La ciberseguridad ya no es un tema que solo deba preocupar a las grandes empresas. Cualquier persona está expuesta a que alguien pueda acabar accediendo a todos sus datos y a información sensible sobre sus cuentas bancarias, sus compras y medios de pago, sus visitas médicas, sus viajes o a cualquier otro tema que quede reflejado en los correos electrónicos.
Configurar una contraseña lo más segura posible es el primer paso para tener la mejor defensa contra los delincuentes informáticos. El segundo, tal como indica la Oficina de Seguridad del Internauta, dependiente del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España, es saber cómo gestionar esas contraseñas. En este sentido, algunas recomendaciones básicas que señala este organismo son:
Convéncete, tu nombre, el de tus nietos o el de tu perro no son las contraseñas más seguras del mundo. Los hackers cuentan con programas, tecnología y habilidades para destapar una clave sencilla en un tiempo relativamente corto. Ponérselo más complicado es cuestión de hacer una contraseña que se convierta en un muro difícil de traspasar. Algunas recomendaciones para que la tuya resulte segura son:
Si tienes muchas contraseñas, puedes inventarte tu propio método. Jugando con letras de modelos de coches, comidas favoritas, números que te dan buena o mala suerte… Opciones hay mil y merece la pena dedicar tiempo a configurar una contraseña que proteja al máximo tu valiosa información.