Ansiedad, problemas digestivos o pulmonares pueden estar detrás de los dolores en el pecho, algo que preocupa seriamente a quien lo sufre por temor a que pueda ser un posible infarto. A continuación, vamos a tratar de explicarte algunas de las posibles causas de los dolores en el pecho, aunque ante cualquier duda lo aconsejable siempre es consultarlo con el médico.
La mayoría de los dolores en el pecho no suelen estar relacionados con el corazón.
En muchos casos los dolores en el pecho suelen tener su origen en problemas en los pulmones:
En ocasiones se producen pequeñas irritaciones momentáneas de alguno de los pequeños nervios que se encuentran en la caja torácica e incluso alguno se pueden pinzar en alguno de nuestros movimientos respiratorios provocando dolor.
Los principales problemas digestivos que pueden recordarnos a un dolor cardíaco son los espasmos esofágicos. Se trata de contracciones de la musculatura del esófago provocados por el reflujo principalmente.
Estas situaciones pueden provocar un dolor en la zona central del pecho y, en ocasiones, va acompañado de mareos.
La diferencia con la angina de pecho es que los espasmos no aparecen con los esfuerzos físicos.
Otros problemas estomacales que pueden provocar dolor en el pecho son las pancreatitis, cólicos, las infecciones de la vesícula biliar, las gastritis y las úlceras.
El dolor de pecho suele ser con frecuencia una somatización de la ansiedad.
La principal diferencia entre un dolor cardíaco y la ansiedad es que el primero tiende a persistir en el tiempo y empeorar con el esfuerzo físico, además, no suelen aparecer alteraciones respiratorias ni pérdida de control.
Cuando estamos estresados generamos un elevado nivel de adrenalina y cortisol, lo que activa nuestro sistema nervioso autónomo simpático, generando una elevada tensión muscular, la cual puede generar cierto nivel de dolor en diferentes partes del cuerpo, siendo el pecho una de ellas.