Sociedad

Las claves para volver a estudiar a cualquier edad

Olga Selma

Foto: BigStock

Miércoles 14 de febrero de 2024

ACTUALIZADO : Miércoles 14 de febrero de 2024 a las 15:40 H

3 minutos

El alumnado sénior representa cerca del 6% de la población universitaria

Las claves para volver a estudiar a cualquier edad
Olga Selma

Foto: BigStock

Miércoles 14 de febrero de 2024

3 minutos

Cada vez son más las personas mayores de 50 años que participan en programas universitarios de mayores.

Los motivos para volver a estudiar cuando una persona es mayos son diversos, y sus beneficios una realidad. Conforme más años hace que una persona está matriculada en un programa de formación universitaria senior, más beneficios percibe, sobre todo en términos de salud y relaciones sociales.

Así lo atestigua el primer informe que se ha hecho en relación con el colectivo de 18.000 estudiantes que cursan programas formativos senior a 17 universidades de Cataluña, Valencia, las Islas Baleares y Andorra realizado por la Red Vives de Universidades y la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés (URL).

Los encuestados en el estudio reconocen que cursar estudios en la universidad les ayuda a vencer temores y complejos, reducir sentimientos de ansiedad o depresivos, superar situaciones vitales traumáticas (viudedad, enfermedad o pérdida de algún familiar), mejorar su capacidad intelectual y de memoria, ser más tolerantes y humildes, más receptivos a aprender a utilizar las TIC, ya incrementar las relaciones con el entorno más cercano. Además, cursar programas universitarios senior se relaciona con un aumento de la actividad cultural del estudiante (como ir a museos, teatros o cines), lo que incrementa sus conocimientos y le permite participar en conversaciones de forma más fluida y segura, así como tener una visión del entorno más crítica y amplia.

 

bigstock  Seniors en la universidad

Mujeres y alumnos de más edad

La investigación también evidencia los efectos positivos que los programas universitarios senior tienen en colectivos específicos, como las mujeres, los alumnos de más edad, o aquel con poca formación previa. En concreto, las mujeres participantes en el estudio reconocen que los campus universitarios se convierten en espacios que las liberan de los mandatos de género impuestos tradicionalmente y que mejoran muy significativamente su autoestima y autorreconocimiento. 

Junto con el colectivo femenino, las personas mayores de 76 años perciben también más beneficios asociados al hecho de ir a la universidad. El establecimiento de rutinas y obligaciones sociales para asistir a clase tiene por este alumnado un efecto de agenda-terapia que les permite volver a conectar con el exterior, a implicarse socialmente, evitando el aislamiento, la soledad, y obligando -los mantener una imagen social ya no descuidarse. Es a este sector de la población que más se beneficia de la formación universitaria donde parece que menos llegan estos programas formativos, dado que sólo 2 de cada 10 son personas sin estudios o con estudios primarios, mientras que 6 de cada 10 tienen estudios universitarios previos.

Cómo es el colectivo sénior que estudia

El alumnado sénior representa cerca del 6% de la población universitaria. Se trata de un colectivo aún más feminizado que el de los estudiantes de grado y máster, dado que el 67% son mujeres. 8 de cada 10 tienen estudios previos: el 62,4% ha cursado estudios universitarios, mientras que el 24,8%, estudios secundarios. En cuanto a la edad, más de la mitad tiene entre los 60 y los 69 años (52,6% de), una proporción que aumenta hasta el 88,7% de si sumamos el grupo de entre 70 y 79 años. La edad media se sitúa en los 68 años.

Sobre el autor:

Olga Selma

Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.

… saber más sobre el autor