayuda profesional para que no se agraven y perjudiquen la calidad de vida del paciente.
Y es que, aunque la ciclotimia tiene un perfil mental más suave, por así decirlo, es también más crónico y puede derivar en una bipolaridad si no se trata convenientemente. Es más, se estima que la mitad de las personas con trastorno ciclotímico tienen riesgo de desarrollar un trastorno bipolar completo en un futuro si no reciben, o no siguen, el tratamiento adecuado.
Se desconoce el origen exacto de esta afección mental, que suele aparecer durante la adolescencia o cuando comienza la etapa adulta, aunque hay algunas causas que pueden explicar ese comportamiento errático de nuestra mente. Por ejemplo, la genética, vivir un episodio vital traumático o ciertos cambios en la neurobiología del cerebro. Como muchas enfermedades mentales, es complicado a veces diagnosticar este tipo de dolencias.
La sintomatología de un trastorno bipolar puede hacer que, en los momentos en los que el ánimo está bajo, nos cueste tomar decisiones o levantarnos de la cama, nos sintamos perseguidos o tengamos sentimientos de culpabilidad.
Señales que hacen que la calidad de vida empeore drásticamente y que podemos observar, en menor medida, en un paciente aquejado de un trastorno ciclotímico. Así, otros signos de estos pacientes son una sensación de vacío, irritabilidad, ganas de llorar, cambios en el peso, fatiga o problemas para conciliar el sueño.
Ante esto, ¿cómo se actúa? Una vez que se ha efectuado el diagnóstico, el tratamiento se aborda desde distintos escenarios: