Las proteínas de un alga y unas gafas especiales han permitido que un hombre que llevaba ciego 40 años recupere parcialmente la vista.
La novedosa técnica utilizada por el el Instituto de la Visión de París (@InstVisionParis), se conoce como octogenética consiste en inyectar en el ojo una proteína sensible a la luz que se encuentra en las algas.
Gen 'Chrimson'
El hombre padece desde los 18 años una enfermedad degenerativa conocida como retinitis pigmentosa, que destruye las células sensibles a la luz en la retina.
Ahora, con 58 años gracias a que se le ha inyectado el gen chrimson es capaz de detectar la luz solar y moverse hacia ella. Esto ha marcado un antes y un después en el mundo de la investigación, ya que es la primera vez que la técnica se usa en humanos.
Siete meses de espera
Tuvieron que pasar siete meses después de la intervención para que el hombre pudiera volver a ver, algo que le provocó en un primer momento frustración, según cuentan los médicos que le intervinieron.
Lo primero que vio fueron las franjas blancas del paso cebra, y poco a poco comenzó a percibir también algunos objetos.
La revista Nature Medicine (@NatureMedicine) ha publicado los resultados de los científicos de la Universidad de la Sorbona (Francia), la Universidad de Pittsburgh (EE.UU) y la de Basilea (Suiza).
José-Alain Sahel, uno de los autores ha explicado que el ojo "un sistema muy complejo que permite que nuestra visión se adapte a diferentes niveles de luz". Pero además de ser complejos también son frágiles y por eso "cuando la visión desaparece quedan pocos tratamientos, aparte del uso de prótesis o la reactivación de las células restantes en la retina".
Para activar dichas células los científicos idearon una forma de transformar la luz que rebota en los objetos de nuestro entorno: unas gafas especiales que están equipadas con una cámara especial.
La cámara capta las imágenes y las transforma en pulsos de luz que se proyectan en la retina en tiempo real, para que conseguir la activación de las células modificadas durante las tareas visuales, ha explicado la Universidad de Pittsburgh en un comunicado.
Sin duda un avance muy prometedor.