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Los contagios de Covid se disparan en las residencias de 10 CCAA: "No debe banalizarse este aumento"

Pablo Recio

Martes 26 de abril de 2022

ACTUALIZADO : Martes 26 de abril de 2022 a las 9:48 H

12 minutos

Expertos piden un "seguimiento" de estos casos para determinar la necesidad de una cuarta dosis

Aumentan de nuevo los casos de Covid en residencias de mayores tras un mes de bajada
Pablo Recio

Martes 26 de abril de 2022

12 minutos

Los casos de covid vuelven a repuntar en las residencias de varias comunidades autónomas de España. Y es que buena parte de los residentes siguen siendo vulnerables a la infección por varias razones: pérdida de protección frente a contagio de la tercera dosis –se comenzaron a poner en octubre–, reinfecciones por subvariantes de ómicron y relajación de medidas de protección –cuarentenas de cinco días, no hacer test periódicos, mascarillas únicamente para trabajadores y familiares, etc.–. 

Así, este combo de factores ha hecho que los casos en residencias nunca hayan terminado de bajar y que, actualmente, oscilen en forma de dientes de sierra, manteniéndose siempre en incidencias muy altas –en la semana del 11 al 17 de abril seguía superando los 2.000 casos por cada 100.000–. 

Por ejemplo, actualmente, los contagios de residentes (y de trabajadores) repuntan en regiones como Galicia, Navarra, Canarias, Aragón, Murcia, Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha, Cantabria y Extremadura, entre otras, donde se están produciendo brotes en decenas de centros, y en algunos casos, macrobrotes, como ha ocurrido en la región cántabra, con más de 200 casos en tres centros. Una subida de casos, que ocurrió hace pocas semanas también en otras regiones, como Asturias, Cataluña y la Comunidad Valenciana y que, en principio, debería remitir en poco tiempo –los expertos creen que no es la séptima ola–.. 

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Últimos datos de infecciones y muertes con Covid en residencias entre el 11 y el 17 de abril. Fuente: Imserso. Pincha en la imagen para acceder al informe completo.

¿Problema de Salud Pública?

No obstante, preocupa que estas incidencias altas en personas vulnerables puedan suponer un peligro para la Salud Pública –Asturias, Canarias, Castilla y León, Extremadura, Galicia y Navarra registran más de 1.000 casos por cada 100.000 habitantes en personas de más de 80 años, con positividades que superan el 20% (no se contabilizan todas las infecciones)–.

La razón: no se sabe si, tras más de medio año, la tercera dosis y las infecciones previas seguirán manteniendo la letalidad bajo mínimos –menos del 2% en residencias desde que comenzó 2022 y surgió ómicron–. Y los estudios que se han ido publicando en los últimos meses no resultan concluyentes: unos hablan de una eficacia prolongada contra cuadros graves para personas con un sistema inmune competente y otros aseguran que decrece a partir del cuarto mes, aunque no de forma dramática, pero sí suficiente para aumentar la letalidad.

Por ello, varias CCAA, como Asturias y Andalucía, y diversas organizaciones de mayores y patronales han pedido que se inyecte ya la cuarta dosis, para que estos repuntes sean benignos y no provoquen un aumento significativo de hospitalizaciones –en el Principado, por ejemplo, los ingresos con Covid superan el 10% de las camas totales (no se especifica cuántos vienen de residencias)–.

Por ahora, desde el Gobierno se han pronunciado a favor de inocular este segundo refuerzo, si bien no han determinado cuándo se pondría –en los próximos días se decidirá–. Ahora bien, cabe destacar que Reino Unido, Israel, Francia y Estados Unidos, entre otros, ya comenzaron a pinchar cuartas dosis hace semanas y que la Agencia Europea del Medicamento la ha autorizado para mayores de 80 años. 

Covid
Tendencia en forma de dientes de sierra de la curva en otros países europeos. Fuente: Our World in Data.

A favor de un refuerzo, aunque no sea la panacea

"De momento, el repunte en contagios no conlleva un aumento en las UCI, pero sí en hospitalización. Habrá que ver la evolución, aunque es difícil, al solo tener datos sesgados de más de 60 años a los que se hace test. Respecto a la cuarta dosis, podría ser interesante para personas vulnerables de edad muy avanzada, si bien tenemos que ser conscientes de que un 30% de ellos tienen respuestas débiles por la senescencia de su sistema inmunitario y, si no han producido protección eficiente tras tres dosis, posiblemente ocurra igual con una cuarta", explica el jefe de Servicio de Inmunología de Hospital Virgen de Arrixaca, Manuel Muro (@manuelmuro5).

Aun así, apunta, para los casos en los que el segundo refuerzo no vaya a ser útil, "hay protocolos de inmunización pasiva, administrándoles anticuerpos monoclonales exógenamente. Están autorizados. El 20 de abril apareció una publicación en el New England Journal of Medicine donde Evusheld reducía la probabilidad de Covid-19 grave en un 76,7% a 3 meses y 82,8% a 6 meses". 

"Por desgracia, es pronto para saber, porque no hay suficientes datos sobre el efecto de las cuartas dosis. Muchos países las están poniendo a modo preventivo, por si al final resulta que eran necesarias en mayores", indica por su parte la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles (@CanellesMatilde). 

"La cuarta dosis sin duda ayudará a reducir contagios y mortalidad, por eso algunos países ya están empezando a ponerla. Pero yo dejaría de numerar las dosis y las llamaría a todas refuerzo o la vacuna de la temporada, como pasa con la gripe, porque lo lógico es pensar que a personas vulnerables hará falta darles un refuerzo cada cierto tiempo (ya veremos cuánto)", predice el investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido), Salvador Macip (@DrMacip).

"No debemos guiarnos por los contagios, sino por la traducción clínica que tengan. El virus sigue circulando y, por tanto, un incremento de la incidencia acumulada es y era previsible, al liberar medidas e incrementar la interacción social. Pero, como digo, lo realmente trascendente es su impacto sanitario. De momento, los niveles de ingresos en UCI están estables y pienso que, con el background inmunitario de la población, no debe producirse un incremento significativo de la tensión sanitaria", prevé el parasitólogo de la Universidad de Valencia, Rafael Toledo (@alfwarrior). 

"De todos modos", matiza, "es cierto que las residencias son un ecosistema especial con mucha vulnerabilidad, por lo que se debe hacer un seguimiento estrecho que permita actuar en cuanto se sospeche de un mínimo agravamiento de la situación, incluyendo la posibilidad de una cuarta dosis".

¿Esperar al otoño para el 'booster'?

Para el epidemiólogo e investigador de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (@GVAfisabio), Salvador Peiró, "el incremento de brotes era esperable en las CCAA con tasas más elevadas –más detectable allí, donde se mantiene el testado generalizado–".

A pesar de todo, la letalidad sigue siendo baja, más aún cuando "no sabemos en cuantos de esos fallecidos la Covid fue la causa fundamental de muerte y en cuantos fue un hallazgo incidental". 

Además, sostiene, quizá la cuarta dosis no tenga justificación todavía puesto que "no sabemos los casos hospitalizados y, especialmente, los casos hospitalizados “por” Covid (no incidentales) que actualmente es el dato esencial para la toma de decisiones (no tanto los brotes o el número de infecciones)". "Eso sí, lo que sí que sabemos es que la casi totalidad de residentes han recibido tres dosis de vacuna mRNA (el refuerzo hace 7-8 meses) y que, adicionalmente, muchísimos han sufrido la infección (más de 100.000 de 350.000 tienen una prueba positiva desde enero, pero serán más). Y esa sería una situación similar a haber recibido un refuerzo (aunque la inmunidad híbrida parece ser más protectora)", valora.

"Aunque la protección frente a contagio puede ir decayendo con el tiempo (sobre todo en los que no hayan pasado la infección), frente a covid grave (hospitalización), parece mantenerse muy bien. Y existe la opción de utilizar los actuales tratamientos preventivos orales en las personas con más riesgo, por su avanzada edad, fragilidad o su comorbilidad, aunque tienen sus dificultades en pacientes de más edad por interacciones con otros medicamentos. Así que lo ideal sería administrar las cuartas dosis a finales de septiembre u octubre. Por distancia desde las terceras y las infecciones, por logística –junto a la de la gripe de la temporada 2022-23–, y porque quizás estén disponibles algunas nuevas. Pero si las hospitalizaciones no incidentales o los fallecimientos no incidentales mostraran una tendencia importante al alza (no parece que este pasando de momento, pero tampoco hay información 'fina') habría que adelantarlas", recomienda.

No banalizar la transmisión

"Los repuntes en el número de casos en residencias de varias CCAA van en aumento y no deben banalizarse. La infección o reinfección por SARS-CoV-2, especialmente por nuevas variantes y en una población en la que se concentra un riesgo incrementado de severidad y de muerte, es algo a lo que debemos prestar especial atención y aplicar la mayor cautela posible, sobre todo, en función de que la protección inmunitaria por vacuna o infección vaya decayendo", opina el exdirectivo de la OMS, Daniel López Acuña (@lopezacunad). 

Asimismo, prosigue, hay que tener en cuenta que "la presencia de nuevas variantes que escapan a la eficacia vacunal y pueden producir reinfecciones supone un incremento en el riesgo de enfermar, tener cuadros severos, ser hospitalizado e incluso fallecer". 

Por esta razón, argumenta, "el principal objetivo debe ser evitar contagios y, el segundo, minimizar el riesgo de severidad y de muerte". "Para lo primero, lo fundamental resulta el uso de la mascarilla por residentes, visitantes y trabajadores; mantener la distancia física; extremar la higiene con el lavado de manos y el uso de gel hidroalcohólico; propiciar una adecuada ventilación y hacer un monitoreo de la calidad del aire a través de medidores de CO2; aislar a los positivos sintomáticos y asintomáticos y hacer cuarentena de contactos estrechos", sentencia. 

Y añade: "En cuanto al segundo objetivo, se deben mantener niveles óptimos de protección inmunitaria. Pero esto es algo más complejo que aplicar una cuarta dosis. Lo que realmente necesitamos son nuevas formulaciones que protejan contra otras variantes. Y para poder saber cómo actuar de manera más eficaz y más focalizada necesitamos saber más sobre los detalles de quiénes están experimentando los repuntes. No sólo el perfil de edad de los nuevos casos registrados, de los hospitalizados y fallecidos, sino también el historial de vacunación y de infección natural, qué proporción se han reinfectado, qué información tenemos sobre las variantes que están causando los repuntes, etc. Y sería ideal contar con estudios de decaimiento de la inmunidad en personas de edades avanzadas que ya tienen una tercera dosis, para determinar si una cuarta es realmente necesaria o no. Hasta ahora, la evidencia disponible no muestra que pueda agregar mayor protección, y menos, planteada cómo una estrategia aplicable a población general: por un lado están la recomendaciones de la EMA, que la aprueba para mayores de 80 años, y las de la OMS y la Ponencia de Vacunas, que no lo hacen". 

De esta manera, razona, dependiendo de la razón de estas infecciones se debería proceder de una manera distinta. Es decir, si la causa es un "decaimiento de la tercera dosis", sería importante poner un refuerzo a los mayores de 80 años. Sin embargo, si los contagios tienen que ver con reinfecciones por las subvariantes de ómicron, la clave estaría en las medidas de protección y una nueva formulación de la vacuna. Por último, si se trata de personas sin cobertura, lo razonable sería incrementar el número de dosis puestas. 

"En el nuevo sistema de recuento de casos se conocen las cifras de contagios particularmente en los mayores de 60 años y éstas se están incrementando en varias CCAA, pero lo preocupante es que lo están haciendo también las hospitalizaciones. ¿Cuál es la causa? En mi opinión, la precipitación en desactivar las medidas de prevención. Y creo que el efecto protector de la vacunación está empezado a declinar y será necesario no tardar en administrar una cuarta dosis, particularmente en las personas más vulnerables", apostilla por su lado el director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes, Juan José Badiola. 

"Por lo general, el número de casos nuevos que se observa en las residencias de mayores sigue el mismo patrón que la incidencia acumulada en mayores de 60 años en la población general: tras el descenso de casos tras el pico de la sexta ola, se observa una estabilización en el número de casos, con un leve incremento de casos en las últimas semanas. Este es el patrón general. En Murcia hay un repunte extraordinario en la última semana registrada, que no se observa en el resto de comunidades autónomas, repunte que tendrá que evaluarse adecuadamente, por si hay razones particulares que lo expliquen. Lo cierto es que en muchas comunidades hay un leve crecimiento de casos en el último mes. No podemos saber todavía si va a haber un aumento sostenido y si va a haber un riesgo para la salud de los mayores que viven en residencias. Cabe pensar que, como ya ha transcurrido poco más de cuatro meses después de la inyección de refuerzo de las vacunas, la inmunidad humoral que aportan las vacunas pueda empezar a disminuir, como ya pasó más o menos seis meses después de la segunda dosis", cuenta por su parte el epidemiólogo y portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (@amasap), Fernando García. 

"Ya sabemos que el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades y la Agencia Europea de Medicamentos han propuesto la administración de una cuarta dosis para los mayores de 80 años desde cuatro meses después del primer refuerzo, por lo que es previsible que las autoridades sanitarias españolas apliquen esta recomendación. Es esperable que la administración mejore su inmunidad y les proteja mejor, aunque no tenemos pruebas científicas de ello todavía. De momento, no se recomienda hacerlo en las personas menores de 80 años, pero quizá se pueda hacer una excepción en aquellos que viven en residencias, pues son población especialmente vulnerable por su institucionalización, que favorece la propagación de los brotes epidémicos. Pero, por ahora, no hay pruebas de seguridad y eficacia en esa población", concluye.

Sobre el autor:

Pablo Recio

Pablo Recio

Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica. 

En 65Ymás, ha contado el drama vivido en las residencias durante la pandemia y ha sacado diferentes exclusivas de impacto como 81 menús de residencias de mayores, a examen: "Baja calidad nutricional y abuso de procesados"que fue citado en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. 

Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial. 

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