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Residencias, familias y expertos piden la cuarta dosis: el 70% de los mayores residentes, en riesgo

Pablo Recio

Sábado 9 de abril de 2022

11 minutos

La EMA la recomienda para mayores de 80 años y autonomías como Andalucía la piden ya

Residencias y familiares reclaman la cuarta dosis: el 70% de los mayores residentes, en riesgo
Pablo Recio

Sábado 9 de abril de 2022

11 minutos

Cerca del 30% de los usuarios de residencias se han contagiado de ómicron durante la sexta ola y las semanas posteriores –este porcentaje podría ser superior, puesto que no todos los casos se detectan–.

En concreto, unos 100.000 –sobre 350.000 usuarios– habrían sido positivos a una prueba de diagnóstico, siendo algunos de ellos casos de la variante delta, y el resto de infecciones, contagios de BA.1 y BA.2 –ómicron–.

Así, eso significa que cerca del 70% de los residentes aún no se habrían infectado con ómicron, ya sea porque no han tenido contacto con el virus por la utilización de la mascarilla o gracias a las cuarentenas, o porque la vacuna y la inmunidad previa les habría servido para no dar positivo en una prueba rápida.  

¿Un peligro para la salud pública?

Por ello, cabe preguntarse si este alto porcentaje de susceptibles puede suponer un riesgo para la salud pública en caso de incremento de los casos, sobre todo, teniendo en cuenta que hace más de cinco meses que recibieron la tercera dosis, que no todos se contagiaron de otras variantes previamente en 2020 y 2021 y que algunos podrían no estar bien protegidos frente a cuadros graves –tal y como sucedió en verano de 2021, tras la pauta completa–.

No hay una respuesta clara. Por un lado, se podría decir que este alto porcentaje de susceptibles no es preocupante, puesto que la letalidad de ómicron –decesos 'con' Covid– ronda el 2%, una tasa mucho más baja que antes de la vacunación masiva, más, tratándose de uno de los colectivos más vulnerables de la sociedad –múltiples patologías, esperanza de vida de dos a tres años, convivencia grupal en espacios cerrados, etc.–. Además, actualmente existen antivirales, la posibilidad de hacer un estudio de inmunidad individualizado y también se siguen manteniendo los aislamientos –5 días (aunque quizá no es siempre suficiente)– o la mascarilla –en las visitas y por parte de los trabajadores–. 

Por contra, existen igualmente varios escenarios en el corto plazo que invitan a mantener una actitud prudente: la tasa de letalidad podría ir creciendo a medida que pasan las semanas –la tercera dosis se puso hace casi medio año–, los antivirales pueden seguir siendo un bien escaso y muy caro y la transmisión comunitaria de ómicron podría repuntar en un momento dado y acabar llegando masivamente de nuevo a los centros sociosanitarios, pese a todas las medidas no farmacológicas. Y, por último, no hay que descartar que surja una nueva variante más agresiva, aunque esta posibilidad se puede aplicar a muchos otros virus y no sólo afectaría a los más vulnerables.

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¿La cuarta dosis es la solución? Mayores, residencias y una CCAA la piden

Así, por todas estas razones, tanto familiares como patronales del sector y la comunidad autónoma de Andalucía, han pedido un refuerzo de la vacuna –la cuarta dosis–, para volver a proteger a los usuarios de residencias durante varios meses y lograr un menor riesgo de infección de ómicron y, sobre todo, de cuadros graves.

Una decisión, que Sanidad descarta por ahora y que sólo ha aplicado a los pacientes con algún tipo de inmunodepresión, en línea con las recomendaciones de la OMS, pero no con las de la Agencia Europea del Medicamento, que sí la ve deseable para mayores de 80 años. Además, ciertos países del entorno como Francia, Estados Unidos o Israel, entre otros, han ampliado la recomendación de segundos refuerzos a mayores de 60 u 80 años desde hace días o semanas. Todo ello, en espera de alguna vacuna más efectiva que las actuales y con el objetivo de proteger todavía más a los mayores que sean vulnerables de una infección que derive en cuadro grave.

"El virus sigue instalado en las residencias de mayores andaluzas. A fecha 5 de abril, el número de centros con contagios ascienden a 240, el de residentes contagiados a 1.211, el de trabajadores a 496 y los residentes hospitalizados a 38", ejemplificaban desde la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM), que han pedido a las autoridades que se inyecte cuanto antes este segundo booster. 

"Está claro que necesitamos la cuarta dosis. Primero, porque ya hay estudios muy serios del Gobierno de Israel de inmunidad que dejan claro que es necesaria. Por lo tanto, como sector pedimos que nos avancemos y que no pase como siempre, es decir, que haya un incremento de mayores en los hospitales y, luego, nos los planteemos. Creo que el Gobierno de España debería estar valorándolo urgentemente", pide la presidenta de la patronal CEAPs (@cea_ps), Cinta Pascual. 

"Los expertos son los que tendrán que recomendar y nosotros estamos a lo que digan las autoridades sanitarias. Dicho lo cual, creo que la vacunación ha provocado muchos más beneficios que efectos adversos. Si esta cuarta dosis puede minimizar los efectos de una siguiente oleada y hemos visto que no tiene efectos adversos, seríamos partidarios. Pero la voz cantante la tendrían las autoridades sanitarias. Y si no ocurre, extremaremos las medidas de seguridad", señala por su parte el secretario general de la patronal AESTE (@AESTE_oficial), Jesús Cubero. 

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Fuente: Imserso. Pincha en la imagen para ver el informe completo. 

Los expertos opinan sobre los riesgos de contagio

"Ahora mismo, si no se ponen cuartas dosis, estamos a expensas de cuánto dure la inmunidad. Otros países no se han atrevido a esperar a comprobarlo y están poniéndolas ya. Y no se sabe por cuánto tiempo se mantendrán bajas las letalidades, en el contexto de deriva mutacional del virus y de pérdida de anticuerpos en sangre", avisa la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles (@CanellesMatilde). 

Además, opina, "los antivirales son caros y es imprescindible administrarlos en los primeros días de positividad. Por lo tanto, habría que estar realizando test muy frecuentes, sin esperar a la aparición de síntomas". 

Por esta razón, señala, "la única posibilidad que yo veo de reducir la letalidad en este colectivo, sin recurrir a aislamientos u otro tipo de medidas no farmacológicas, es administrar la vacuna periódicamente para que no pierdan los anticuerpos, ya que no sabemos si su inmunidad celular es sólida. En paralelo, se deberían diseñar estudios del nivel de inmunidad celular dirigidos directamente a ellos". 

"El escenario ha cambiado"

"Pienso que el futuro es positivo. La inmunidad acumulada por infecciones y/o vacunas está haciendo su papel e irá a mejor. Pueden producirse más contagios de los que seamos conscientes, cuanto más test hagamos. Pero cómo he dicho antes, el escenario ha cambiado y la letalidad no creo que se incremente significativamente por la inmunidad acumulada y las características de las nuevas variantes", comenta por su parte el parasitólogo de la Universidad de Valencia, Rafael Toledo (@alfwarrior). 

Y sobre la cuarta dosis opinaba en declaraciones a 65YMÁS: "No hay que olvidar que los mayores que viven allí tienen dos características que los hacen muy vulnerables y que los diferencian del resto de población: 1) inmunosenescencia y un sistema que responde más lentamente y 2) un entorno que facilita la transmisión. Por eso, creo que hay que estar especialmente pendientes y no es descartable que alguna dosis más pueda ser necesaria, aunque sea una protección temporal".

"A medida que decae la protección inmunitaria entre residentes, quedan desprotegidos y sujetos a un riesgo creciente de infecciones y reinfecciones. Esto plantea la importancia de que reciban lo antes posible nuevas formulaciones de vacunas que se están ensayando y que protegen con más eficacia ante las nuevas variantes. El problema no se resolverá con cuartas o quintas dosis de las originales, ya que esto no conferirá la protección requerida", valora el exdirectivo de la OMS, Daniel López Acuña (@lopezacunad). 

Y apostilla: "No hay que confiarse a las bajas tasas de letalidad en este colectivo, porque la ecuación puede cambiar a medida que decae la protección inmunitaria y con el advenimiento de nuevas variantes más contagiosas y que escapen a la eficacia vacunal. Si se producen repuntes en la incidencia esto podría dar lugar a una mortalidad elevada en este grupo de personas. Por todo lo anterior, es muy importante mantener las medidas de protección en este colectivo y no eliminar el uso de la mascarilla en centros geriátricos o no suprimir los aislamientos de positivos asintomáticos, ni entre residentes ni entre trabajadores ni entre visitantes".

"De no hacerse, crecerá el número de contagios, la incidencia, y quizá la severidad y la letalidad. Los antivirales se podrán utilizar en este grupo, pero no serán una solución mágica y sólo lograrán prevenir evoluciones severas, pero no la infección. Mientras más desprotegido esté inmunológicamente este colectivo más necesario será apelar a medidas no farmacológicas. La ecuación no tiene vuelta de hoja", argumenta.

"Hay que tratar de evitar contacto con otras personas, hasta que mejoremos"

"La pauta recibida hasta ahora y su grado de inmunización está teniendo un impacto muy importante a la hora de prevenir complicaciones por el virus. La inmunidad generada en general va a seguir teniendo efecto. Y habrá que estar vigilantes para ver si un refuerzo puede ser necesario en el futuro o si conviene actualizarlo a la variante circulante en ese momento. Todo ello, con el fin de ser más efectivo a la hora de prevenir la infección y evitar complicaciones que se junten con otros problemas de los pacientes", comenta el virólogo de la Universidad CEU San Pablo (@USPCEU), Estanislao Nistal. 

Mientras tanto, añade, habría que estar pendientes de cómo evoluciona la letalidad. "Es posible que el grado de protección frente a la enfermedad severa se mantenga en la mayor parte de las personas. En más jóvenes, se está viendo que una cuarta dosis no mejora en principio los beneficios del refuerzo con una tercera en los tiempos que se han estudiado, que son a corto plazo –meses–. En el caso de los mayores, parece que el refuerzo con una tercera dosis está siendo efectivo también en esos plazos, durante la sexta ola. No se sabe aún si va a proteger a años vista", reconoce. 

"Por el momento, la prevención sería el mejor arma adicional para impedir la infección. Sobre todo, si sospechamos de estarlo, por los síntomas que tenemos, hay que tratar de evitar contacto con otras personas, hasta que mejoremos. Luego, quienes estén en contacto con mayores, también deben ser conscientes de las comorbilidades que estas pueden tener y protegerse para proteger: si tenemos dudas de si podemos estar infectados hay que evitar verlos, hasta que pasemos la infección, o hacernos un autotest. No sólo el SARS-CoV-2 es uno, otros virus y bacterias respiratorias pueden también causar problemas serios a los mayores y se pueden reducir riesgos", recomienda. 

"Los residentes deben acostumbrarse a convivir con el virus"

"Los residentes deben acostumbrarse a convivir con el virus. Están vacunados y la letalidad es baja ahora mismo, y no parece que vaya a cambiar en un futuro inmediato. Los antivirales se utilizarán sin duda sobre esta población especialmente y únicamente en caso de que se infecten, porque es un grupo de riesgo. Hay que ser optimistas. La pandemia está tornando a endemia y gripalizándose", concluye por su parte el inmunólogo del hospital CU Virgen de Arrixaca, Manuel Muro (@manuelmuro5). 

Y sobre la cuarta dosis, indicaba a este diario hace dos semanas: "Se les podría poner la cuarta dosis, ya que algunos habrán hecho una respuesta pobre. Aun así, los datos de Israel no parecen abogar por una protección grande. Es un tema controvertido: en población sana normal desde luego que no la pondría y, en este colectivo, sería aconsejable ver su respuesta individual de anticuerpos y, en caso de estar ausente, reforzarles con una inyección o con inmunización pasiva, tipo Evusheld".

Sobre el autor:

Pablo Recio

Pablo Recio

Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica. 

En 65Ymás, ha contado el drama vivido en las residencias durante la pandemia y ha sacado diferentes exclusivas de impacto como 81 menús de residencias de mayores, a examen: "Baja calidad nutricional y abuso de procesados"que fue citado en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. 

Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial. 

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