Teresa Rey
Preguntas
¿Qué es y cuáles son los beneficios de la electroacupuntura para los mayores?
Es una modalidad de la acupuntura, que se basa en la utilización de una pequeña corriente eléctrica
Como su propio nombre indica la electroacupuntura es una modalidad de la acupuntura, pero que se basa en la utilización de una pequeña corriente eléctrica. Sus campos de aplicación son bastante amplios, pero en general se dirige a aliviar el dolor y al abordaje de algunas parálisis y molestias musculares. No obstante, posee contraindicaciones que es necesario conocer, en especial las personas mayores.
Las corrientes eléctricas
Los aparatos de electroacupuntura empleados en la actualidad y que emplean la electroestimulación permiten ser más precisos a la hora de buscar los puntos de acupuntura. Además, hacen posible cuantificar su estado energético y su estimulación.
Aunque pueda pensarse que es más dolorosa, los expertos aseguran que no es así. Lo que el paciente siente es como un hormigueo breve y la intensidad del estímulo se gradúa en función de lo que necesite cada persona y se adapta a su nivel tolerancia.
Los principios que utiliza son los mismos que los de la acupuntura tradicional. Lo único que varía es que la estimulación se acompaña de una pequeña corriente eléctrica y, por tanto, no es exclusivamente manual. El aparato que se emplea emite impulsos electromagnéticos en forma de corriente eléctrica a través de las agujas ubicadas en los puntos o en las zonas determinadas por el acupuntor.
Este método surgió en la década de los años 60 como una forma de abordar el dolor crónico principalmente y así como distintos trastornos neurológicos. Fue fruto de la investigación y de las conclusiones que se obtuvieron previamente por varios estudiosos de este método. Sus pesquisas se centraron en buscar puntos de acupuntura basándose en el principio de que “cuanto más energía presentaban dichos puntos, menos resistencia y más intensidad”.
De este modo, se fueron creando máquinas cada vez más complejas que localizaban el punto, cuantificaban su estado energético de vacío o plenitud, y además lograban estimularlo sin aguja. También se desarrollaron tratamientos de electroacupuntura con varios canales de salida, ajustando el tipo de onda, la frecuencia (Hz) y la intensidad (mA) del estímulo.
El poder de las frecuencias
En la actualidad, se emplea un bajo voltaje, mientras que la frecuencia (Hz) y la intensidad (mA) se regulan según las afecciones. En el caso de trastornos y dolor crónico se emplea una baja frecuencia (entre 2Hz y 10Hz) y una alta intensidad, mientras que para abordar dolor agudo se usa una alta frecuencia (por encima de 10Hz) y una intensidad baja.
Lo que se sabe es que los distintos efectos biológicos que se obtienen se producen en función de la frecuencia de la corriente eléctrica, la anchura de pulso, el voltaje y de la forma de la onda. Con la electroacupuntura es posible, por tanto, actuar sobre el sistema vascular, el muscular o el nervioso.
La corriente eléctrica siempre provoca la introducción de una energía que tiene que alcanzar un punto de salida, esta es la estimulación energética, que tiene distintos efectos sobre el organismo. Además, hay que tener en cuenta que en el trayecto que recorre el estímulo entre los dos puntos se producen una serie de circunstancias que interfieren en el organismo y que son la base de esta terapia. Por ejemplo, al margen de la frecuencia usada, este sistema siempre da lugar a una vasodilatación que provoca una sensación analgésica. Luego, y aquí sí es en función de la frecuencia de la corriente que usemos, el músculo reacciona de una u otra manera. En las bajas, se contrae y aumenta su tono; mientras que en las altas, se produce una relajación muscular con tinte analgésico. Y sobre el sistema nervioso la frecuencia siempre actúa de forma relajante, solo que a distintos niveles y siempre jugando con esta combinación altas y bajas intensidades.
Sesiones, aplicaciones y contraindicaciones
Las sesiones de la electroacupuntura no difieren en gran medida de las de la acupuntura tradicional. La principal diferencia es que se emplea el aparato estimulador. Además, cada sesión no podrá exceder nunca de los 30 minutos. En general, se emplea para tratar distintas afecciones crónicas o agudas, y para calmar el dolor. Se recomienda recurrir a ella para el abordaje de secuelas de un ictus, en la recuperación de lesiones postraumáticas, rehabilitaciones musculares, lesiones deportivas, ciáticas, lumbalgias, dolor muscular, contracturas, atrofias o inflamaciones de los tejidos blandos.
Los defensores de este método aseguran que tiene un efecto analgésico superior a la acupuntura manual. Como ventaja añadida además es más corto. Con esta técnica se consigue estimular un área mayor sobre la aguja, y a veces los resultados son más rápidos y duraderos, pero esto es algo que depende de cada paciente.
Es importante contar al experto cuál es nuestra dolencia y qué otros problemas de salud tenemos, pues este método está contraindicado en personas con epilepsia, enfermedades cardiacas o problemas cerebrovasculares. Si se porta un marcapasos, prótesis metálicas o se presentan heridas, no es posible recurrir a este sistema. Las personas mayores deben ser cautas y recordar estos aspectos.